lunes, 28 de mayo de 2007

Re: [Reserva moral] San Martín y Bush

Dr. Strangelover:
 
No olvidemos que mucho de lo que se supone fue el ilustre San Martín fue una invención peronista.
 
Los actuales catedráticos de historia en Buenos Aires han puesto mucho énfasis en este punto por estos días.
 
San Martín no murió pobre.
----- Original Message -----
Sent: Sunday, May 27, 2007 12:10 PM
Subject: [Reserva moral] San Martín y Bush

Introducción

San Martín y Bolívar, según historiadores como García Hamilton y Luis Alberto Romero, tomaron parte de los procesos independentistas de América del Sur con el objetivo de consolidar la emancipación lograda en sus respectivos países (lo que son hoy Venezuela y Argentina). Se puede decir que la causa de la libertad que abrazaron no fue sólo ideológica, sino estratégica, porque las repúblicas que originalmente ayudaron a independizar jamás estarían libres de la amenaza realista mientras no se lograra expulsar a las tropas de la corona española o conseguir su capitulación. Sólo Bolívar tuvo serias aspiraciones hegemónicas pues se convirtió en Dictador Supremo, rememorando el viejo "cesarismo republicano", esto es, la figura de autócratas como Julio César en tiempos antiguos o de Napoleón en su época. Lejos de ambicionar o apoderarse de los países que liberó, San Martín aceptó temporalmente el cargo de Protector del Perú (1821-1822) para asegurar la conducción de la guerra contra España y establecer instituciones y símbolos de corte democrático. Al general se le debe, entre muchas otras cosas, la creación de la Biblioteca Nacional del Perú, la organización de un Banco estatal, el pabellón nacional (que luego fue modificado pero se inspiró en su diseño), garantizó la independencia del Poder Judicial, ideó el Estatuto Provisorio (que dio origen a las posteriores constituciones peruanas), etc. Su intención no fue atornillarse en el poder, como hemos visto, sino hacer viable a la república peruana. Sus convicciones democráticas y su conocimiento de la situación política y social del Perú lo llevaron a pensar que esa joven nación no podía asumir los retos de una democracia, por ello propuso debía transitar primero por un estadío intermedio, es decir, por una monarquía constitucional, ya que el Perú fue el centro neurálgico de la vida política del subcontinente americano. En ese virreinato (el del Perú) se concentraba el grueso del ejército español y se garantizaba la aplicación de la mayoría de decisiones que venían desde España (del Consejo de Indias). De ahí que del virreinato peruano siempre partieran las expediciones realistas destinas a acabar con cualquier sublevación continental.

Los vínculos de San Martín con Inglaterra no sólo se generaron durante su estadía en ese país (a través de su supuesta masonería, cosa que es discutible para muchos historiadores), sino a lo largo de la Campaña del Sur, donde lo acompañó Lord Cochrane en sus desembarcos y capturas de puertos. Los imperios coloniales rivales siempre apoyaron a las naciones que buscaban su independencia puesto que de esa manera debilitaban a las monarquías con las que rivalizaban en Europa. De esa forma Francia y España respaldaron a los colonos norteamericanos (durante su proceso de independencia) e Inglaterra hizo lo propio con San Martín en contra de los españoles. Los intereses de Inglaterra no sólo estaban dirigidos reducir la influencia de sus enemigos en América, sino a eliminar la "exclusividad comercial" que la metrópoli española mantenía con sus colonias. Claro que ese monopolio no era tal por el contrabando de mercancías, las emboscadas en altamar de piratas y corsarios y porque, fundamentalmente, la "Armada Invencible" de Felipe II fue hundida en 1588 por un temporal antes arribar a las costas británicas, además de la pericia de los capitanes ingleses, entre ellos, Sir Francis Drake, y la maniobrabilidad de las embarcaciones en las aguas del Canal de la Mancha. Hecho que le dio la supremacía de los mares a Inglaterra y Holanda, la cual se hizo sentir principalmente en el comercio. Aunque lo que arruinó verdaderamente a España fue la estructura de su sistema económico. También cabe destacar que la firma de algunos tratados como el de Utrecht (1713) permitió el libre comercio inglés de esclavos africanos con las periferias hispanohablantes, lo que se tradujo en grandes y desventajosas concesiones. Con las Reformas Borbónicas del siglo XVIII y la protesta de los comerciantes americanos, se instauró virtualmente el "libre comercio" de mercancías, especialmente de textiles.

Asunto: San Martín y la conexión inglesa

Inglaterra siempre tuvo aspiraciones sobre el Río de la Plata. Y vincular a San Martín como agente o espía de los ingleses no tiene sustento histórico. Por lo general se tratan de patrañas o conspiraciones como la que hace referencia a ciertas logias como la de Lautaro. Los ingleses veían oportunidades comerciales interesantes en los puertos argentinos y chilenos y pretendían ingresar desde el sur. Fueron varios los intentos de los ingleses (1711, 1762 y 1806), es decir, mucho antes de la supuesta conspiración sanmartiniana. El interés británico también estaba concentrado en el estrecho de Magallanes ya que era el único paso natural para navíos entre el Atlántico y el Pacífico, porque el Istmo de Panamá seguía en manos españolas, así como las demás rutas del Caribe, todos ellos protegidos por importantes fortificaciones.

Ahora bien, la adjetivación, en mi caso, no es antojadiza, sino que está fundamentada en el hecho histórico, es decir, en las acciones de los personajes comprendidos (estudiados). De ahí que la comparación entre Bush y San Martín esté fuera de lugar; a no ser que se haga para considerarlos como opuestos.

San Martín no fue un invasor porque el incursionó tanto en Perú como en Chile con el apoyo de las élites económicas (generalmente criollas). En el caso del país de la estrella solitaria, su alianza con el republicano Bernardo O' Higgins forjó una coalición en Mendoza entre civilismo de O' Higgins y el "militarismo" sanmartiniano. De modo que la independencia de Chile fue una empresa concertada con los propios chilenos para el bien de las nacientes repúblicas y no una deliberación absoluta y prepotente de San Martín. En Perú esta distinción no fue tan clara porque los criollos del Tribunal del Consulado (que agrupaba a los comerciantes y terratenientes más importantes) temían perder sus privilegios con la creación de la República. Es por eso que mostraban muchas resistencias hacia la causa libertadora y colaboraron clandestinamente con los realistas. Además, San Martín se orientó por principios inspirados en la Revolución Francesa como la libre determinación de los pueblos. Es decir, por la noción de que las naciones deben elegir sus propios sistemas de gobierno, generalmente compatibles con la libertad, cosa que no sucedía en el caso de las colonias españolas pues eran gobernadas por autoridades designadas por un soberano extranjero. Todos estos elementos estuvieron presentes en aquel tiempo.

En Bush no puede advertirse un espíritu semejante, es decir, uno altruista o democrático porque de ser así hubiera intervenido en Darfur por una cuestión humanitaria, pero la empresa no da réditos económicos. Clinton al menos envió tropas a Somalia y la ex Yugoslavia para detener las masacres. Iraq, antes de la ilegal ocupación, era un país estable debido la represión de Saddam, quien mal que bien hacia el favor de mantener el terrorismo internacional a raya o lejos de su país. Con la invasión de Iraq se desmantelaron los controles draconianos y se envió una invitación a todos los grupos radicales (fundamentalistas) para formar parte de la resistencia o de la desestabilización del país.

En la actualidad, intervenir en un país sin mandato internacional es un crimen de guerra porque tipifica como agresión. En tiempos de San Martín el derecho de la guerra no estaba totalmente desarrollado o positivizado (convertido en normas o tratados); aunque existían interesantes doctrinas en Spinoza, Grocio, Vattel, etc. El "logro" de ese tiempo fue limitar la guerra como una forma de resolver las diferencias entre los Estados. La guerra era lícita, pero no ahora. Es repulsiva para el ordenamiento jurídico internacional, esto es, para la Carta de las Naciones Unidas (anteriormente por la Sociedad de Naciones) y para el derecho internacional humanitario. Así, si bien la guerra es ilegal, está reglamentada pues se ha convertido en un hecho inevitable muchas veces. Pero no por eso pierde su carácter repulsivo.

Adaptada a los tiempos, las campañas sanmartinianas no califican de guerras de agresión, pero sí la de Bush emprendida en Iraq. Es por ello que a este último se le puede llamar criminal por más que sea presidente de los Estados Unidos.

Los motivos de la invasión de Iraq respaldan lo anterior porque se basaron en mentiras y en incompletos reportes de inteligencia. Ninguna de las razones esgrimidas por Washington fueron corroboradas en la práctica. Ni la conexión de Saddam con Al Qaeda o la posesión de armas de destrucción masiva. Esa guerra es tan ilegítima como ilegal por sustentarse en mentiras.

Tema: la formación académica


La educación de un líder es un factor fundamental porque un vasto saber y experiencia puede evitar que el mandatario comprometa tan fácilmente los intereses del país. Si él o su entorno hubieran calculado como es debido los riesgos de la operación iraquí jamás se hubiera producido. El costo en vidas (3.440 soldados hasta la fecha), miles de heridos (más de 23.000) y miles de millones de dólares desperdiciados innecesariamente (que bien pudieron ser utilizados para equilibrar las cuentas públicas o incrementar el gasto social en educación y salud) revelan -en cifras- lo mal que fue planificada la invasión. La medición de la guerra también puede ser hecha en el terreno político pues fue determinante en la derrota de las elecciones congresales en noviembre de 2006. Otra forma de medir las consecuencias de la guerra es que debilitó la imagen de EE UU en el mundo. Nunca antes Norteamérica ha tenido tan baja popularidad entre millones de individuos, no al menos desde la Guerra de Vietnam. La pérdida de aceptación no sólo es externa, sino interna, ya que sondeos de la CNN y otros medios apenas dan un 31% de apoyo a la conducción republicana de la guerra.

Nadie dice que hay que ser escritor para ser presidente, sino que al menos hay que leer lo suficiente para conocer el contexto internacional que toca vivir.

¿La traición de San Martín?

San Martín nació en Argentina y no en España, o nació en el Río de la Plata (en lo que sería luego la República Argentina). Mitre consideraba que era argentino a pesar de que su formación humanística y liberal la haya recibido en España e Inglaterra. Aunque también podría decirse con mucha razón que Argentina no existía como Estado o república independiente, pero sí como nación, ya que por lo general los Estados se ven precedidos o fundados por una nación (con todas las dificultades que ese término implica en el caso argentino por ser un pueblo de inmigrantes italianos, españoles, etc.; aunque no en su totalidad). Sea como fuere, su fidelidad no estuvo determinada a una nacionalidad específica, sino a ideales. De ahí que se le pueda considerar como un ciudadano del mundo o cosmopolita como Voltaire o Herodoto. Por ello peleó al lado de los españoles contra los franceses y luego contra los primeros por ser éstos los opresores. Tanto en Europa como en América él luchaba por lo que creía, por cosas que no le convertían en mercenario, sino en un hombre convencido (o seducido) por los postulados de la Revolución Francesa. Su lucha fue contra los autoritarismos de su época. Y si se le llama "español", el gentilicio no es tan claro y definido como en otros personajes.

La "traición" es también difícil de definir en su caso ya que vivió en tiempos de cambio, de transición, en los que las ideas modelaban las mentes y consciencias de los líderes y en el que se estaban construyendo las identidades nacionales. España podría considerar traidor a San Martín por ser hijo de un funcionario colonial y servir inicialmente bajo las órdenes del rey como militar de carrera. Es un tema sumamente discutible y no analizado del todo. Pero los elementos que determinan la moralidad de sus acciones están dados por su participación en causas más elevadas (como la de la libertad) que la lealtad a un déspota (o soberano).

¿Bajo esa óptica, George Washington, "Padre de la Nación estadounidense", sería un traidor? Esa pregunta viene al caso porque el primer presidente de los Estados Unidos nació en tierras del rey inglés, así como San Martín fue procreado en dominios del monarca español. Ambos personajes tuvieron un pasado militar en los ejércitos reales y destacaron por su servicio armado. Y da la casualidad que el propio Washington peleó contra los franceses al igual que San Martín lo hizo en su momento en Europa. Para más datos, Washington obligó a los franceses a retirarse de Fort Dunesque en su calidad de jefe de la milicia de Virginia. De esa forma participó del lado del Imperio Británico. Por si fuera poco, estuvo a punto de recibir su educación en suelo inglés de no ser por la muerte de su padre. También se les podría comparar por sus desapegos al poder puesto que jamás pretendieron anquilosarse en algún cargo. Esto se fundamenta en el hecho de que San Martín dejó a Bolívar la misión de completar la independencia del Perú luego de la Conferencia de Guayaquil, que reunió a los jefes de las dos corrientes libertadoras (la del norte y la del sur). Así renunció a su cargo como Protector Supremo y entregó el mando al Congreso peruano, que luego autorizó la presencia de Bolívar en el Perú. Lo mismo pasó en Chile cuando declinó el puesto de Director Supremo en favor del reformista O' Higgins. En San Martín queda corroborada su negativa a intervenir en los asuntos domésticos de la política argentina luego de ver cumplido en parte su "Plan Continental", que en sus aspectos políticos consistía en ver liberada a Sudamérica de las potencias coloniales y organizar constitucionalmente a los pueblos de América, es decir, en formar Estados independientes que unidos en un gran Estado o una confederación, en caso de que así lo decidieran plebiscitariamente sus ciudadanos, podrían defenderse mejor ante cualquier agresión extranjera. Sus ideales no le permitieron participar en el derramamiento de sangre argentina cuando fue convocado por el gobierno de Buenos Aires. Washington, por su parte, patentó su despego al poder renunciar a una tercera presidencia consecutiva, sentando un valioso precedente que luego sería recogido en la Constitución norteamericana. Sólo volvió al servicio -militar en este caso-, cuando surgió la posibilidad de un nuevo conflicto con Francia.

Otro punto: la filiación fundamentalista de Bush.

Aunque es controvertido, no se puede afirmar que el presidente norteamericano sea un verdadero liberal ya que su pensamiento está predeterminado por ideas sumamente conservadoras. Muchas de ellas son contrarias al pensamiento liberal. Ese tipo de mentalidad ha exacerbado los ánimos en Medio Oriente y conducido a una guerra injusta. Su visión del mundo es tan lineal que lo divide en "buenos" y "malos" o en "ellos" o "nosotros". No es capaz de advertir las particularidades de nuestro tiempo, como sí lo hizo San Martín en el suyo.

A leguas uno nota las diferencias entre uno y otro protagonista pues la invasión de Iraq no se le iba a ocurrir a él (a Bush) ni la posterior planificación de la guerra. Ese tipo de maquinaciones son demasiado complejas para alguien de su baja capacidad intelectual. Por lo que sé del sujeto es que era bueno organizando parrandas y concursos etílicos en Yale. Pensar que fuera capaz de rediseñar el mapa de Oriente Medio no forma parte de sus condiciones. Las consecuencias de sus limitaciones las han pagado – y muy caro- su secretario de Defensa, Ronald Rumsfeld, y Paul Wolfowitz, como subsecretario del mismo departamento y ex presidente del Banco Mundial. Además están siendo investigados su principal asesor, Karl Rove, el encargado de Justicia, Alberto González, y el vicepresidente Dick Chenney. La lista de funcionarios implicados en escándalos mucho es más larga pero los mencionados son los más emblemáticos.

Sobre la participación de Bush en la Guerra de Vietnam

Está claro que nada obligaba a Bush a ir al frente en dicho conflicto. Lo que se le acusa es que no haya tenido interés en servir a su patria como sí lo hicieron distinguidos norteamericanos como su contendor en el 2004, el senador demócrata John Kerry, o uno de los candidatos republicanos más prometedores como John McCain, quien fue prisionero de guerra por 6 años. La tradición de participar en guerras era muy usual entre los futuros aspirantes a las más altas esferas de la política. El padre de Bush lo hizo durante la Segunda Guerra Mundial como piloto y muchos otros tuvieron un desempeño similar. El asunto de fondo es que cuando EE UU se vio envuelto en una guerra sus generaciones más prometedoras y entusiastas se enlistaban antes de ser convocadas. Esto se puede verificar fácilmente en las dos primeras guerras mundiales. Aunque no tanto en la de Vietnam por su falta de legitimidad. La objeción de conciencia estuvo de moda para no perder la vida en ese conflicto (recordar el caso de Muhamad Alí), pero Bush no la arguyó, sino que sus influencias le permitieron apartarse del servicio.

La idea de involucrarse en una guerra sirve a los propósitos políticos de demostrar firmeza y coraje, es decir, en forjar una mentalidad y carácter que posibilite el acceso a cargos más importantes. Parte de esos ideales se sustentan en la lógica de que "hay que servir primero antes de poder mandar". Al mejor estilo griego o romano pues las destrezas en batalla catapultaron a muchos al poder.

No es necesario tener presidentes con pasado militar ni es indispensable en EE UU. En la historia de ese país varios militares han llegado a la Casa Blanca como Ulysses S. Grant o Dwight Einsenhower, por citar a dos de los más representativos. Nadie propone que el primer mandatario tenga un origen castrense, sino que cuando surja la necesidad de convocar a los ciudadanos éstos no eviten el deber de defender a la patria. A eso me refería con lo del servicio militar pues evadirlo revela un espíritu endeble y cobarde. Si Bush creyera todas las cosas que dice hubiese sido el primero en enlistarse en el Cuerpo de Infantes Marina, pero no lo hizo. Que cada uno saque sus propias conclusiones.


PD: una justa comparación sería entre San Martín y George Washington, pero no con el actual mandatario estadounidense por carecer de pergaminos e idoneidad suficientes.



--
Posted By Dr. Strangelove to Reserva moral at 5/27/2007 12:05:00 PM

No hay comentarios: