martes, 12 de junio de 2007

La tentación de Judas

La religiones, en particular las monoteístas, han dado representación al mal, esto es, una personificación en el Demonio para justificarse ya que al fundarse en la oposición entre bien y mal (maniqueísmo), la presencia de la mal vendría a corroborar así la existencia de la bondad encarnada por Dios. Esto explica porque el cristianismo ha desarrollado prácticas y ritos (exorcismo) dirigidos a expulsar el mal del cuerpo, lo que se denomina como posesión demoníaca.

Si las potencias infernales fueran verdaderamente inteligentes jamás tomarían las almas humanas pues con ello sirven a los propósitos de la divinidad de demostrar su “poder”. Es decir, que al poseer a un hombre lo único que conseguirían sería reforzar las creencias de aquellos que viven en la incredulidad o indiferencia hacia Dios. Desde esa perspectiva nada sería más contraproducente que atormentar al hombre pues revelaría la existencia de un mundo trascendente o metafísico. Para una entidad demoníaca sería preferible abstenerse de intervenir físicamente en el mundo ya que con ello sembraría mayores dudas sobre la eternidad.

En ese orden de ideas, la tentación de Satanás a Judas Iscariote, apóstol de Jesús, como indica el Evangelio de Lucas, deviene en imposible puesto que el demonio contribuiría a que se realicen los designios divinos. En otras palabras, que al tentar a Judas se pone en marcha el plan de Dios para salvar las almas del pecado, esto es, la redención ¿Cómo iba pues Satanás a permitir semejante cosa, si él es considerado el principal saboteador de la especie? No puede entenderse bajo ninguna forma que la serpiente antigua actué tan candorosamente en aras de facilitar la labor del Mesías. De haber participado como sugieren las Escrituras el Diablo habría contribuido únicamente a su ruina pues ¿de qué le servía que Jesús fuese condenado en cuerpo si iba a ser salvado en espíritu?

Detrás de la salvación de las almas sólo puede estar Dios y no el Diablo. Así, fue el primero y no el segundo quien verdaderamente indujo a Judas a cometer su traición. Esto puede apreciarse de la lectura del Evangelio de Juan pues Jesús no sólo revela a sus discípulos la traición de uno de ellos, sino que apura al felón a ejecutar su deslealtad. “Lo que vas a hacer, hazlo más pronto”, dijo Jesús. En este libro también se menciona que Satanás entró en Judas cuando los apóstoles celebraban la última cena.

La voluntad de Dios era que su Hijo sea entregado para el perdón de los pecados, sin importar si inducía a otros a cometer actos impuros como Judas. El guión había sido previamente escrito por Dios, así que no había forma de apartarse de él o pretender interpretar otro rol. De esa forma la afirmación de su existencia es la negación de nuestra libertad.

1 comentario:

Anonymous dijo...

Estoy terminando de leer un libro que esta muy bien, y que trata sobre lo que podria haber sido la verdadera historia de la vida de Jesus y sus familiares. Se titula El Rey de las Mariposas, de Sebastian Jiménez Pinto, y lo conoci al ver un blog sobre este libro : www.elreydelasmariposas.blogspot.com
Os lo recomiendo a todos. (*****). Mari Carmen (Badajoz)