miércoles, 17 de octubre de 2007

EL MERCADO LABORAL COLOMBIANO

EL MERCADO LABORAL COLOMBIANO


Atendiendo al más reciente estudio realizado por el Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad Externado de Colombia, se encuentra que el mercado laboral colombiano sufrió un notable desmejoramiento entre 1997 y 2005. Los elementos tenidos en cuenta para realizar esta afirmación, son, por una parte, la informalidad que no cede y supera ya el 60% y el hecho de que cerca del 50% de los asalariados no tienen un contrato laboral formal.

No obstante los buenos resultados recientes a nivel cuantitativo, el Observatorio, hace notar que estos resultados se deben al efecto conjunto de una ligera expansión de la demanda de trabajo y al retiro del mercado laboral de una parte importante de adultos en edad productiva. Esto puede ser confirmado por el comportamiento de la tasa de ocupación, que en los últimos cuatro años apenas subió de 51.6% a 52.4%, en tanto que la tasa de desempleo se contrajo de 16.1% a 12%.

Al parecer un importante número de desempleados, se vinculó a actividades de carácter informal o se empleó en negocios independientes, lo cual reafirmaría la baja capacidad del mercado laboral formal para absorber la oferta laboral existente.

Cuadro 1

Empleo y desempleo en Colombia


2002

2005

2006

Tasa de ocupación

51.6

51.9

52.4

Tasa de desempleo

16.1

12.7

12.0

Índice empleo comercio

94.9

100.5

105.1

Índice empleo industria

95.3

94.6

95.6

Fuente: Tomado de los cálculos del Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social con base en datos DANE, encuestas de hogares y encuestas a establecimientos formales del comercio al por menor y de la industria manufacturera




En un balance de la política laboral del gobierno Uribe, Reina y otros (2006), encuentran el mismo resultado que el del Observatorio, afirmando por un lado, que las ligeras y eventuales mejoras al mercado laboral corresponden a factores externos[1], y por el otro, que existe un proceso paulatino de desaceleración en la creación de puestos de trabajo y de precarización de los mismos[2].

La paradoja de una economía que crece a tasas superiores a su promedio histórico y que la vez presenta persistencia del desempleo, parece explicarse por el cambio tecnológico, adoptado sobre todo por las empresas internacionales que al adquirir las empresas nacionales, cambian su organización interna generando despido de trabajadores al mismo tiempo que la avalancha de importaciones genera empleos en el exterior, destruye empleo local. Los sectores que lideran el actual periodo de crecimiento, no son los más intensivos en trabajo y algunos como la minería de carbón y níquel, operan como economías de enclave sin mayor encadenamiento hacia otros sectores productivos.

Adicionalmente, el consumo interno está creciendo a niveles muy elevados, estimulado por el aumento del crédito y por la entrada de remesas de colombianos en el exterior, pero por tratarse de ingresos generados por trabajos realizados fuera del país, no tienen un impacto proporcional en la generación de empleo local. El siguiente gráfico resume de manera clara las anteriores observaciones.






Fuente: Reina y otros (2006)




Visto el período 2003-2006, donde la tasa de desempleo pasa de 15.6% a 12.1%, se percibe que lo ocurrido no es la mejora en las condiciones laborales de la población (más empleos o mayor remuneración), lo que explica la disminución de la tasa de desempleo. Por el contrario, la barra azul muestra que efectivamente los desocupados caen y por ello retrocede la tasa de desempleo, sin embargo la creación de empleos, columna roja, lo hace a un ritmo bastante inferior. Esto es lo que los autores llaman la paradoja del empleo; es más alta la caída de los desocupados que la creación de los puestos de trabajo.

Incluso para el año 2004 los autores encuentran que mientras aumenta el número de desocupados (más desempleo) se siguen presentando reducciones en la tasa de desempleo. La explicación descansa en el aumento vertiginoso del número de inactivos, como se percibe con mayor claridad en el 2005, cuando crecen cerca del 6% presionando la caída de los desocupados.

No obstante entre 2002 y 2005 se registraron avances en la calidad del empleo con una ligera desaceleración en el 2006. En primer lugar se registró un aumento en la participación de los trabajadores asalariados, y en segundo lugar se presentó un aumento en la cobertura de la seguridad social.

El control de la inflación permitió en años recientes que el salario mínimo recuperara poder adquisitivo (+ 2.9% en términos reales), pero en contraprestación son cada vez más los trabajadores que reciben un salario inferior al mínimo legal. Al mismo tiempo no hay avances en lo relacionado con la contratación laboral y en el 2006, sólo la mitad de los asalariados colombianos reporta haber firmado un contrato de trabajo, y un 30% de ellos son temporales.




Cuadro 2

Indicadores de la calidad del empleo en Colombia


2002

2005

2006

1. Posición ocupacional

Asalariados (%)

Cuenta propia (%)

Trabajadores asociados (índice)

42,5

40,3

100,0

44,6

39,9

389,4

46,5

38,2

464,3

2. Asalariados con contrato escrito de trabajo (%)

49,5

51,5

50,5

3. Asalariados según duración del contrato

A términos indefinido (%)

A término fijo (%)

Temporales industria formal (índice) (1)

Temporales comercio formal (índice) (2)

Temporales comercio formal (índice) (3)

67,5

29,4

99,7

130,2

204,7

68,1

29,4

110,1

157,7

261,3

68,2

29,0

114,9

157,0

287,8

4. Asalariados subcontratados (%)

7,6

10,9

12,2

5. Trabajadores con más de 1 empleo (%)

3,5

5,9

5,9

6. Trabajadores de tiempo parcial (cabeceras)

Total (%)

Involuntarios (%)

26,8

12,5

21,2

8,8

21,5

8,9

7. Trabajadores subempleados (%)

41,2

36,9

37,9

8. Informalidad urbana (%)

66,0

64,1

64,2

9. Ocupados afiliados a Salud

Total (%)

Al régimen contributivo (%)

Cotizantes (%)

Al régimen subsidiado (%)

66,9

43,7

33,9

23,1

77,1

44,3

35,4

32,8

79,4

45,0

35,9

34,3

10. Ocupados afiliados a pensiones

Total (%)

Asalariados (%)

Cuenta propia (%)

23,9

43,5

4,7

27,1

48,8

5,5

27,1

47,4

5,0


(1) Asalariados contratados a término fijo y mediante empresas de servicio temporal (2) Asalariados contratados a término fijo (3) Asalariados contratados mediante empresas de servicio temporal

Fuente: Tomado de los cálculos del Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social con base en datos DANE, encuestas de hogares y encuestas a establecimientos formales del comercio al por menor y de la industria manufacturera, y Confecoop




En este grupo de trabajadores, la proporción con contrato laboral disminuyó al pasar de un 51.5% en 2005 a un 50.5% en 2006, mientras que los trabajadores subcontratados y temporales han aumentado de manera significativa su participación.

En pensiones la cobertura ha retrocedido y se observa que entre los asalariados se pasó de un 48.8% a un 47.4% y entre los cuenta propia de 5.5% a 5%. Mientras el trabajo formal cede, la subcontratación crece, y las cooperativas de trabajo asociado son cada vez más numerosas. Esto concuerda con una tendencia cada vez más evidente a trasladar el costo de la seguridad social a los mismos trabajadores o a intermediarios. Estas situaciones en su conjunto han conducido a una desaceleración en la afiliación a la seguridad social contributiva.

Recientemente (agosto del 2007) la Corte constitucional falló en contra de las Cooperativas de Trabajo Asociado, que amparadas en la ambigüedad socio-trabajador de sus afiliados, desconocían de manera tajante cualquier tipo de responsabilidad en el pago de los montos establecidos por la ley para garantizar el acceso a la seguridad social de los trabajadores. Por esta vía ni las empresas que contrataban a los trabajadores mediante contratos a término fijo, por prestación de servicios, ni las mismas cooperativas respondían por la seguridad social del trabajador, dejándolos totalmente desprotegidos.

La situación en su conjunto, con el tema de las cooperativas y los altos niveles de informalidad, es preocupante, más si se tiene en cuenta que el período estudiado corresponde a uno de los de mejor desempeño económico de la historia reciente. De nuevo parece replicarse una tendencia que ha cobrado fuerza en los últimos años en distintos países, y que se expresa como un proceso de crecimiento económico sin generación de empleo. O lo que es lo mismo, el nuevo modelo de desarrollo ha generado un círculo de miseria y desigualdad a través de la destrucción de puestos de trabajo y de precarización de los mismos.

Si bien a nivel internacional se han presentado numerosos trabajos al respecto, la estimación de una función de satisfacción en el trabajo, es apenas una iniciativa de reciente data. En ello el Observatorio de Mercado de Trabajo y la Seguridad Social, de la Universidad Externado de Colombia, ha realizado importantes avances y los primeros resultados fueron dados a conocer recientemente. Muchas de las conclusiones derivadas de este trabajo, coinciden con apreciaciones previas fundamentadas en la observación de los indicadores de empleo y calidad del mismo.

Una de las conclusiones más importantes del estudio, tiene que ver con el alto grado de satisfacción que se deriva de ser asalariado público, lo cual se explica fundamentalmente por ventajas como la mayor regulación y la estabilidad laboral. Un grado de satisfacción similar muestra los empleadores y los trabajadores formales por cuenta propia, quienes valoran altamente su mayor autonomía y flexibilidad en los horarios. Otra cosa muy distinta ocurre con los cuenta propia informales, quienes registran una menor satisfacción por su trabajo, que por lo demás son la mayoría.

Un resultado que es ciertamente paradójico, pero que coincide con los resultados encontrados en otros países, es el alto grado de satisfacción de las mujeres con sus empleos, a pesar de que se constituye en un grupo poblacional, particularmente afectado por fenómenos de discriminación laboral. Sobre este tema L.C Kaiser en su trabajo comparativo sobre la satisfacción en el trabajo, infiere que existe cierta satisfacción adicional para los trabajadores que esperan menos de su trabajo.

En el caso de las mujeres, que tienden a estar limitadas en el mercado laboral en lo referente a sus aspiraciones laborales, se replica esta situación y por tanto registran una satisfacción mayor frente a sus colegas hombres.

La situación mencionada por L.C Kaiser también es aplicable en el caso colombiano, a las personas con menor grado de calificación. En efecto los resultados parecen avalar la suposición según la cual un mayor nivel de educación aumenta las aspiraciones de los individuos, llevándolos con ello a mayores grados de insatisfacción.

Por otra parte si tener un contrato escrito a término indefinido, trabajar a tiempo completo vinculado directamente a la empresa y contar con las prestaciones de ley, se constituyen en elementos que aumentan la satisfacción con el trabajo, actividades como el trabajo de tiempo parcial queriendo laborar más horas, el trabajo en kioscos, en un vehículo de servicio público, puerta a puerta o en la calle, generan mayores niveles de insatisfacción.


Bogotá, 16 de octubre de 2007


CARLOS RODRIGUEZ DIAZ

Presidente



[1] Siendo ejemplo el crecimiento de las remesas que ha provocado aumentos importantes en la población inactiva.

[2] Este artículo sólo se concentra en la coyuntura, sin embargo, el artículo citado muestra como, sobre todo desde comienzos de los ochenta, la creación de empleos ha disminuido, con lo que puede inferirse un proceso estructural de destrucción de puestos de trabajo.

No hay comentarios: