miércoles, 8 de noviembre de 2006

Democrats Win: The Circle Is Now Complete

Es casi un hecho que los demócratas se lleven el Senado ya que cerraron los recuentos en Virginia y Montana. El New York Times informa que la diferencia en el primer estado es de 6,708 votos y de 3,128, respectivamente, en ambos casos, favorable a los demócratas. Son resultados al 100%, no son proyecciones repito sino votos contantes y sonantes.
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Parte de mi confianza en estas cifras radica en que la revisión de las urnas no produce generalmente variaciones significativas, y menos cuando han mejorado los sistemas de votación electrónicos. Osea, la posibilidad de error disminuye respecto de lo que pasó en otras elecciones. Un buen síntoma es que el aspirante demócrata de Virginia (Webb) ya se declaró ganador ayer luego de efectuar sus cálculos con números oficiales. Lo de Montana, si bien es ajustado, resulta irreversible, toda vez que ya se escrutaron las urnas y contabilizó todos los votos. No hay nada más por contar y es poco lo que pueden hacer los abogados de los republicanos pues estas justas han estado muy supervisadas, y como dije, el la posibilidad de que se reviertan los resultados con sistemas tan precisos es prácticamente nula.

La situación se complica enormemente para Bush. Si las elecciones hubieran sido abiertas en la Cámara de Senadores los demócratas obtendrían tranquilamente 5 ò 6 senadores más que los republicanos pues serían derrotados en sus propios estados, como de hecho ha sucedido para que se den los resultados vemos.

Para los republicanos la coyuntura es tan crítica que si Bush hubiera postulado perdería ante cualquier candidato demócrata. Lo bueno de este proceso electoral es que debilita a los republicanos de cara a las próximas elecciones presidenciales en el 2008. Sus perspectivas son tan negativas que todos los eventuales aspirantes demócratas a la presidencia han sido elegidos o reelegidos con altas votaciones, en algunos casos derrotando a los republicanos en su propia casa.

Las 28 gobernaciones demócratas serán, sin ninguna duda, la punta de lanza o cabeza de playa para allanar el camino de éstos cuando tienten la presidencia.

Por otro lado, de haber enfrentado un escenario donde los precios del petróleo fueran los de hace un par de semanas la situación para el Partido Republicano hubiera sido mucho peor.

Norteamérica ha votado contra Bush, y la prueba de ello es que bastiones usualmente republicanos ha revertido su apoyo. Los simpatizantes tradicionales de los republicanos descartaron a los candidatos de su partido sólo porque éstos secundan las políticas de la Casa Blanca, es decir, no les importó que tal vez sean buenos representantes o senadores, sino que no podían permitir que la Administración Bush tuviera más poder.

Sacrificaron a muchos de sus buenos prospectos con tal de no otorgar mayores prerrogativas al Ejecutivo. Podría decirse que la gestión de los halcones ha dañado gravemente varias carreras de jóvenes e interesantes congresistas republicanos. El mal que se ha producido se sentirá, y mucho, en los comicios venideros, pues escasearán las figuras políticas con las que los votantes republicanos puedan sentirse identificados o reflejados en el futuro. Sólo el "Governator" ha tenido éxito en California, pero lamentablemente para los republicanos, no es presidenciable dado que nació en el extranjero (en Austria). Mccain es el único líder que les queda entero después de la paliza propinada ayer por los demócratas, quienes se valieron de los errores de sus rivales más que de sus virtudes para llevarse las gallinas de sus propios gallineros.

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