jueves, 25 de septiembre de 2008

Parece haberle llegado la hora de la verdad a EE.UU

Esta vez el Viagra será inútil

Por Jurgen Schuldt. Economista*

Desde el 2006 la economía estadounidense sufre una notoria disfunción eréctil, en el sentido que su aparato productivo no logra "levantarse, enderezarse o ponerse rígido", según define la Real Academia Española. En efecto, desde entonces, su economía ha venido encorvándose y aplacándose paulatinamente, opinión que recién comparten expertos en la materia y que hasta hace poco ridiculizaban a quienes pronosticaban la debacle actual. Sin embargo, de acuerdo con esos especialistas, el problema sería estrictamente financiero y no uno que está enraizado en fundamentos macroeconómicos, institucionales y tecnológicos.

Para resolver el problema, inicialmente la Reserva Federal (FED) creía poder afrontarlo igual que la recesión del 2001, derivada del estallido de la burbuja tecnológica de las 'dot.com'. Aplicaron políticas monetarias y fiscales expansivas agresivas, con lo que reanimaron los "espíritus animales" del empresariado. Se creció sobre la base del consumo y la inversión ligados al muy rentable sector de la construcción y, sobre todo, de su abigarrado y fraudulento entorno financiero. Como era inevitable, la 'burbuja hipotecaria' comenzó a desinflarse hace un año y terminó estallando semanas atrás.

En su desesperación, la FED venía adoptando sus tradicionales engañifas monetarias, que no surtieron efecto y que culminaron con pantagruélicos paquetes de nacionalizaciones y multimillonarios salvatajes financieros. El problema es que esta vez el macro-Viagra recetado no funcionaría, ya que las inversiones no tendrían dónde ir, en ausencia de potenciales rentabilidades en otros ámbitos económicos. Así que el maletín de trucos se quedó vacío.

Con ello, parece haberle llegado la hora de la verdad a EE.UU. El carnaval de sus empresas, gobierno y consumidores durante el último quinquenio ha terminado y no hay brebaje que les permita seguir creciendo. Como en la más común de las deficiencias eréctiles, la falta de testosterona de los empresarios y la calcificación de las arterias de la estructura económica es lo que está a la base de su crisis. Debido a la sobreinversión, atada a una reducción del ahorro doméstico (familiar y gubernamental), todo el proceso de crecimiento fue financiado engañosamente con borbotones de ahorro externo.

Lo que significa que, hasta que no madure una nueva revolución tecnológica que les permita volver a alzar vuelo, por fin tendrían que afrontar su debilidad estructural: sus gigantescos e irresponsables déficits fiscal y externo. Lo que no querrán asumir tanto por las elecciones ad portas como por las agresivas actitudes de sus grupos de presión frente al resto del mundo y que confirman su senectud: creciente tendencia al proteccionismo; ingenua construcción de kilométricos muros fronterizos; promoción de costosísimas guerras; incapacidad para convencer a China de que revalúe el yuan; y debilidad para revertir la dependencia energética.

En fin, ya que pretenden seguir viviendo más allá de sus posibilidades, el infarto o 'hard landing' que se les avecina, sería aun más devastador para el resto del mundo.

* UNIVERSIDAD DEL PACÍFICO.

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