miércoles, 8 de noviembre de 2006

Black Hawk Down: Donald Rumsfeld Resigns

La renuncia del ahora ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld representa la primera baja en las filas republicanas.
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La razón para este cambio obedece que a la gestión del Pentágono durante los últimos años fue impopular y costosa en términos de vidas humanas y recursos. A la hecatombe en Irak se suman escasos logros en lo que a la lucha contra el terrorismo se refiere pues ni Osama Ben Laden ni Al Zawahiri han sido muertos o capturados en combate. La Casa Blanca no ha podido alcanzar ningún logro tangible en esta materia, en lugar de ello si puede exhibir una larga lista de fracasos entre los que se encuentra el incremento de la violencia en Irak y Afganistán, así como una política antiterrorista duramente cuestionada por diversos organismos de derechos humanos.

El reemplazante de Rumsfeld, Robert Gates, fue Director de la CIA y trabajó en seis administraciones anteriores, incluyendo la actual. Dentro de la comunidad de inteligencia es visto como un especialista y consejero de primer nivel. Su perfil independiente puede ayudar su confirmación por un Senado presumiblemente demócrata. La visión no partidaria del conflicto que este analista pueda aportar a la posguerra en Irak le puede ganar muchas simpatías en el Congreso, en particular de los demócratas que exigen cambios y nuevos rumbos.

La conclusión a la que arribamos luego de este nombramiento es que nada ésta claro ya que hasta ahora no hemos escuchado a los demócratas qué es lo qué van a proponer sobre Irak. Creo que nadie sabe ni tiene idea de cómo salir de esa tormenta que no sólo está cobrando victimas y generando cuantiosas pérdidas materiales, sino arruinando carreras políticas.

El ganador de esta contienda son los radicales islámicos de todo el mundo pues si bien no pueden acabar con las potencias con las que luchan, al menos pueden desestabilizar a los gobiernos que las dirigen.

España, luego del atentado del 11-M de 2003 retiró su apoyo al Partido Popular, cuya gestión no fue mala pues creció económicamente a tasas interesantes pero su respaldo a las pretensiones hegemónicas de la Casa Blanca lo condujo a la derrota. Con los últimos resultados que arroja la elección norteamericana queda más que confirmada la tesis de que el fundamentalismo musulmán tiene la capacidad derrocar las administraciones con las que rivaliza. Para ello sólo necesitó frustrar sus planes en medio oriente recurriendo a la violencia; no indiscriminada, sino más bien focaliza o dirigida a causar mayor desestabilización.

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