La ciudad de Sídney y sus alrededores iniciaron hoy una enorme tarea de limpieza para deshacerse de la espesa capa de polvo rojo que dejó ayer la tormenta de arena, que durante horas envolvió en rojo a la mayor ciudad de Australia.
Además de los daños causados por la arena, que cubrió coches y calles y se metió en el interior de casas y edificios, el fuerte viento -superior a los cien kilómetros por hora- dañó cientos de árboles y tejados, informó la radio estatal.
Procedente del desierto del interior del país, el fenómeno empezó durante la noche del martes y llegó a primera hora del miércoles a Sídney, donde más de cuatro millones de ciudadanos amanecieron bajo una espectacular luz roja.
La tormenta de arena paralizó la ciudad y los expertos advierten de que la economía del país se resentirá del suceso durante las próximas semanas.
"Cuando el clima es tal que no es saludable trabajar en el aire libre, causa grandes inconvenientes" dijo Mark Goodsell del Grupo de Industria de Australia.
Godsell explicó que el efecto es como cerrar un aeropuerto, pero a gran escala.
La situación ha cambiado radicalmente y Sídney amaneció hoy con un sol resplandeciente y un aire respirable, pero la sequía y el viento continúan presentes en el este de Australia, alertaron hoy los meteorólogos.
Gran parte de la arena que empujaba la tormenta avanzó hacia el estado de Queensland y el Mar de Tasmania, hasta alcanzar a Nueva Zelanda.
Queensland, que ya sufre varios incendios forestales, se prepara para recibir la nube de polvo mientras sus servicios de bomberos están ocupados en apagar los fuegos.
http://www.xornal.com/artigo/2009/09/24/mundo/sidbney-desempolva-tormenta-naranja/2009092410542472939.html
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