El pueblo mapuche pide al Gobierno de Chile la devolución de sus tierras
Pobladores indígenas reclaman el territorio que habitaron sus ancestros y que ahora es utilizado por madereras, haciendas y, en un futuro, también por centrales hidroeléctricas
Por Moisés Ávila Roldán. Corresponsal
SANTIAGO DE CHILE. Ni los incas, primero, ni los españoles, después, pudieron con ellos. Sus territorios fueron inquebrantables y a ellos solo se accedía mediante acuerdos o pactos. Todo cambió con la fundación de la República de Chile, a la que fueron anexados mediante la ocupación militar. Los mapuches, ancestral población indígena, exige al Gobierno de Santiago la devolución de lo que en algún momento fueron sus dominios, en la parte sur de Chile.
Originalmente habitaron el sur del continente americano, a lo largo de territorios pertenecientes actualmente a Argentina y Chile, pero ahora la población mapuche se sitúa principalmente en las regiones del Bío Bío, la Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, con zonas de abundante vegetación y bosques preferidos por la industria forestal, así como espacios técnicamente óptimos para la construcción de represas y centrales hidroeléctricas que permitirían aliviar, en parte, las necesidades energéticas del país.
Precisamente en esas zonas se encuentran lo que los pobladores indígenas denominan sus tierras ancestrales y legales. Sus demandas por la reivindicación de sus dominios han cobrado ya algunas vidas y han llevado a la cárcel a una veintena de mapuches. Otro tanto se encuentra en la clandestinidad y algunos en rebeldía ante la justicia, por considerar que se vulneran sus derechos. El Gobierno ha empezado a tomar medidas.
REACCIÓN OFICIAL
Los reclamos mapuches respecto de eventuales abusos parecen tener asidero. Desde el gobierno del ex presidente Ricardo Lagos en adelante, se decidió procesar con la ley antiterrorista a los involucrados en actos de violencia. Esta medida generó el rechazo de Amnistía Internacional (AI) el año pasado. La institución pidió la revisión de las condenas.
Aunque, tal como sucedió con Lagos, el régimen de Michelle Bachelet tiene pretextos de sobra para aplicar mano dura. Las incursiones de activistas mapuches han sido violentas. Optan por ingresar a los predios de las zonas que reclaman y les prenden fuego. También han bloqueado carreteras y tomado haciendas, muchas de ellas de extranjeros o colonos. Los propietarios de algunos establecimientos turísticos y comerciales de la zona sur andan a sobresaltos.
Para la Corporación Maderera de Chile (Corma), que opera en el sector, el accionar de los mapuches solo puede calificarse como un acto terrorista.
Recientemente, el estudiante y activista mapuche Matías Catrileo falleció de un disparo luego de un enfrentamiento con carabineros. Este hecho motivó la condena de la Iglesia. En tanto, y gracias a la mediación del clero, la activista Patricia Troncoso, conocida como 'La Chepa', quien purga una condena de 10 años de cárcel procesada por la ley antiterrorista, depuso una huelga de hambre de 110 días.
La presidenta Bachelet designó recientemente a Rodrigo Egaña como alto comisionado para que se encargue del tema y genere espacios de diálogo con los mapuches. A pesar de los cuestionamientos, el Gobierno aclara que los activistas encarcelados no son presos políticos, sino personas que han delinquido.
SUS DIRIGENTES
Para los mapuches --conocidos también como araucanos, aunque ellos rechacen esa denominación-- el territorio rico en recursos naturales que reclaman para sí les perteneció siempre y se les arrebató, primero a la fuerza, y después con argucias legales.
Así lo recuerda uno de sus dirigentes, Aucán Huilcamán. "El pueblo mapuche era independiente, pero después de 71 años de haberse creado la República de Chile, el presidente José Joaquín Pérez dispuso que nuestra tierra se anexara al país, hecho que logró mediante la fuerza militar y obligó a todos los mapuches a ser chilenos, y hace 127 años que lo somos", sostiene a El Comercio.
"Ahora, están a punto de celebrar el bicentenario de la República en 2010, pero no nos reconocen y tampoco nuestros derechos", dice.
Para Huilcamán, ser parte de Chile fue solo un accidente. "No me siento chileno en absoluto. Soy mapuche. Nos han hecho chilenos a la fuerza. Es un accidente, una circunstancia de la historia, una casualidad. Si yo tuviera que definir a los chilenos, diría que son mis vecinos, ellos son mis vecinos pero son vividores con nosotros. Y ese sentimiento es el de la gran mayoría de los mapuches", aclara.
La manera de hablar de Huilcamán puede ser confundida con la del peruano andino, el boliviano e incluso el ecuatoriano. Pero no con la del chileno. Ya estuvo preso hace algunos años por negar su nacionalidad.
Jorge Huenchullán vocero de la comunidad de Temucuicui, considera que, para los mapuches, el paso de la dictadura a la democracia no se ha sentido en su pueblo, porque la represión hacia ellos es igual o peor que durante el régimen del fallecido Augusto Pinochet.
AYUDA INSUFICIENTE
La Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) es una entidad creada por el Gobierno para velar por las comunidades originarias que habitan Chile. Recientemente entregó a los mapuches un territorio en la zona de Lican Ray. El 2002 compró unas 1.800 hectáreas a la empresa forestal Mininco y las entregó a la comunidad Temucuicui. Pero nada de eso ha sido considerado suficiente. Algunos sectores políticos y medios de comunicación han cuestionado duramente la eficacia del Conadi.
Actualmente son 21 compañías forestales las que operan en la zona, a pesar de la oposición del pueblo mapuche. También hay empresas mineras y cinco proyectos aprobados de represas para centrales hidroeléctricas. "Si las empresas no se hacen parte del problema, van a forzar una situación de conflicto", dice Huilcamán.
Mientras los reclamos continúan, los pobladores mantienen sus costumbres y ritos ancestrales. La 'machi' o curandera sigue sanando al ritmo de los tambores kultrún y el rito del machitún, que les permite comunicarse con los espíritus y recibir sus enseñanzas. También juegan palín, una especie de hockey sobre césped, y ahuyentan las calamidades y llaman a la buena cosecha con el Nquillatún. Mapuche quiere decir "hombre de tierra". Y tierra es precisamente lo que piden.
PARA RECORDAR
4A principios de enero, un ejecutivo de la hidroeléctrica Trayenko, encargada de construir tres centrales de energía cerca de los poblados mapuches, recibió disparos por parte de una persona no identificada mientras viajaba en su camioneta. Resultó ileso.
4En el lugar se encontraron panfletos con las siglas CAM que, se presume, son de la Coordinadora Arauco Malleco, entidad que lidera las demandas del pueblo mapuche. Pero el dirigente Aucán Huilcamán asegura que es un montaje del Gobierno para desprestigiarlos.
CLAVES
Una demanda de cuatro aristas
Son cuatro los principales puntos que integran la demanda del pueblo mapuche:
1 La restitución del derecho de propiedad de los territorios que les fueron "despojados" al crearse la República de Chile, en el siglo XIX.
2 La reconstrucción del territorio mapuche "usurpado por la fuerza" por el Estado Chileno.
3 Respeto del derecho de autodeterminación del pueblo mapuche, derecho claramente establecido en la Declaración de las Naciones Unidas adoptada el 13 de setiembre del 2007 en Nueva York para los pueblos indígenas. El dirigente Aucán Huilcamán asegura que ello no implica ser un Estado independiente sino contar con un estatuto de autonomía administrativa y legal. Asegura que podría funcionar bajo el principio de estado federado.
4 Revisión de las políticas de las empresas forestales que operan en el territorio mapuche, desde el río Bío Bío al sur. Los mapuches se quejan porque el talado de árboles se hace en zonas que antes les pertenecían.
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