lunes, 12 de marzo de 2007

Al Qaeda amenaza a Alemania y España y critica a Hamas

La organización terrorista Al Qaeda ha vuelto a desatar la polémica al amenazar a tres países europeos con nuevos atentados si no acceden a su petición de retirar a sus tropas de Afganistán. La sofisticada red integrista suní recurre una vez a la treta psicológica para aterrorizar a sus enemigos y provocar cambios mediante amenazas que suele llegar cumplir, aunque no en todos los casos.

También acusó a Hamas, el partido integrista palestino, de ceder ante Israel al entregar la mayor parte de territorios ocupador por ese país desde 1948. En este caso, el número dos de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, manifestó personalmente su desagrado por los acuerdos de La Meca ya que legitiman la posición israelí al respetar los pactos firmados por la OLP con el Estado hebreo.

La posibilidad de eventuales ataques sobre las principales ciudades europeas no se descarta toda vez que cuando en cuando los servicios de inteligencia occidentales han desmantelado algunas redes y desbaratado sus macabros planes.

Europa es especialmente sensible a estas amenazas puesto sufrió en carne propia dos de las mayores acciones de la organización contra civiles. Tanto Londres como Madrid vivieron jornadas negras y llenas de dolor luego de que varios aparatos explosivos detonaron en los servicios de transporte público de ambas ciudades.

El objetivo de esta agrupación terrorista consiste en dividir a la comunidad internacional, particularmente a Europa, para aislar y enfrentar únicamente a EE UU en Afganistán y en Iraq, donde los agentes de Al Qaeda han sido responsables de azuzar los ánimos y desatar parte de la violencia sectaria que carcome al país.

Al Qaeda parece haber copiado la estrategia del departamento de Estado norteamericano de elaborar listados con países hostiles a las políticas de Washington. En un sentido inverso, la red que lidera Osama Bin Laden ha confeccionado una relación parecida en la que incluye a todos los países que de alguna forma u otra realizan operaciones en naciones islámicas o pliegan su apoyo a EE UU.

En función de la actitud de los países, Al Qaeda los saca o reincorpora en la lista de posibles atentados que surgen como represalia a las intervenciones de occidente en el mundo islámico. Estar en el padrón de Al Qaeda no es para nada agradable ya que el grupo suele golpear intereses vitales de la economía del país oponente. Bajo esa interpretación se comprenden los atentados contra la turística isla de Bali, Indonesia, que cobro la vida de cientos de viajantes extranjeros, en su mayoría australianos.

En el comunicado aparecido en los medios informativos se confirma la intención de la organización de combatir única y exclusivamente con EE UU. "Esta guerra no es vuestra (en referencia a los europeos). Esta guerra es entre los Muyahidin y Estados Unidos y aquellos que le apoyan. El dinero que gastáis por Bush y por su grupo podéis gastarlo en ayudar a los estudiantes universitarios en vuestro país", concluye el hombre encapuchado que aparece en el video divulgado ayer.

Durante corta su exposición, el enmascarado portavoz amenazó puntualmente al turismo austriaco. "Austria es un Estado neutral y no miembro de la OTAN", y que ese país "es hasta el momento uno de los más seguros del mundo", y que su economía "depende del turismo tanto en verano como en invierno"."Pero cuando Austria figure en la lista de los objetivos de los 'Muyahidin', esa situación cambiará, y por eso pedimos al nuevo Gobierno socialista que retire a sus tropas y deje de apoyar a Bush", agrega.

Si bien Europa ha estado dividida en cuanto al compromiso de enviar más tropas y apoyo al campo de batalla afgano, ninguno de los países miembros de la OTAN han considerado retirarse de la misión.Italia incluso atravesó por una mini crisis política tras la renuncia del primer ministro Romano Prodi al no contar con el respaldo suficiente (para su política exterior) de parte de la coalición de partidos que lo llevó al poder.

Tras el 11-M que enlutó a España, Al Qaeda y la insurgencia iraquí lograron su objetivo de provocar la partida de las tropas españolas de Iraq. Similar respuesta pretendió obtener del Reino Unido al explotar tres artefactos en los buses que recorren las congestionadas calles de Londres, pero sin éxito alguno, dado que el compromiso del laborismo inglés contra el terrorismo islámico forma parte de una estrategia nacional que involucra a casi todas las fuerzas políticas.

Que en esta oportunidad hayan sido amenazadas dos naciones con escasa participación en la lucha contra el fundamentalismo islámico implica que Al Qaeda quiere presionar a la comunidad internacional, si bien no por el lado más débil, al menos por el más susceptible. Esto porque en principio en Alemania sí existen divisiones en torno a cómo afrontar los desafíos que representa el terrorismo internacional.

Al respecto, el ministro del Interior alemán, Wolfgang Schaeuble, rechazó hoy la idea de ceder ante los terroristas y retirar las tropas alemanas emplazadas en Afganistán, condición impuesta por un grupo de secuestradores para la liberación de dos alemanes en Iraq.

Schaeuble aseguró que tanto los soldados como los instructores policiales en Afganistán continuarán su misión en la zona porque consideró que allí prestan sus servicios para estabilizar el país. "Al fin y al cabo, también luchan por nuestra propia seguridad", dijo y agregó que "Alemania no debe dejarse presionar".

La reacción de Al Qaeda se debe a que la semana pasada el parlamento alemán (Bundestag) aprobó el envío de seis aviones "Tornado" y 500 soldados al sur de Afganistán para apoyar la labor de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN.

En cuanto a España, las amenazas parecen sustentarse en el hecho de que el gobierno socialista (PSOE) resolvió el desplazamiento de 600 efectivos a Afganistán. Cuando retiró a sus militares de Iraq, España salió temporalmente de la lista de Al Qaeda y ahora ha vuelto a ingresar a ésta al colaborar con la OTAN en las operaciones que realiza en el sur de ese país, donde se atrincheran los muyahidines y los talibanes.

De otro lado, las críticas contra Hamas pueden entenderse como un preaviso contra el movimiento palestino de abandonar la lucha armada. Tal parece que los recientes acontecimientos muestran un ablandamiento de las posturas de Hamas, que a partir de la presión internacional y de la supresión de fondos se vio obligada a conformar un Gobierno de Unidad Palestino con Al Fatah.

El temor de los integristas de Al Qaeda es que el problema palestino encuentre solución después de casi seis décadas. Ese conflicto es y sigue siendo el símbolo de la lucha y resistencia de los fundamentalistas musulmanes en Oriente, a pesar de que la situación en Iraq puede generar un sentimiento parecido.

Hamas ha dado algunas muestras de “ablandamiento” al proponer una tregua a Israel a pocos días de la intrascendente reunión del domingo entre el presidente palestino, Mahmoud Abbas, y el primer ministro israelí, Ehud Olmert. La semana pasada Hamás lanzó una oferta para detener el lanzamiento de cohetes artesanales Kassam sobre territorio de Israel e impedir los atentados suicidas, a cambio de que la comunidad internacional ponga punto final al bloqueo económico que sufre el Gobierno palestino desde hace un año. No se precisó cuánto duraría esa tregua, que en la práctica Hamás cumple desde hace dos años, y de ninguna manera se comprometen los islamistas al reconocimiento formal del Estado judío.

A Israel no le convence la propuesta de Hamas puesto que no acepta la legitimidad del Estado sionista. Olmert está dispuesto a pensar en objetivos de largo plazo antes que en treguas de corto o mediano plazo que sólo son paliativos para una situación violenta.

La radicalidad de Hamas no va a desaparecer de la noche a la mañana pero sí eventualmente, a pesar de que haya anunciado que buscara la destrucción de Israel. "No traicionaremos las promesas que hicimos a Alá de continuar el camino de la jihad y la resistencia hasta la liberación de Palestina, de toda Palestina," dijo Hamas en un comunicado, una clara referencia a Israel y la ocupada Cisjordania.

Los reproches contra Hamas de parte de Al Qaeda también pueden ser vistos como una forma de posicionar al segundo como líder de la resistencia islámica en desmedro de otras agrupaciones más longevas y tradicionales en la competencia por recursos y adeptos para su causa. De modo que las acusaciones tienen cierto sentido porque ante los ojos del mundo musulmán (que repudia al sionismo y a occidente), Al Qaeda representaría a la verdadera facción inclaudicable que encarna los lineamientos de la jihad.

"Hamás ha caído en el pantano de la rendición", clamó el lugarteniente egipcio de Bin Laden en un vídeo emitido por la cadena de televisión qatarí Al Yazira. "Su liderazgo ha cometido un crimen contra la nación islámica al aceptar su compromiso con los acuerdos internacionales".

Así como Hamas se niega a reconocer a Israel, el gobierno de ese país tampoco avalara la existencia del futuro gobierno de unidad mientras no se respete las condiciones impuestas por el Cuarteto para Oriente Medio (EE UU, UE, Rusia y la ONU). Las condiciones incluyen el reconocimiento de Israel y de los acuerdos establecidos entre israelíes y palestinos, así como la renuncia a la violencia.

Será difícil unificar criterios porque Yihad Islámica expresó su rechazo al alto el fuego y Abbas es incapaz de controlar a las anárquicas milicias de su partido, Al Fatah.

Tampoco Israel pone nada de su parte. Prosiguen los planes para construir nuevas colonias en territorio ocupado y las redadas en Cisjordania son diarias. La semana pasada 18 supuestos milicianos palestinos fueron detenidos en un cuartel de Ramala dependiente del presidente.Además, la desastrosa situación económica está lejos de mejorar. No sólo porque el embargo a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) no va a ser levantado a corto plazo. También el Banco Mundial aconsejó ayer que los donantes internacionales dejen de transferir fondos a la presidencia y lo hagan a través del Ministerio de Finanzas. Un informe del banco sostiene que sobran 6.000 funcionarios de la plantilla de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), y aboga por reducir las pensiones de los empleados públicos. Todo ello en una situación en la que la economía se ha desplomado y los ingresos fiscales se han hundido.

Durante la reunión que sostuvieron Abbas y Olmert en Jerusalén, la tercera desde diciembre, según fuentes diplomáticas, sólo se trató la liberación del soldado Gilad Shalit, cautivo en manos de Hamás desde junio de 2006, y el lanzamiento de cohetes caseros sobre Israel. De concesiones, nada de nada. Es más, Olmert pretende forzar a Abbas a que abandone la negociación para formar el Gobierno de coalición con Hamás, bajo la amenaza de que, si se constituye, el bloqueo proseguirá.

Para esta semana se espera la constitución de un Gobierno de unidad nacional palestino. "Anunciaremos el Gobierno el miércoles o el jueves próximos, y después pediremos el voto de confianza del Parlamento", declaró El primer ministro palestino, Ismail Haniya, del movimiento islamista Hamás, a la televisión palestina.

El boicot que mantendrá Israel y los cuestionamiento de Al Qaeda a Hamas pueden agravar la situación que ya ha empezado a registrar nuevos signos de violencia con el asesinato de un comandante de Hamas, el primero de este tipo desde que el cese al fuego firmado un mes atrás entre ambos grupos bajo la mediación de Arabia Saudita. El activista murió en el pueblo de Beit Hanoun.

El acuerdo entre las dos facciones, firmado el 8 de febrero en la ciudad saudita de La Meca, había traído un frágil final a los enfrentamientos armados, que ya han tomado más de 90 vidas desde diciembre de 2006 luego de un tiroteo entre ambos bandos.

También se destaca el enfrentamiento en un cruce de rutas del norte de la franja de Gaza, tras el secuestro por parte de los milicianos islámicos de la Fuerza Auxiliar de Hamás de un oficial y un policía de la Seguridad Nacional de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), según fuentes policiales. La milicia islámica, dependiente del Ministerio del Interior de la ANP, controlado por Hamás, ha secuestrado a un oficial y un agente de la Seguridad Nacional, cuerpo militar leal al presidente Mahmud Abbas, líder del movimiento nacionalista Al Fatah.

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