Peligran las relaciones con Venezuela
Venezuela llamó en consulta a su embajador en Lima tras conocerse el otorgamiento de asilo al opositor Manuel Rosales. Se esperaba que el proceso durara algunas semanas más; pero finalmente la cancillería concedió dicho estatus al alcalde de Maracaibo "por razones humanitarias". Ayer, el canciller José Antonio García Belaunde descartó que la nueva condición de Rosales altere nuestras relaciones con Venezuela; hecho que ya ha ocurrido pues la respuesta de Caracas no se hizo esperar. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela considera que Perú "ha burlado el derecho internacional" por dar refugio a un acusado de enriquecimiento ilícito. Además anunció una evaluación integral de las relaciones con el Perú, lo que podría conducir a la ruptura de relaciones y el veto o prohibición a las exportaciones peruanas.
García Belaunde, quien no está calificado intelectualmente para el cargo, señaló que al conceder el asilo "no se prejuzga" la situación política de Venezuela, es decir, su respeto por los derechos humanos. Cosa que no es cierta, desde luego, ya que desde que un Estado otorga o piensa dar asilo (a un ciudadano de un país extranjero) evalúa la realidad política del país del que proviene el solicitante. Al "existir elementos que ameritan" el beneficio extraterritorial, según García Belaunde, se está analizando, quiéralo o no, si hay persecución política. Y para llegar a determinar si corre peligro la vida, la libertad o la integridad de Rosales fue necesario hurgar en las actuaciones y declaraciones de instituciones y funcionarios venezolanos. De este modo resulta inevitable calificar la situación interna de Venezuela al momento de resolver el pedido.
La relación con Venezuela nunca ha sido fluida; pero el canciller García Belaúnde piensa lo contrario. Jamás ha sido amistosa pues ha habido varios incidentes diplomáticos. Torre Tagle optó por ser fiel a una tradición histórica (de dar refugio a perseguidos políticos) en lugar considerar elementos geopolíticos como el cierre del mercado venezolano para nuestros productos, principalmente confecciones. Si ponemos en la balanza los pros y los contras (del otorgamiento del asilo), descubriremos, estratégicamente hablando, que en medio de la caída del comercio mundial no conviene enemistarnos con aquellos mercados que demandan nuestros productos. En el caso de Rosales el Ministerio de Relaciones Exteriores bien pudo denegar la solicitud aduciendo que Rosales realizó declaraciones altisonantes desde Lima contra el régimen venezolano. Al violar una condición que todo asilado debe observar –de no utilizar el territorio del país asilante como plataforma para hacer política– se debió negar el pedido, lo que no implica su expulsión inmediata pues Rosales podría solicitar asilo en otro país del hemisferio.
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