martes, 15 de mayo de 2007

Chile ahorra los excesos de los commodities

http://www.lanacion .com.ar/wsj/ nota.asp? nota_id=908512

Gracias al auge de los precios del cobre, Chile está inundado de efectivo. Sin embargo, eso puede ser un gran problema. La abundancia de recursos naturales ha doblegado a naciones inestables en Medio Oriente y Africa por culpa de la corrupción y las guerras. Incluso los países ricos se ven en problemas cuando pasan por olas alcistas en los bienes básicos. Esto puede revaluar las monedas locales, perjudicar a las empresas exportadoras y generar derroches insostenibles en las importaciones.

La economía holandesa se estancó después de que se descubrieran depósitos submarinos de gas natural cerca de sus costas en los años 60, constituyendo un caso muy estudiado por los economistas. Actualmente, Venezuela y otros países petroleros que disfrutan de auges de consumo impulsados por el alza en los precios del crudo son vulnerables a la \"enfermedad holandesa\", especialmente si los precios del petróleo bajan. Chile está tratando de vacunarse. En esencia, el gobierno está ahorrando lo que considera como ganancias inesperadas de su cuprífera estatal y los impuestos inesperados de sus minas privadas. El dinero recaudado lo invierte en el exterior en instrumentos de renta fija y ahora también está considerando comprar fondos especializados en acciones internacionales. Cuando la economía chilena se debilite, el gobierno podrá recurrir al \"fondo de estabilizació n económica y social\" para obtener ingresos. \"La pregunta que acosa a Latinoamérica y otros mercados emergentes es la siguiente: ¿cómo se evitan las subidas y bajadas en los ciclos de las commodities? \", dice el ministro de hacienda de Chile, Andrés Velasco. \"En Chile tenemos una respuesta fácil: gastar lo que es permanente y ahorrar lo que es transitorio. \" Hasta ahora, Chile ha ahorrado US$ 6000 millones y espera agregar otros US$ 6000 millones para finales del año a su fondo de estabilizació n, un total que equivale al 10% del PIB del país. Se trata de un enorme logro político. Cuesta imaginar que Estados Unidos destine US$ 1 billón, equivalente a un 10% de su PIB, en un fondo de estabilizació n que invierte los recursos en bonos y acciones de otros países. Sería una tarea casi imposible, tomando en cuenta las presiones en el Congreso para elevar el gasto o reducir impuestos.


El modelo noruego

En 1990, Noruega, un país rico en petróleo, empezó un fondo de estabilizació n que ahora tiene una cartera de inversiones de US$ 300.000 millones, una suma asombrosa para un país de 4,6 millones de habitantes. Chile imitó el modelo noruego, pero el fondo no empezó a acumular activos hasta en los últimos años, cuando los precios del cobre se han triplicado a más de US$ 3 la libra desde 2004. Esta política supone un mayor sacrificio para Chile, donde el ingreso per cápita en 2005 era de US$ 7100, aproximadamente una séptima parte del de Noruega.

Aunque Chile se considera un ejemplo de éxito según los estándares latinoamericanos —ha crecido a una tasa anual promedio del 5,5% desde 1990—, el país sufre complejos problemas internos como la profunda brecha entre ricos y pobres, un sistema educativo deficiente y una infraestructura de puertos, aeropuertos y carreteras inadecuada. Ahorrar tanto dinero \"es un crimen\", dice el senador chileno Fernando Flores, que fue Ministro de Hacienda durante el gobierno marxista de Salvador Allende y después acumuló una fortuna en el sector del software en California. \"Necesitamos un modelo de inversión y educación para crear nuevas industrias\" , insiste.

Pero las autoridades chilenas dicen que es muy importante limitar el efecto del auge del cobre para evitar que el país dependa demasiado de recursos que pueden desaparecer rápidamente, creando déficits de presupuesto. El gobierno aspira a un superávit fiscal de cerca del 1% anual y calcula la proyección de sus ingresos mediante un pronóstico del precio promedio del cobre en la próxima década. Cuando el precio actual se dispara por encima del pronóstico de largo plazo, como ha ocurrido en los últimos años, el gobierno logra un superávit superior al 1% y canaliza los excedentes al fondo de estabilizació n, que a su vez invierte el dinero en el exterior. Una de las metas de esta estricta política fiscal es reducir la apreciación del peso, que durante décadas ha subido al mismo ritmo que los precios del cobre. Un peso más fuerte incrementa el precio de exportación del vino, productos de madera, frutas y vegetales chilenos, y les restan competitividad a nivel internacional. El Ministerio de Hacienda dice que sus políticas de estabilizació n han sido exitosas.

Al descontar la inflación, el peso se negocia actualmente alrededor de su nivel promedio de los últimos 20 años. Sin embargo, algunos exportadores están menos impresionados. Desde mediados de 2003, el peso chileno se ha apreciado cerca de 25% frente al dólar, después de considerar la inflación. \"Con el peso en ese nivel, muchas empresas exportadoras registran márgenes bajos\", lamenta Recaredo Ossa, director de Viña Veramonte S.A., un importante productor de Casablanca, una región cerca de Santiago que concentra a varias viñas. Un funcionario del Ministerio de Hacienda dice que el tipo de cambio se habría disparado sin la política de estabilizació n. \"Si nos gastamos todo el dinero en consumo, no nos quedará nada\", señala Alvaro Saieh, presidente de la junta directiva de Corp Group, un grupo financiero chileno. \"Estamos poniendo el capital a salvo.\"


Por Bob Davis
The Wall Street Journal

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