lunes, 27 de abril de 2009

Influenza porcina

¿Resfrío a la mexicana?

No hay peor noticia para la recuperación de la economía mundial que el brote de una pandemia. La OMS está a punto de elevar el grado de letalidad de la mutación del virus de la influenza porque se transmite directamente, de persona a persona, y ha alcanzado a otros continentes. El escenario tiene todos los ingredientes para ser apocalíptico pues se combate simultáneamente una recesión global y la guerra contra el terrorismo fundamentalista islámico, sin dejar de lado la nuclearización en la península de Corea y la inestabilidad política de Pakistán, también poseedor de armamento nuclear.

El virus ya llegó a Sudamérica pues se reportó casos en Colombia y Brasil. Es probable que se propague por el resto de países de la región porque a eso nos ha empujado la inevitable globalización (el libre tránsito de personas y mercancías es una de sus principales características). Cerrar fronteras nacionales podría ser una alternativa si la situación se agrava en las próximas semanas. Los gobiernos no se decantarían por dicha opción -que causaría pánico- a menos que las cosas se salgan de control, es decir, que aumenten dramáticamente las infecciones.

Los sistemas de salud continental en su gran mayoría no están preparados para hacerle frente a una amenaza de este tipo. Se teme que la pandemia pueda alcanzar los niveles de la desatada entre 1918-1919, cuando culminaba la Primera Guerra Mundial. Hace casi cien años la plaga del virus de la influenza ocasionó 18 millones de muertes. La cepa de hoy debe ser más mortal que su antecesora pues debe haberse hecho más resistente a los antibióticos y vacunas conocidas. Al pasar del cerdo al ser humano, como se cree, ha desarrollado la capacidad para transmitirse con gran facilidad.

La economía sufrirá enormemente si se decreta estado de emergencia como en México, donde se ha rastreado el origen de la enfermedad. El turismo será el sector más afectado pues miles de extranjeros cancelarán o postergarán sus visitas a países sudamericanos. Nuestra proximidad con México y la precariedad del sistema de salud nos convertirán en un destino no elegible para visitantes foráneos.

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