jueves, 21 de mayo de 2009

Jonas Brothers y Crepúsculo

Jonas Brothers y Crepúsculo



Por César Reyna



No creo que necesite escuchar la música pop de un trío adolescente ni leer las obras de Stephanie Meyer para saber por qué fascinan a las jovencitas de diversas latitudes. Los dos fenómenos son universales y equiparables hasta cierto punto porque las hacen consumir cualquier producto relacionado con ambos. Las niñas idolatran tanto a los Jonas Brothers que se arriesgan a contraer gripe mientras realizan vigilias frente a su hotel. Las fans de los Jonas son también lectoras de las novelas Crepúsculo y Luna nueva, por las que se pelean y forman largas colas solamente para conseguir las primeras ediciones. Cuando Meyer publicó sus libros, las librerías se convirtieron en verdaderos campos de batalla juveniles. Casi no podía ojear los textos que me interesaban porque era interrumpido por niñatas que hablan en voz alta de lo guapo que les parecía el protagonista de la película basada en una de las novelas de Meyer. Apenas pude transitar por los pasillos y me demoré una eternidad en una fila en la que no encajaba porque estaba rodeado por decenas de chicas alborotadas.

Hoy en día les juran amor eterno y arrojan sus prendas íntimas al igual que sus madres cuando éstas suspiraban por grupos como Menudo o los New Kids Of the Block. La historia se repite una vez más con muchachos fabricados por la industria musical. El molde parece inagotable porque cada cierto tiempo aparece un nuevo galán o galanes que revuelven sus hormonas y otras partes del cuerpo. Algunas, a las que ni siquiera les han crecido pechos, desean que Nick, uno de los Jonas Brothers, les haga un hijo o las lleven vestidas de blanco al altar. Cuando las mujeres no son más que proyectos parecen aletargadas como si los Jonas, o sus antecesores, tuvieran los poderes del Flautista de Hamelin. Las muchachas pernoctan y pasan frío esperando un saludo o un beso volado de los hermanos. Algunas prometen mejorar su rendimiento escolar y realizar todos los deberes de la casa con tal de que sus padres les den dinero para comprar su entrada, o solamente permiso para que las dejen ir con sus amigas los conciertos que ofrecieron en Lima.


Con Crepúsculo pasa algo más serio todavía porque hay niñas que realizan fiestas de cumpleaños en honor de los actores principales del filme. La película les devuelve por unas horas la fe en el romance y las hace soñar con amores prohibidos. Muchas seguramente desean un amor incondicional, a prueba de balas y de dificultades. El vampiro adolescente les parece poderoso y subyugante a la vez. Si bien tiene aspecto joven, posee vasta experiencia y es capaz de realizar proezas para salvar a su chica. No es un adolescente torpe que no sabe lo que hace, sino un hombre maduro en el cuerpo de un chico. Además de sus poderes y la seguridad y misterio que proyecta, posee algo que ningún muchacho u hombre común podría darles: la eterna juventud. Con una mordida basta para que conserven su lozanía para siempre. Imaginen a una mujer que atesora su figura, que se ve igual de joven cada día a pesar de tener cientos de años. Contra eso es imposible competir, aunque sea una ficción.




No hay comentarios: