Perú intacto
Ricardo Lago*
| Oct 27, 2008A mediados de octubre, en la Reunión Anual del Banco Mundial y del Fondo Monetario
Internacional, el Ministro de Finanzas de Perú, Luis Valdivieso, anunció su intención de
emitir bonos a 30 años por US$ 600 millones. ¿Los actuales turbulentos mercados de
capitales aceptarán un nuevo bono emitido por un país emergente?
La respuesta espontánea es no, pero Perú podría ser una excepción. La paradoja es
que Perú podría tener éxito en el mercado de capitales precisamente porque no
necesita el dinero. Perú ha estado teniendo superávit presupuestal por varios años y el
nivel de su deuda pública es bajo. De hecho, Perú es uno de los pocos países donde
las reservas internacionales del Banco Central (US$ 35 mil millones o 26% del PBI)
exceden el total de la deuda pública interna y externa (US$ 30 mil millones). En otras
palabras, el sector público en Perú es un acreedor neto. Los ingresos por esos bonos
no son necesarios para pagar gastos corrientes, más bien las autoridades tienen la
intención de usar esos recursos para recomprar bonos peruanos de corto plazo de los
inversionistas. Con esta operación se elevaría el plazo de vencimiento promedio de la
deuda externa que actualmente es de 11 años.
La crisis financiera internacional de los últimos dos meses ha enfatizado la fortaleza de
las finanzas peruanas. A diferencia de otras economías latinoamericanas, el tipo de
cambio del Nuevo Sol la moneda peruana- se ha mantenido estable con moderadas
intervenciones del Banco Central y la tasa de interés interbancaria no ha cambiado
mucho. Más aún, las autoridades no han salido al rescate de ninguna gran institución
financiera o corporación. Es sumamente lamentable que estos logros fueran
ensombrecidos por un escándalo de corrupción que impulsó una renovación parcial
del gabinete ministerial.
Además de fundamentos fiscales y monetarios sólidos, Perú tiene un sistema bancario
relativamente pequeño pero fuerte, con activos totales alrededor de un tercio de su
PBI. Los bancos están adecuadamente capitalizados, bien supervisados y
extremadamente líquidos. Alrededor de la mitad de los depósitos totales están
colocados en los fondos de encaje o en deuda oficial. El Banco Central está bien
posicionado para inyectar suficientes soles y liquidez en dólares relajando los
requerimientos de encaje o recomprando valores emitidos por el mismo instituto
emisor. La estructura del sector bancario también ayuda. Cuatro grandes bancos
representan tres cuartas partes de la intermediación bancaria total; y dos de ellos
pertenecen a la banca internacional, BBVA de España y Scotiabank de Canadá, hasta
ahora sobrevivientes de la reciente crisis. Los bancos peruanos operan con bajo
coeficiente de endeudamiento (inferior a diez a uno) y practican un estilo bancario
tradicional: préstamos con garantía.
Una corrida de depósitos bancarios es impensable y no tendría éxito. La razón es queel total de depósitos del sistema (cerca de US$ 29 mil millones de dólares) es inferior a
las reservas internacionales del Banco Central. Asimismo, las autoridades tienen
disposición de cortar de raíz cualquier ataque especulativo contra el nuevo sol.
Es evidente que, a raíz de la esperada recesión internacional, la tasa de crecimiento
del PBI será inferior al 10% esperado para 2008, habiendo registrado un 7% promedio
en los últimos seis años. Una disminución en las exportaciones y flujos de capitales sin
duda perjudicará los ingresos, la recaudación tributaria y la balanza de pagos. Sin
embargo, los analistas proyectan que Perú crecería tanto para 2009 y 2010 en más de
5%. Hay tres factores claves que sostienen esta proyección. La primera son los
compromisos de inversión extranjera directa en proyectos en ejecución que en total
suman US$ 8 mil millones de dólares al año. La segunda es la disposición de las
autoridades para ejecutar política fiscal contracíclica debido a los sólidos fundamentos
presupuestales y al manejo de deuda. Y el tercero es la viabilidad de mantener el ritmo
de préstamos para inversión local y de vivienda en vista de la buena condición del
sistema bancario.
Perú es un caso real de éxito del libre mercado y disciplina fiscal. El libre comercio ha
permitido que las exportaciones se multipliquen por nueve veces en menos de dos
décadas. Tras progresivas reducciones arancelarias unilaterales efectuadas en el
marco de la OMC, Perú firmó recientemente un acuerdo de libre comercio (TLC) con
Estados Unidos y está negociando acuerdos con la Unión Europea y China. El Perú
también es un caso de recuperación macroeconómica. Sólo hace 18 años atrás era un
caso perdido con moratoria con todos sus acreedores externos -incluido el FMI y el
Banco Mundial- y con una hiperinflación persistente. Hoy, Perú es una economía con
rápido crecimiento y su sector público es un acreedor neto. En reconocimiento, a
principios de 2008 las agencias de calificación S&P y Fitch elevaron la calificación
crediticia del Perú al selecto grupo de países con grado de inversión.
El Banco Central de Reserva del Perú merece mucho crédito en el éxito conseguido
por el país. Es una institución independiente, con personal de economistas
competentes que miran a la banca central como un trabajo de toda la vida. La
acumulación de reservas internacionales (RIN), a un nivel equivalente a la cuarta parte
del PBI no es en absoluto fácil, y es aún más difícil en un país en desarrollo agobiado
con fuertes demandas sociales. Este nivel de reserva, usado como efecto
amortiguador, está dando sus frutos en estos días críticos. En esencia, el Perú ha
suscrito su propia póliza de seguro.
¿Y la pobreza? El resultado final de las políticas de libre mercado de Perú ha sido una
constante reducción de la pobreza. Desde 2003 hasta 2007, la tasa de pobreza -tal
como lo define el Banco Mundial - se redujo de 52% a 39% y la pobreza extrema se ha
aliviado de 21% a 14%. En los primeros dos años de su segundo mandato, el
Presidente Alan García ha demostrado un firme compromiso con la reducción de la
pobreza en virtud de las políticas macroeconómicas sostenibles. Esto muestra un
agudo contraste con su primer mandato, de 1985 a 1990, cuando trató de luchar
contra la pobreza en el marco de políticas macroeconómicas erróneas. El liderazgo y
carisma del Presidente García está ahora en la raíz de la jornada de éxito del Perú, en
medio de esta tormenta financiera sin precedente.
Si no se necesita dinero, ¿por qué entonces las autoridades están decididas a emitir
un bono en medio de la actual crisis de los mercados financieros? Una razón puede
ser la de dar una señal de sus propias fortalezas macroeconómicas a los mercados de
capitales, en un momento en que las vulnerabilidades de todos los países han sido
llevadas a una prueba de fortaleza extrema. Además, el éxito en la colocación de los
bonos con los inversores probará el punto en el cual la economía pueda aprovechar elcapital privado -incluso en mercados turbulentos- en contraposición a confiar
exclusivamente en el financiamiento "de emergencia " por parte del FMI y del Banco
Mundial.
Mientras que, algunos escépticos y abatidos banqueros se encogieron de hombros
ante las oportunidades que ofrecían los bonos peruanos, otros banqueros de inversión
corrieron a Lima para presentar sus ofertas.
*Ricardo Lago, ex director del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo y
ex funcionario del Banco Mundial a cargo del Perú entre 1987 y 1993, publicó en el
sitio web "Digital Journal" un artículo en el que analiza las fortalezas de la economía
peruana en el actual contexto de crisis financiera internacional.
Articulo original:
http://www.digitaljournal.com/article/261665
Traducido por el BCRP
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