jueves, 11 de diciembre de 2008

JACK MA


JACK MA: MADE IN PERÚ

 




El APEC fue el broche de oro de una serie de actividades realizadas en nuestro país durante todo el año 2008, pero si tomamos las cosas como deben ser, entenderemos que este foro sólo fue el punto final a la clase teórica y a los discursos elegantes, porque ahora es momento de iniciar la aplicación práctica para así poner en vigor todo lo acordado en los discursos.

 

Y aunque no todos comprendemos los aspectos protocolares y temas de fondo del APEC, no dejaremos de ser permeables a las consecuencias de los acuerdos adoptados. No habrá excepción al momento que se apliquen los acuerdos internacionales; beneficiará mucho a algunos sectores y perjudicará seriamente a otros, y como las PYMEs no son ajenas a lo acordado, nos preguntamos ¿Qué lección dejó el APEC a los micro y pequeños empresarios?

 

Si bien es cierto, en agosto de 2008 Lambayeque fue la sede de una serie de reuniones destinadas a analizar los problemas del APEC y los micro y pequeños empresarios, sin lugar a dudas la idea más acertada fue invitar a Jack Ma a visitar el país número uno en emprendimiento y qué mejor que tener tribuna en la sesión principal de la ceremonia. Este delgado hombre de rasgos orientales y aspecto de samurai nos recordó lo peruanos que somos los peruanos. Efectivamente, vino desde la China una persona que nos motivaba a seguir la ruta que nosotros ya conocemos, un exitoso que nos decía que para lograr el éxito hay que hacer exactamente lo que hacen los micro y pequeños empresarios del Perú, un multimillonario que nos decía que ponerle sentimiento y razón a las cosas que hacemos nos llevaría al éxito sin necesidad de perseguirlo desesperadamente.

 

Jack Ma, un chino con dotes de liderazgo de un peruano promedio, llegó a nuestro país exclusivamente a pedirle a la gente que copie su estilo, que plagien la fórmula que a él lo hizo propietario de la compañía de negocios en línea más importante del mundo. No quiere que creemos un modelo de negocio como Alibaba (según nos explica, ni él mismo termina de conocer bien su propio negocio), quiere que hagamos las cosas bien y explotemos todo lo que ahora está en nuestro medio. Sin duda, este discurso se lo dirigió a los empresarios emprendedores del Perú.

 

Mr. Ma nos dejó algunas sabias lecciones sin necesidad de descubrir fórmulas mágicas o teorías que merezcan el Nobel. Una de ellas, fue recordarnos que en todo momento, toda la vida, habrá crisis (financiera, económica, social, política, problemas climatológicos, por citar algunas) y que todo el tiempo habrá millones de motivos para no hacer las cosas bien; siempre tendremos muchas justificaciones para explicar por qué no lo hicimos o por qué no lo volveremos a intentar y así reducir nuestra propia vergüenza de no haber buscado el éxito (ser el ingeniero termonuclear de referencia, el mejor director de teatro del medio o el vendedor estrella del área de verduras del mercado de abastos). Siempre habrá decenas de razones para no dar el primer paso, por lo que si deseamos emprender hacia el éxito, sólo debemos abocarnos en nuestro deseo de hacer las cosas bien y para eso no necesitamos nada más que exceso de energía y ser consecuentes con nuestros planteamientos.

 

Por otro lado, Jack Ma nos habla de las vicisitudes que se presentan al momento de buscar capital "externo" para iniciar y sobretodo mantener nuestros negocios. Nos cuenta de su experiencia frente a los bancos y que desde que su empresa valía dos mil dólares hasta ahora que esta valorizada en cuatro mil millones, nunca ha recurrido a una banco a gestionar un crédito porque sabe (quizá exagera) que por tener una PYME su solicitud no será aprobada. Aunque queda claro que este comentario no es más que un exceso de modestia pues ahora son los bancos quienes lo buscan a ofrecerle una serie de servicios, nos demuestra que los bancos y financieras aun no están enfocándose correctamente hacia el sector más productivo del Perú.

 

Lejos de jalarle las orejas a los banqueros, soy un convencido –y así entiendo el discurso de Ma- que la manera más sencilla de contar con dinero para un negocio en el que creemos decididamente, es plasmando en papel un negocio, cuidando mucho de estudiar el mercado y al consumidor, analizar profundamente las cuentas midiendo el retorno de la inversión, preparando potenciales planes de marketing, dejando claras las políticas que se manejarán en la empresa, seleccionando con cuidado a los potenciales proveedores, y una vez que se ha preparado todas las herramientas, tocar la puerta a los inversionistas que están interesados en asumir el riesgo con Usted. Podemos contar también con la serie de concursos que entidades públicas y privadas promueven para desarrollar las micro y pequeñas empresas en el país. Hay mucha gente con dinero y sin ideas que estaría encantada de conocer gente con ideas y sin el capital suficiente para poner en práctica sus proyectos.

 

Pero las principales lecciones de Jack Ma las aprendimos en situaciones anecdóticas. Su visita a Gamarra nos sacó en cara los principales temas que, a pesar de nuestro empeño por hacer las cosas muy bien, aun nos tienen atados a la mediocridad y al fracaso.

 

En principio, no es nuevo el temor que siente el peruano ante cualquier posibilidad de competencia seria. El futbol lo demuestra; el sub-campeonato de voley lo plasma, los titulares de los diarios que expresan "no ganó pero hizo su mejor esfuerzo" lo grafica, el pánico que sintieron los textiles de Gamarra meses previos a la entrada de Ripley y Saga también relucieron nuestra idiosincrasia; la bulla de los agricultores ante el TLC con Estados Unidos, intentando proteger nuestro trigo y algodón que no producimos, fue un ejemplo más. Nos da pánico la competencia y erramos al cegarnos con el miedo, cuando debemos prepararnos para contrarrestar algo inevitable y lograr provechos de ella (mucho Know how, por ejemplo). Lo curioso es que un tiempo después, y cuando pasaron las mejores oportunidades, las aguas vuelven a su cauce y nos encontramos con aquellos rebeldes como los principales socios estratégicos de la competencia, o si no preguntemos quiénes son los principales proveedores de ropa a las tiendas por departamento chilenas.

 

Sin embargo, en el mes de noviembre nuevamente nuestras raíces coloniales nos jugaron una mala pasada: nos visitaba el líder mundial del e-commerce, una persona capaz de poner a todos los empresarios de Gamarra en la línea  para que ofrezcan sus productos al mundo entero. Sin embargo, como en paralelo se está negociando un TLC con China, los microempresarios no tuvieron mejor idea que tratar de la peor manera a nuestro ilustre visitante. Un poco de ignorancia sumada a la desesperada gestión revolucionaria de algunos pocos, produjo una vergonzosa imagen proyectada al mundo: El emporio comercial más importante de América no está interesada en negociar con los mercados foráneos. El chinito no tenía nada que ver con el TLC, ni siquiera está en el mercado textil, pero …es chino. No importa que nos traiga la solución a nuestros problemas; es chino y punto.

 

La última moraleja nos la dictó la Ministra de la Producción, quien nos ayudó a recordar también que la improvisación a todo nivel es la madre de la informalidad en nuestro país. Estoy seguro que a nadie se le ocurre –sólo a ella y a un par de asesores suyos- llevar a cenar churrascos a un visitante vegetariano; lo mismo debió tomarse en cuenta al invitar a un "chino" inversionista (no importa de qué ni en qué) a visitar la zona donde miles de personas están a la defensiva de cualquier intromisión oriental. Esa misma visita pudo ser un éxito sólo con una semana de previsión, anunciando la visita de una persona con cierto perfil, mostrando las razones que lo llevan a aquél difícil auditorio, explicando en pocas palabras que su labor sería de aporte de no de asalto. Con una semana de trabajo responsable de parte del gobierno o del organizador que fuera, Jack Ma hubiera salido de Gamarra en hombros con un polo "Made in Perú", no a palos.

 

Las PYMEs juegan el papel más importante en el desarrollo económico del Perú. Empleando números, podemos destacar que el 80% de las empresas peruanas son pequeña y micro y que éstas son responsables de la generación del 88% del empleo, dejando sólo un remoto 12% a las grandes y medianas empresas; si el gobierno no se da cuenta de esta relevante función que cumple nuestra gente y de la alta calidad de su trabajo, no podremos estar preparados para las oportunidades y sólo allí los acuerdos internacionales serían dañinos.

 

Tenemos todas las armas para ser exitosos, miles de peruanos lo han demostrado, desde sus pequeños negocios. Jack Ma logró millones, nuestros microempresarios han logrado mejorar la calidad de vida de sus hijos, brindarles un techo y educarlos de mejor manera. Éstos a su vez han iniciado nuevos negocios, generando más empleo y promoviendo así el desarrollo de más familias, formando una cadena que inició en un pequeño puesto de ropa en el mercado del barrio y que terminará quizá, en un negocio cotizado en la bolsa de valores. Sólo tengamos cuidado; nuestro problema no es lo que nos falta sino lo que nos sobra; si desechamos los temores paranoicos, la envidia infundada y los juicios adelantados; si somos más previsibles y empleamos nuestro tiempo en prepararnos para la competencia, no para amarrar los zapatos del competidor sino para hacer benchmarking y estudiar estrategias, tendremos el éxito asegurado. Miren a Jack Ma, aquel peruano que aceptó retirar aquellas molestias que sobraban en su chip y logró el éxito.

 

 

Jorge Echeandía Cevallos*


*    Abogado. MBA.



Suspicious message? There's an alert for that. Get your Hotmail® account now.

1 comentario:

Anónimo dijo...

estoy de acuerdo con Usted Doctor, lo felicito.