Por César Reyna
La mayoría estará de acuerdo con la cancelación del programa de Laura Bozzo en Ecuador y con las declaraciones del mandatario de ese país, Rafael Correa, quien lo calificó de “porquería” e “inmoral”.
Laura, aprovechando la controversia generada por la intervención del presidente ecuatoriano, iniciará una demanda por difamación porque se siente “agraviada”. A la persona que trabajó directamente con Montesinos (1) para estupidizar y ridiculizar a los peruanos no se le puede creer que sienta escozor por una verdad inapelable que ha escuchado repetidas veces.
Si la Bozzo ha decido tomar acciones legales es para ganar más notoriedad. Ella, como muchos personajes polémicos, dependen de de las confrontaciones y roces verbales para seguir figurando en el imaginario colectivo y en los medios.
El rechazo a su presencia a en la televisión ecuatoriana ha sido generalizado pues tanto académicos como periodistas expresaron casi las mismas palabras de Correa.
La Bozzo iba a tener una aparición diaria en un canal confiscado por el Estado ecuatoriano (sus dueños anteriores debían millones de dólares en impuestos atrasados). Pero antes de que Correa ordenara su salida del aire, los directivos de la cadena TC-Televisión decidieron no presentar el programa “Laura de Todos” por las fuertes críticas recibidas de televidentes y organizaciones sociales tras sus primeras emisiones.
Sería paradójico que Laura presente su caso como la lucha por la libertad de expresión en momentos en que los medios se sienten amenazados en América Latina. Aunque la Bozzo exprese orgullo al ser descalificada por Correa, a quien considera “autoritario, dictatorial y del grupo de Hugo Chávez”, no hay que perder de vista que está lejos de representar a la prensa independiente pues colaboró con la autocracia fujimorista durante los 90.
Ella sostuvo que Correa deberá “probar lo que afirma” como si se tratara de un desafío de difícil ejecución. Probar que lo que Laura hace es basura no debe asustar a nadie, y mucho menos al jefe de Estado de Ecuador. Para demostrarlo basta recoger opiniones de expertos y críticos de medios de comunicación o ver cualquiera de sus nauseabundos programas para que cualquier magistrado saque conclusiones.
Nadie debe haber rebajado tanto la condición humana como Laura en los últimos tiempos. Ella es responsable de que muchos peruanos viven en el extranjero sean estigmatizados por otros latinos que les dicen que no parecen violentos como los que aparecen en su show y tienen la dentadura completa.
La falta de credibilidad de sus casos la desacreditan ya que se descubrió en Perú que sus asistentes de producción pagan para que gente de escasos recursos finjan maltratos y abusos de sus parejas. La mayoría de pleitos son falsos y los panelistas muchas veces se conocen entre sí detrás de cámaras.
Hacen bien nuestros vecinos en retirar de sus pantallas a una persona que ha lucrado con la miseria. La adicción que podía llegar a causar es peligrosa pues entretiene con nuestra propia mierda.
(1) Por esa relación fue condenada en 2002 a cuatro años de prisión domiciliaria.
1 comentario:
votenla a esa mierda q hueva ponen en la tv pz sankenla de una puta pz q asco da su programas eres una caca laura
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