martes, 23 de septiembre de 2008

A ritmo de marinera, chilenos celebraron sus fiestas patrias en el Perú

19:42 | Más de 12.000 sureños pasaron al lado peruano de la frontera para festejar su independencia

Juan Carlos Méndez / Especial para elcomercio.com.pe

Cebicherías, pollerías, pizzerías, chifas rebosantes. Hoteles sin un solo cuarto libre. Estacionamientos atestados, máquinas tragamonedas haciendo horas extras. Sin quejarse. ¿Por qué la apacible Tacna parece el Centro de Lima? ¿Es que la frontera sur también se está maquillando para llegar radiante a esa fiesta llamada APEC? No. Pero igualmente, la respuesta hay que buscarla en los visitantes.

Resulta que desde el miércoles 17 (en la tarde) hasta el domingo 21 se vivió en Chile un fin de semana largo para celebrar sus fiestas patrias, cuyo día central fue el 18 de setiembre. 198 años de independencia que muchos ariqueños decidieron celebrar en el Perú.

¿Será que el sabor del lomo saltado, el ají de gallina y el todoterreno cebiche es más poderoso que la fricción (real e imaginaria) entre chilenos y peruanos? ¿O es solo una cuestión práctica: para llegar a Iquique los ariqueños se toman cuatro horas y para llegar a Tacna solo una? ¿O se trata de aprovechar un tipo de cambio favorable? ¿O será simplemente que a este lado de la frontera la cerveza es más rica?

Con estas y otras preguntas abordamos a Tomás Bradanovic (53), multifacético ingeniero y blogger santiaguino autodenominado"ariqueño neto" que por estos días cumple labores profesionales en Tacna. Y dice así:

"Más que una moda, ir a Tacna es una tradición que existe hace treinta años cuando recién llegué a Arica. Incluso mucho antes, porque mi suegra que es ariqueña neta me cuenta que sus padres iban a comprar allá regularmente".

"Una de las razones es el atractivo de viajar al extranjero con tanta facilidad. Los ariqueños viajan tan seguido que se sienten un poco como locales. Es una sensación curiosa ser extranjero y no extranjero, especialmente cuando se va con alguien del sur de Chile y el ariqueño hace de guía experto. Además, los ariqueños que viajan tienen sus caseros y lugares favoritos. Es común tener un médicos, dentista y oculista de toda una vida, que se hacen viejos junto con uno".

- Se tiene la idea de que los ariqueños van a Tacna a pasar el día. Pero según el consulado chileno en Tacna, existen varias familias chilenas viviendo allá. ¿Conoces a alguna?
- Todos los casos que conozco son por motivo de matrimonio: chilenos casados con peruanas y viceversa. Además entre los tacneños y ariqueños antiguos abundan los lazos de parentesco. Las familias de inmigrantes italianos tienen ramas en ambas ciudades: Cánepa, Solari, Lombardi. Y la mayoría de las familias tradicionales de ambas ciudades están emparentadas.

-Usualmente los peruanos van a Chile a buscar un trabajo que no encuentran aquí. ¿Alguna vez las visitas fueron por turismo o para hacer compras?
- Claro, entre 1985 y 1990 durante el primer gobierno de Alan García hubo un enorme flujo de peruanos que venían a comprar a nuestra ciudad. En esos cinco años se hicieron grandes fortunas porque Perú tenía una economía cerrada con altos impuestos a los artículos importados. Eso, sumado a un enorme desequilibrio cambiario, hizo aparecer los primeros millonarios en dólares, tanto en Arica como en Tacna. La calle Colón era un hervidero de peruanos y un negocio en esa calle valía cientos de miles de dólares. Fueron los años dorados del contrabando también. Luego vino Fujimori, abrió la economía y se terminó la fiesta. Hay una broma en Arica que dice que junto con la estatua de Carlos Ibáñez (presidente chileno) debería haber otra de Alan García el joven, los dos grandes benefactores de la ciudad.

- Otro hecho que grafica la relación entre las ciudades es que varios candidatos a la Municipalidad de Arica encarguen y compren sus gigantografías y volantes en Tacna. ¿Qué opinas del escándalo que armó la prensa y las voces de protesta de algunos ariqueños?
- Creo que es una consecuencia lógica de la economía de frontera. Aquí, las relaciones comerciales siempre han sido simbióticas. A veces conviene comprar en Tacna, otras en Arica, según la situación de cambio. A veces ganan los compradores y otras veces los vendedores; los que no ganan siempre reclaman. Yo no le veo mucho sentido a esos reclamos. La gente siempre va a comprar donde las cosas estén más baratas.

Un rápido paseo por ambas ciudades complementa lo dicho por Bradanovic: En Tacna un buffet internacional (para turistas) puede costar entre 30 y 35 soles. En Arica cuesta alrededor de 10.000 pesos (aprox. 20 dólares). Casi el doble y sin la codiciada sazón peruana. Aunque esa relación no se mantiene en todo (la gasolina tiene casi el mismo precio), Tacna es una zona franca (en los mercadillos se encuentra lo mismo que en "Polvos Azules" pero mucho más barato) que además ha diversificado su oferta diurna (galerías comerciales, dentistas, oculistas), hotelera y nocturna (discotecas, bares y casinos). Si a lo anterior se le suma que Arica vive una crisis (con altas tasas de desempleo para Chile), se comprende la elección.

Óscar Zubieta, director de la Dirección General de Migraciones y Naturalización de Tacna, coincide en señalar al factor económico como determinante.

Además, facilita algunos números sobre el flujo de personas (de sur a norte) durante el mes de la chilenidad, como llaman a setiembre los del río Mapocho: El viernes 5 cruzaron 9.022, el sábado 6 fueron 13.560 y el domingo 7 lo hicieron 13.390. Sumados son casi 36.000. El viernes 12 llegaron 9.342, el sábado 13 fueron 13.698 y el domingo 14 lo hicieron 11.140. Más de 34.000.

Es cierto que la mayoría no se queda todo el fin de semana, pero igual son números significativos. Quizá el lector limeño pueda imaginar la situación con un dato: 33.903 personas son las que viven en el distrito de Barranco según el censo nacional 2007 (INEI).

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