jueves, 5 de octubre de 2006

Latin immigration: ¿barbarian invasion?

Generalmente para prevenir o contener una invasión las civilizaciones han recurrido a los muros. Así la historia registra algunos casos emblemáticos que a la larga no cumplieron su objetivo.

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La corriente xenófoba en Estados Unidos ha desembocado en la aprobación de un proyecto para cercar parcialmente la frontera norteamericana-mexicana. Detrás de esta campaña, que tiene unos dos años de duración, se encuentran grupos activistas de derecha que conforman el grueso del electorado republicano. Una razón para pensar en la trasnochada reacción del Senado Norteamericano, que entró en receso preelectoral este lunes, es que asumir una posición antiinmigratoria adjudica réditos políticos, esto es, se traduce en votos, ergo, en mantener el poder.

Un reciente artículo del Wall Street Journal da cuenta del crecimiento de grupos antiinmigratorios en EE.UU. Dichos activistas promueven el endurecimiento de la leyes inmigratorias y han hecho suya una “lucha” en la que “el Gobierno Federal no ha venido haciendo su trabajo”, explica Joseph Turner, líder de una organización llamada “Save Our State” (Salvemos nuestro estado). Como ésta, cientos de estos grupos que abogan por la protección de los intereses nativos de EE. UU. frente a los inmigrantes, proliferan hoy en día. Este aumento se debe en parte a los 12 millones de inmigrantes ilegales, cifra que crece en un millón cada año. El número de extranjeros en situación irregular explica parte de este extremismo conservador ya que detrás de estas señales (como la valla autorizada por el Congreso y estas agrupaciones antiinmigratorias) se esconde algo más bien roza con el racismo y la discriminación.

Para comprender un problema tan complejo, es preciso dividirlo en varios tópicos como sea posible, con el fin de aproximarnos a una respuesta general. En otras palabras, recurriremos al método cartesiano ideado por Descartes al momento de abordar este fenómeno. Así, avanzaremos como detectives tratando de resolver el rompe cabezas de un caso que requiere de un tratamiento multidisciplinario.

A continuación, surgirán una serie de preguntas o inquietudes, las que sucesivamente se irán clarificando conforme encontremos nuevos datos y vayamos realizando nuestra labor.


¿Qué representan los inmigrantes para los EE. UU?

Para un sector, los latinos en situación irregular representan chivos expiatorios a sus problemas y temores. Bajo esta mirada inquisidora-conservadora se ocultan problemas más serios, algunos de los cuales pueden considerarse como preocupaciones naturales (como la pérdida de empleos, mayores tasas de criminalidad, etc.) y otros que adquieren ribetes más alarmantes para la convivencia por tratarse de cuestiones raciales o étnicas.

Desde el 11-S la inmigración ilegal ha sido considerada como una amenaza a la seguridad nacional, de ahí el fortalecimiento de los controles migratorios en los aeropuertos, entre otras medidas.

Es razonable pensar que a algunos norteamericanos (los de menores ingresos y menos educados) les perturbe perder puestos de trabajo a manos de latinos indocumentados, pues el seguro de desempleo federal ha venido reduciendo su cobertura y duración. De esta forma se ha agravado la situación para todos aquellos ciudadanos que dependen de la asistencia estatal para sobrevivir.

Pero esto ni las pandillas integradas por sujetos de origen hispano nos ayuda a comprender la causa de este malestar hacia los latinos. Durante años la población centroamericana y sudamericana ha realizado trabajos de baja remuneración, aquellos que no implicaban un mayor grado de conocimiento o experiencia. En otras palabras, desempeñaban y aún desempeñan tareas que los norteamericanos desechaban o no deseaban ejecutar. Así, la competencia laboral de los latinos se centraba mayormente en la población afroamericana y no tanto en los americanos de origen europeo (clasemedieros). De este modo, no es sostenible que la animadversión hacia los inmigrantes se sustente en la pérdida de empleos por parte de la población de la clase media blanca.

En cambio, lo que sì afecta directamente a la clase media de EE.UU. es el outsourcing de servicios profesionales (básicamente contadores, ingenieros, etc.) que son reemplazados por trabajadores en la India o Irlanda. Por otro lado, la inmigración ilegal perjudica fundamentalmente a los trabajadores poco preparados, presionando sus salarios a la baja. Estos últimos son los que vienen otorgando la victoria a los republicanos en las últimas elecciones. Tal vez ante la proximidad de èstas, y dada la baja popularidad de los republicanos debido a los escándalos sexuales y al mal enfoque en Irak, Bush se ha visto forzado a utilizar una cortina de humo y apelar nuevamente a su bastión electoral.

Segùn Joseph Stiglitz, Premio Nóbel de Economía, "los cambios en la tecnología contribuyeron al casi estancamiento de los salarios reales para los trabajadores poco calificados en Estados Unidos y otras partes en los últimos treinta años". Entonces, son las nuevas condiciones del mundo moderno y la economìa globalizada--y no exclusivamente la inmigraciòn ilegal--las que en su mayor parte han provocado un descenso de las remuneraciones e incrementado la desigualdad salarial. Esto porque el fenòmeno inmigratorio latino es posterior a esta caìda pronunciada de los salarios ya que se hace sentir con mayor fuerza a mediados de los 90', cuando su nùmero bordeaba los 8 millones de indocumentados (Fuente: Oficina de Estadìsticas Laborales de EE.UU.).

También podría descartarse la criminalidad como un factor que sustente este “odio”. Esto porque las cárceles guardan una composición más o menos estable étnicamente hablando. Es decir, que la cifra de reclusos latinos es proporcionalmente menor a la de los afroamericanos (siendo la población latina la primera minoría) e inferior a la de los blancos. Además, el latino encuentra muchos menos incentivos que el nativo norteamericano para delinquir, pues el que migra generalmente lo hace porque tiene la necesidad de atender a su familia en su país de origen. Esto es, que tiene trabajar duramente para enviar remesas de dinero. De ahí que busque dedicarse a actividades lícitas y que no llamen la atención de las autoridades, pues el riesgo de ir a prisión implica privar a sus familias de ingresos y bienestar. Esta premisa puede ser válida para los que se encuentran en una situación irregular más que para aquellos que gozan de la ciudadanía americana. También podría ser aplicable al caso de los residentes legales, dado que si se orientan al crimen no solamente irían a prisión, sino que perderían su estatus migratorio.

Este desincentivo de los inmigrantes hacia la criminalidad puede explicarse bajo la teoría de Gary Becker, Premio Nóbel de Economía 1992, quien postuló la tesis de que los agentes (en este caso, los ilegales) actúanracionalmente”, es decir, buscan maximizar alguna función objetiva, esto es, obtener mayor riqueza o alguna ganancia como prolongar el mayor tiempo posible su irregular estadía. De este modo para los latinos existen menores motivaciones que incentivos para delinquir.

Con ello, queda prácticamente descartado que la campaña antiinmigratoria se deba a los fundamentos que exponen ciertos sectores del activismo conservador republicano.

Entonces, sólo nos queda el elemento racial o étnico como causa de esta controversia.

¿Qué piensan verdaderamente los estadounidenses?

Piensan que se está produciendo una invasión. La superpotencia otrora invasora del mundo siente ahora “amenazada” y luce temerosa.

En Europa también existe una preocupación similar, pero el viejo continente no está reaccionando de la misma forma. Mientras los europeos, concretamente los veraneantes españoles en la isla de Tenerife rescatan y asisten humanitariamente a los balseros africanos que arribaban a sus costas; en la frontera mexicana se da muerte y degrada a cientos de mexicanos que intentan cruzarla.

Los países europeos se encuentran comprometidos con el respeto de los derechos fundamentales de las personas, los cuales se extienden a cualquier sujeto que entre en su territorio.

Tal vez quien mejor represente la posición antilatina sea Pat Buchanan, ex candidato presidencial por el Partido Republicano, quién publicó un libro que reseña su pensamiento. La obra en cuestión se titula: “Estado de emergencia ¡la invasión del tercer mundo y la conquista de América!”. Según este político, los inmigrantes ilegales están creciendo demasiado y no se están adaptando a la american way of life. Para él existen demasiados latinoamericanos, unos 39 millones, aproximadamente un 12% de la población de EE.UU.

Pero esta “desproporción” es un error pues a inicios del siglo XX la tasa de ilegales ascendía al 14% de la población, estadísticamente la cifra es menor si la comparamos hace un siglo atrás.

El problema para este conservador derechista parece que está en lo étnico, pues la mayoría de inmigrantes son latinos y no europeos. Buchanan piensa que al aumentar la población proveniente del tercer mundo, EE.UU. se convertirá en un país del tercer mundo. Es como se estuviera dando un proceso paulatino de degradación a su entender. Del mismo modo piensa Joseph Turner, activista antiinmigracionista ya que considera que “hay que evitar que California y el país se transforme en una fosa séptica del tercer mundo”. Este conservador señala que cree en la superioridad de EE.UU. y la cultura norteamericana. Algo que recuerda mucho al famoso discurso de Nuremberg que Adolf Hitler pronunció ante soldados alemanes y seguidores del partido nazi en el que les inculcó que ellos eran una raza superior que merecía un Lebensraum ('espacio vital' adicional) y un mejor nivel de vida, y el medio para lograrlo era la conquista o invasión.

Lo que olvidan ambos individuos es que los latinos generan cada vez un mayor consumo, producción y riqueza, equivalente a casi 1.3 trillones de dólares. Además, su poder adquisitivo superará al de la masa afroamericana en el 2007 y lo constituirá definitivamente como la primera minoría económica. Con la tendencia actual, la población de raíces hispanas llegará a ser el 25% de los residentes en EE.UU dentro de unas cuantas décadas.

De modo que es falso que los latinos no se integren pues las cifras se explican por si solas. Los hispanos se asimilan rápidamente, aprenden o ya conocen el idioma en poco tiempo, lo cual es necesario para conseguir mejores trabajos, salarios, y enviar, por consiguiente, su excedente productivo en calidad de remesas. Muchos saben manejarse en dos idiomas, es decir, son bilingües y se casan con miembros ajenos a la comunidad latina. Si de actividad empresarial se trata, cabe señalar que los latinos han creado un millón de negocios. Cerca de 500, 000 tienen títulos universitarios. Hay 3 senadores y un Gobernador hispanos. El propio procurador de justicia es latino. La ciudad de Los Ángeles tiene como alcalde a un descendiente de mexicanos. Hasta un par de astronautas latinoamericanos han llegado al espacio, uno de ellos peruano.

El temor puede deberse al mayor peso económico que ostentan los latinos, pues este crecimiento eventualmente se traduciría en un mayor peso político. Lo que temen en sí, no es ver a los latinos en las colas de los supermercados, haciendo compras en los centros comerciales o viviendo en sus vecindarios; sino verlos participando más activamente y dirigiendo la política.

Este mayor consumo latino ha obligado a que se constituyan cadenas televisivas orientadas a la teleaudiencia hispana. Los grandes almacenes han habilitado ahora secciones para productos que consumen casi exclusivamente los latinos. Productos, que dicho sea de paso, provienen de sus respectivos países de origen. Lo cual explica parte del crecimiento que experimentan las exportaciones latinoamericanas hacia los Estados Unidos.

De ahí el miedo de los legisladores norteamericanos de origen europeo, quienes podrían perder sus escaños en el Capitolio cuando compitan con representantes de la creciente comunidad latina. Entonces, resulta lógico suponer que el electorado latino confiará sus intereses a aquellos candidatos con los que se siente más afín, hablen su mismo idioma y entiendan mejor sus problemas.

Con el muro, los legisladores se estarían anticipando o adelantando a un futuro escenario donde sus posibilidades electorales probablemente sean mínimas.

Esta historia de que el mayor peso económico conlleva a una mayor preponderancia política no es nueva, porque una de las causas de la independencia norteamericana fue la negativa de la corona inglesa a otorgarles a sus súbditos americanos el acceso a la representación en el parlamento inglés. Una vez fracasadas las gestiones de Benjamín Franklin para lograr dicho propósito, los insurrectos de Virginia, Pensilvania, Massachusetts, etc. resolvieron que la única vía para contar con una auténtica y legítima participación política era la independencia.

Para comprender mejor el pensamiento estadounidense, tendríamos que remontarnos a la doctrina Monroe, la cual fue elaborada por James Monroe, político y diplomático que en 1823 formuló los principios en los que se sustenta la política exterior de EE.UU. Dicha doctrina se resume por el siguiente aforismo “América para los americanos”, el que bien podría interpretarse en la actualidad como “América para los norteamericanos”. Y es que en verdad esta doctrina trata de postular lo segundo antes que lo primero. Pues la intención de Monroe era cerrar Latinoamérica a las pretensiones colonialistas europeas. En realidad, inauguró la política de aislacionismo frente a Europa y, después ha servido para justificar la hegemonía política de EE.UU. en todo el hemisferio americano.

A partir de esa doctrina es que Estados Unidos ha venido implementando una relación de dependencia y subordinación con los países hispanos.

Dentro de poco a la comunidad latina no le quedará otro camino ni otra opción que hacer sentir su voz ya no en las calles (a través del boicot o paros) sino en los verdaderos escenarios donde se toman las decisiones (la real politik). Esta flamígera animadversión hacia lo latino puede ser provechosa para ir forjando una unión que refuerce la identidad de la comunidad hispana.

Cabe recordar que el nacimiento del movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos se debió a la segregación racial y malos tratos de los que eran objeto. Así, el constante “odio” y discriminación más que desarticular y disminuir a la minoría latina puede más bien integrarla y hacerla consciente de su condición social. En otras palabras, que esta confrontación puede hacerla consciente de sí. De ahí que no sean del todo desventajosos estos nuevos obstáculos legales que enfrentan, dado que a la larga pueden provocar el efecto inverso al deseado por sus detractores, esto es, su fortalecimiento.

Los enemigos de la inmigración desconocen que la fuerza de EE.UU. radica en que se trata de un país multiétnico, multicultural y multirracial. La identidad de la Nación Norteamericana no está ligada al inglés o al color de la piel u origen étnico, sino a sus valores fundamentales, su tolerancia religiosa, sus innovaciones y su aceptación universal de inmigrantes. Por algo la efigie de la Estatua de la Libertad es un símbolo de aquello para millones de personas que cruzaron el Atlántico en búsqueda de libertad, igualdad y felicidad. Principios elementales en los que se funda la Constitución de los Estados Unidos de América.

Por otro lado, intentar detener el avance de la comunidad latina es inevitable, pues el crecimiento de los hispanohablantes no depende exclusivamente de los flujos migratorios, sino también de los nacimientos de población de origen latina en suelo americano. Por primera vez la tasa de nacidos en EE. UU. en el 2005 superó a la inmigrantes provenientes de América Latina.


¿Qué panorama enfrentan los inmigrantes?

Totalmente negativo. Además del muro fronterizo algunos Estados ya han implementado medidas para desalentar la inmigración ilegal. Municipios de Missouri, Nueva Jersey y Pensilvania, por ejemplo, ha establecido leyes duras para frenar la avanzada latina. Estas medidas consisten revocar la licencia de cualquier negocio que ayudara o contratara, incluso sin saberlo, a inmigrantes ilegales. También prohíben alquilar viviendas a estos inmigrantes y ahora conducen todos sus asuntos en inglés. A esto se suman otras acciones que tratan de impedir que los hijos de los inmigrantes no se eduquen en las escuelas públicas y que carezcan de asistencia médica. El argumento que se ha dado para ello es que el beneficio neto de los extranjeros ilegales es negativo. Algunos activistas antiinmigratorios consideran que los latinos están colapsando los servicios de atención federal, lo cual significa que el dinero de los contribuyentes es usado en subvencionar a los ilegales.

En otros casos, los opositores de la inmigración ilegal instan a los residentes a llevar a cabo protestas fuera de los locales donde a menudo se congregan muchos trabajadores latinos en busca de trabajo.

Así, la represión no solo es externa (por lo del muro) sino también interna, y cada vez está ganando más adeptos o partidarios.


¿EE. UU. se beneficia con la inmigración ilegal?

, muchos empleadores agrícolas, manufactureros, del sector de servicios y de la construcción se han visto favorecidos al contratar con mano de obra irregular pues esta representa menores costos laborales. Por lo general, al no contar el trabajador ilegal con seguro social, no se le paga lo mismo que a un trabajador residente o en regla. Muchas veces el empleador suele recurrir a la amenaza (de reportar la ilegal estadía de sus trabajadores latinos) para desconocer las condiciones mínimas de trabajo que debe ofrecer.

De esta manera, los latinos en dicha situación no sólo reciben un salario mucho menor sino que trabajan en condiciones más riesgosas ya que tienen que aceptar empleos perjudiciales para su salud e integridad física.

Con la contratación de ilegales, algunas empresas y sectores productivos están recuperando parte de la competitividad pérdida con los países del Asia, con China, concretamente hablando (cuyo superávit comercial con los EE.UU asciende a unos 200,000 millones de dólares). China crece económicamente gracias a que ignora los derechos laborales, su legislación del trabajo tolera abusos y maltratos, y a que su moneda, el yuan, se encuentra subvaluada. Lo cual le genera muchos entredichos con funcionarios del Tesoro norteamericano que le solicitan una apreciación con el fin de reducir la brecha en la balanza comercial.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) también se pronunciado en contra de las prácticas y políticas laborales chinas pues estas transgreden el marco de protección mínima que establecen los convenios de dicha institución.


¿El muro sería tan efectivo como se piensa?

Si algo ha demostrado la historia de la humanidad es que los muros finalmente ceden y caen. Las murallas finalmente sólo han inspirado a los hombres a traspasarlas de maneras más ingeniosas. Así, las paredes de la fortificada Troya no impidieron que la astucia de Ulises le hiciera pensar en la ofrenda del caballo de madera para acceder a la impenetrable ciudad. “Teme a los griegos aun cuando traigan sus dones”, reza un viejo proverbio sustentado en esta leyenda.

Las barreras fronterizas generalmente se han erigido para impedir el tránsito de personas, ideas, productos y servicios. Lo cual resulta contraproducente en los albores del siglo XXI, y aun cuando arrecie la amenaza del terrorismo islámico, “se deben tender puentes en vez de levantar muros”, como invocó alguna vez el Papa Juan Pablo II.

Después del 11-S se ha hecho más difícil viajar para los latinos ya sea como estudiantes, trabajadores documentados o turistas. También se han endurecido los controles a las operaciones financieras de éstos, tratándolas como probables actividades de narcotraficantes, terroristas o funcionarios corruptos.

EE.UU., quizás tiene una fascinación con los muros para contener sus amenazas. Por ellos necesitó de fuertes para repeler los ataques de las tribus nativas de América. Tal parece que aún lo desvela el recuerdo de El Álamo (la masacre que sufrió a manos de las huestes de Santa Ana).

Es propio del imaginario colectivo norteamericano amurallar, dada la arraigada noción de propiedad privada que manejan desde el far west. No debemos olvidar que los estadounidenses fueron los primeros en realizar grandes demarcaciones territoriales de sus granjas y ranchos, así cada hacendado podía saber exactamente las dimensiones de su propiedad.

Más allá de todo esto, lo cierto es que EE.UU. necesita de inmigrantes jóvenes para no enfrentar algún día el problema demográfico de Europa, la cual posee un elevado número de población anciana, mientras cae la tasa de natalidad pues los matrimonios jóvenes posponen los embarazos porque le dan prioridad a otras metas personales (como el desarrollo profesional, adquirir nuevos conocimientos, viajar por el mundo, etc.)

Si se dificulta el tránsito, los millones de ilegales tal vez consideren, antes de que se ejecuten las medidas represivas, en llevarse consigo a todos sus familiares o dependientes a EE.UU. Muchos trabajadores migrantes, que son los que van y vienen, tal vez decidan no volver si las condiciones para su retorno a Norteamérica se endurecen. Estos trabajadores generalmente realizan trabajos en granjas en el sur de California o ingresan en ciertas temporadas del año para atender la oferta de empleo de determinados sectores como el turismo, por ejemplo.

Si los trabajadores ilegales resuelven llevarse a sus familias, las economías de America Latina sufrirán una merma en sus ingresos provenientes del exterior. Esto se daría puesto que no habría sentido alguno para el trabajador inmigrante enviar remesas si toda su familia se encuentra consigo. Una caída de las remesas podría afectar significativamente las metas de crecimiento y consumo interno (en muchos casos, este flujo supera al de la inversión privada directa o al de la exportación de algunos bienes básicos, en el trimestre pasado, México recibió 4.065 uss, equivalente al 50% de sus exportaciones petroleras).

Retornando a lo de la efectividad, la longitud del muro (1.126km.) no cubrirá una frontera de más de 3,400 km. Lo que provocará que los inmigrantes penetren zonas limítrofes desprovistas de control.

Los únicos beneficiarios de esta construcción serán las organizaciones criminales que operan en la frontera, las cuales se dedican a traficar con personas, transportándolas en condiciones deplorables. De modo que una vez levantada, el cruce será más peligroso para los latinos dado que tendrán que internarse en territorios abandonados y desérticos (en los que no se cuenta con ninguna infraestructura en kilómetros de distancia).

Aun así pensamos que siempre habrán formas de llegar a los EE.UU. Cerca del 50% de inmigrantes los hacen a través de aeropuertos, éstos ingresan con visas de trabajo temporal o de turista, las que al vencerse, optan en la mayoría de casos por quedarse.

Este endurecimiento de EE.UU hacia lo foráneo o extranjero no solo se ha venido dando con respecto a la inmigración ilegal, pues también se están advirtiendo severas restricciones al flujo de capitales y a la libertad de hacer empresa. Un caso concreto de esto es la negativa de las autoridades a permitir la adquisición de una empresa privada (petrolera) por parte de capitales chinos. Otro hecho similar se registro cuando una empresa de Dubai quiso hacerse con varios puertos en California, los cuales pasaron finalmente a manos europeas.

Como puede apreciarse, no sólo se rechaza la inmigración ilegal por ser latina, sino también los capitales, aún cuando los liberales norteamericanos reclaman mayor apertura en nuestros mercados sin hacer ellos lo propio (ver el caso de los subsidios agrícolas).

EE.UU., con todas estas medidas, da a entender que pretende una globalización desigual, más allá de que su “discurso oficial” señale lo contrario.

La potencia norteamericana tiene todo el derecho de proteger sus fronteras pero no al extremo de afectar la vida.


¿Cómo será la muralla?

Serán dos murallas en realidad, una de 4.5 mts y otra de 3.3 mts. Las que comprenderán un territorio desde Sonora hasta Arizona. Las edificaciones contarán con sensores de moviendo, 140 cámaras infrarrojas y 400 lámparas. Su longitud de 1.126 km. dejará al descubierto unos 2.200km. de límites entre los dos países.

Para su construcción se ha destinado inicialmente 1.600 millones de dólares ya aprobados por el Senado. Además será patrullada por cerca de 6000 efectivos de la Guardia Nacional más 1500 agentes adicionales. Dentro ella se habilitará centros de detención de ilegales hasta que puedan ser deportados. El costo estimado de esta obra podría rozar los 7,000 millones de la divisa norteamericana.


¿Es un delito ingresar ilegalmente?

No, ningún país del mundo ha tipificado como delito el ingreso ilegal en su territorio. Al menos hasta ahora ningún país se ha atrevido pero se está considerando como posibilidad.

En principio no sería ni puede ser un delito porque carece de los elementos fundamentales para serlo. Es decir, que tiene que afectarse el orden jurídico de tal modo para que llegue a tener esa condición. Mientras no se afecten bienes, personas o valores, la inmigración no puede ni debe ser calificada como delito. En la práctica, si bien los estados detienen a los inmigrantes indocumentados, éstos no ingresan a prisión sino a centros especializados o a hospitales según su estado de salud. Esta detención representa un paso previo para evitar que el ilegal se interne en el país y pueda ser devuelto a su país de origen. Una película protagonizada por Tom Hanks tal vez pueda ilustrar mejor su estatus jurídico para los que la han visto.

Entonces, el fin de la detención del inmigrante es la deportación, lo cual implica ponerlo finalmente en libertad pues no ha cometido ningún ilícito.

A nadie se lo puede apresar por tratar de procurar un mejor nivel de vida para sí y para su familia al internarse en un país distinto al suyo.

Normalmente los estados suelen ser hospitalarios con aquellos individuos marginados o perseguidos en su patria. Se cuentan por decenas los casos en los que las naciones brindan su territorio para salvaguardar la integridad física de poblaciones amenazadas por la hambruna y la guerra. Los ciudadanos también han sido objeto de protección y tutela individual mediante la institución del asilo político, cuando regímenes totalitarios han tratado de asesinarlos, torturarlos o desaparecerlos.

El mundo occidental debe reaccionar de una forma más compresiva y tolerante ante un problema que tiene muchas aristas. De ahí que no se precise de medidas extremas como solución pues en nada colaboran a mejorar la situación de millones de inmigrantes que viven día a día ese dilema.


¿Qué otras alternativas se discutían antes de aprobar este proyecto?

Como hemos visto, imperó la línea dura porque se desechó una propuesta integral que comprendía medidas de regularización de inmigrantes residentes en EE.UU. y otra de trabajadores huéspedes.

Dicho proyecto de inmigración combinaba disposiciones más drásticas en la aplicación de la ley en la frontera con nuevos programas de trabajadores invitados y un plan para otorgar a millones de indocumentados ya asentados en EE.UU. la posibilidad de la ciudadanía.

La Cámara Baja o de Representantes prefirió apartarse del proyecto que había aprobado 5 meses atrás para tratar como delincuentes a los inmigrantes ilegales y a las personas que los ayudan.

Con este horizonte, se satisface a los derechistas conservadores pero no se plantea una reforma del sistema de inmigración de EE.UU.

Con la Ley de la Valla o la Secure Fence Act, no se propone una reforma porque la medida tendrá una efectividad mediática-electoral pero no un impacto real. Lo que se debió hacer es atacar la raíz, esto es, la pobreza extrema en la que viven millones de ciudadanos en Latinoamérica pues los inmigrantes no son sólo mexicanos, sino centroamericanos, colombianos, peruanos, bolivianos, argentinos, venezolanos, ecuatorianos, etc.


La posición mexicana

El canciller mexicano se mostró en desacuerdo con la medida pues considera que también afectará a los estados fronterizos con México (California, Texas, Nuevo México y Arizona).

Este es un tema en el que la posición del Presidente saliente Vicente Fox (PAN) ha sido crítica con respecto a la asumida por su vecino del norte.

El Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH) del país azteca también se ha manifestado en contra de la valla pues considera que esta política sólo agravará la seguridad de los inmigrantes.


¿Por qué México no ha hecho su parte para controlar la frontera?

Porque México se libera de una gran presión social al permitir este flujo inmigratorio. Esto debido que si millones de mexicanos no pudieran migrar la posibilidad de una hecatombe social sería tangible.

Para comprender esto hay que indicar que México es una economía que no puede proporcionar un número suficiente de trabajos, de ahí que la inmigración represente una suerte de válvula de escape que permite "deshacerse" de una masa mayormente descontenta con el modelo económico. Sin esta válvula, el país del tequila se vería envuelto en serios conflictos internos que podrían socavar la gobernabilidad y su viabilidad. Además, los inmigrantes colaboran con el país que dejan atrás pues envían remesas a sus familiares. De modo que la migración es vital para la estabilidad política, económica y social mexicana, de ahí que las autoridades aztecas no se vean incentivadas o motivadas para resolver un problema que nace en su seno.

Además, México incentiva este cruce inmigratorio a través de organizaciones estatales, las cuales proporcionan informaciones y consejos a sus ciudadanos inmigrantes sobre cómo pasar la frontera con los EE.UU, y qué hacer en caso de ser detenidos por los marshalls.

Cabe recordar que hace poco México bien pudo entrar en una espiral de violencia política a raíz de las supuestas denuncias fraude del candidato izquierdista Andrés Manuel López Obrador. Al haber sido tan estrechos los resultados electorales, los radicales pensaron que les habían robado la elección. No imaginamos que hubiera pasado si millones de mexicanos no hubiesen podido migrar al norte. Tal vez el triunfo del líder del PRD se hubiera producido de manera abrumadora, lo cual le hubiese acarreado enormes problemas a EE.UU. pues tendría que lidear con un vecino que cuestionaría severamente no sólo sus políticas inmigratorias, sino también las económicas e internacionales.


¿Qué hay del TLC o NAFTA?

El tratado de libre comercio firmado entre Canadá, EE. UU. y México ha triplicado las exportaciones de este ultimo país a Norteamérica. Desde su entrada en vigencia en 1994, ciertos sectores se han favorecido con el comercio como las maquilas, la agroindustria, manufacturas, plantas industriales, petroquímica, etc. Pero el país aun restringe las inversiones privadas en determinadas actividades como la petrolera o energética. Esto debido a la negativa de algunos grupos políticos y poderosos sindicatos estatales que no permiten el ingreso de capitales porque temen que "saqueen sus recursos naturales".

El problema fundamental se centra en el campo y las zonas rurales dado que ahí se presentan los mayores índices de pobreza. Los enormes bolsones de pobres sólo ven en la inmigración una posibilidad real de mejorar su calidad de vida. A pesar de que el país ha venido creciendo, en parte porque EE.UU. consume más bienes y materias primas mexicanas. El TLC no ha impedido que la cifra de inmigrantes ilegales disminuya, más bien ha aumentado, puesto que las consecuencias negativas del acuerdo acentuaron el deterioro de los campesinos.

Pero no se puede achacar al tratado todos los males puesto este es una herramienta que posibilita mayores intercambios entre los países. De ahí que la principal responsabilidad es de los mexicanos y sus autoridades por no haber hecho al país más competitivo ni haber implementado a tiempo todas aquellas reformas que se necesitan, como las laborales, por citar un caso, ya que el código laboral mexicano data desde los años 30, y sigue siendo un obstáculo para las inversiones extranjeras y la creación de empleos.

Una lucha abierta con los sindicatos que se oponen a dicha reforma podría desatar una serie de protestas laborales. Esto, a su vez, favorecería López Obrador, quien ha realizado llamamientos a la desobediencia civil.

La situación mexicana preocupa de manera especial dado que ha estado apunto de enfrentar un intento ruptura del orden constitucional por parte de los radicales izquierdistas y en la actualidad se debate el uso de la fuerza pública para restablecer la tranquilidad en Oaxaca.


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Para terminar, creemos que a EE.UU. le va a suceder lo de los macedonios en las Termópilas. Pues al igual que los persas, los inmigrantes terminarán pasando.

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