lunes, 5 de marzo de 2007

China y la caída de los mercados mundiales

Napoleón dijo alguna vez que “el día que China se levante, el mundo temblará”, y no queda ninguna duda. Pero no mencionó explícitamente qué sucederá cuando ese gigante caiga. Aún no somos capaces de predecir los efectos de una recesión en China o la debacle de su plaza bursátil, pero sí estamos sintiendo –y con creces- los desbarajustes que ese país produce mientras aprende a ser capitalista.

La globalización sirve en este caso de amplificador para magnificar y transmitir las correcciones que sufre su economía, con innegables repercusiones en los mercados internacionales.

El desplome sufrido la semana pasada en la Bolsa de Shangai fue fruto de una serie de medidas y rumores que provocaron fuertes descensos en la mayor parte de los mercados mundiales. Entre las acciones que desencadenaron la caída se halla la decisión del Beijing de incrementar los depósitos en el Banco Central Chino (del 9.5% al 10%) para restringir la disponibilidad de efectivo de los bancos. Sin dinero del que echar mano las entidades financieras no pueden otorgar prestamos, lo que aumenta el costo de la tasa de interés para las colocaciones y encarece el precio del dinero crediticio.

La razón para limitar la capacidad financiera de los bancos se debe a que con ello busca controlar la inflación y detener progresivamente la vertiginosa marcha de su economía, que corre el riesgo de sobrecalentarse, como el planeta, sino le pone freno. De modo que al restringir el crédito (al hacerlo más oneroso para los prestamistas), se desincentiva la inversión y el auge exportador que se financia con un yuan subvaluado.

El diario Le Monde comenta que las debilidades de China son conocidas y pueden causar una verdadera catástrofe social porque los chinos invierten fuertemente en la bolsa; y no hablamos de inversionistas institucionales o conocedores del mercado de valores, sino de gente común y corriente que suele tomar un prestamos bancarios para comprar acciones. “Pensionados, desempleados y amas de especulan con acciones días completos. En China una caída de la bolsa es inevitablemente una crisis social”, relata la reputada publicación francesa.

“Gracias la disponibilidad de dinero relativamente barato por parte de los bancos y los deseos de la clase media china de obtener algún ingreso adicional, la plaza de Shangai creció más del 130% en 2006 y había subido 25% este año”, así lo revela la prestigiosa revista The Economist. El gobierno puso frenos a ese mecanismo y también subió los encajes a los bancos, es decir, el dinero que deben mantener en sus cajas de seguridad, con el objetivo de desacelerar el crecimiento económico.

Para el Gobierno chino es preocupante que su ascenso económico dependa casi exclusivamente de la inversión y las exportaciones. De ahí que su meta para evitar los vaivenes y distorsiones externos sea construir un gran mercado interno (demanda interna) como el que poseen economìas más sofisticadas como la estadounidense o la europea.

China tiene muchas dificultades para reorientar la estructura de su economía hacia un modelo en el que el consumo privado tenga mayor peso. Por ello se ve obligada a realizar algunas correcciones que generan alteraciones en los mercados.

Lo que está inundando China de dinero es el superávit comercial que mantiene con el resto de economías mundiales. El exceso de liquidez es responsable del aumento de la inversión y del alza de la inflación que durante el 2006 alcanzó 1.5%, pero en enero de este año llegó a un preocupante 2.2%, superando todas las metas inflacionarias estimadas por su banco central.

Cabe recordar que una subida descontrolada de los precios puede ocasionar mayores inestabilidades sociales puesto que China tiene un gran número de pobres, cercano a los 700 millones de habitantes; a pesar de que entre 300 a 400 millones se ubican en la clase media. Con un mayor nivel de precios las presiones sociales aumentarían, así como la posibilidad de poner por primera vez en jaque el extremo control que el Partido Comunista Chino ha mantenido en el país.

En los últimos ocho meses el Banco Central Chino ha venido implementando un aumento del ratio de reservas para restar efectivo a los bancos. Al cortar el suministro de dinero el Estado estima que podrá limitar el exceso de liquidez en su sistema financiero.

China ha emprendido en los últimos tiempos una nueva “marcha” con el fin de modificar la estructura de su economía. Así como poco a poco ha ido ganando un lugar en la fabricación de bienes de alta tecnología (y no sólo en el de manufacturas baratas), espera avanzar hacia la plena transformación económica. En días pasados, el presidente chino, Hu Jintao, declaró que China "mantendrá una política fiscal y monetaria prudente para hacer avanzar la reestructuración de la economía". Lo cual da entender que seguirán vigentes los estrictos controles macroeconómicos sobre la inversión en activos fijos y la concesión de créditos.

Los esfuerzos del Gobierno chino para reducir la inversión y el boom exportador han dado escasos resultados pues ambos han subido un 24.5% y un 27.2%, respectivamente. "La inversión ya supone el 45% del PIB, y las exportaciones más de un tercio. La cuestión clave para la economía es estimular el consumo y reducir el ahorro", explica Huang Yiping, analista jefe para Asia de Citigroup. "El Gobierno ha hecho esfuerzos en este sentido, como mejorar el sistema de protección social (del cual carece la inmensa mayoría de la población), o dar apoyo financiero a las infraestructuras rurales y a la educación (que en China es de pago, sea pública o privada). Pero modificar las pautas de ahorro es un proceso a largo plazo", añade.

Para Huang, "los mayores desafíos a los que se enfrenta la economía son alcanzar el equilibrio -entre la inversión y el consumo, entre la demanda exterior y la doméstica, entre las zonas urbanas y las rurales, entre la costa y el interior- y mejorar la eficiencia de los recursos. Sólo así puede China mejorar la calidad y la sostenibilidad del crecimiento".

El Banco Mundial también ha tomado nota de estos problemas y alerta que será sumamente difícil para China cumplir el objetivo de modificar la estructura económica. “Las medidas para ralentizar el crecimiento exportador serán insuficientes dado el constantes incremento de la productividad y la fortaleza de la economía mundial”, revela el último informe trimestral de la entidad financiera sobre el país asiático. De ahí que el alza de la presión fiscal y la reevaluación del yuan no hayan generado resultados.

Sobre la “crisis” del martes 27 de febrero, la mayoría de analistas financieros y del mercado de capitales han atribuido a las declaraciones del ex presidente de la Reserva Federal estadounidense, Alan Greenspan, (sobre una probable recesión en la economía de su país) y los controles del Gobierno chino a los capitales y a los bancos, la estrepitosa caída de las bolsas alrededor del mundo. Ese día el índice Shanghai Composite Index perdió un 8.8%, la mayor baja de su historia y hoy lunes perdió un 1.6%.

Además, Japón e India cerraron su sesión (este día) con caídas superiores al 3%. El indicador de referencia de la Bolsa de Tokio, el Nikkei 225, acumula cinco sesiones consecutivas de caídas y perdió un 3,34%, o 575,68 puntos, hasta 16.642 puntos. Después de haber alcanzado el lunes su nivel más alto en siete años, el indicador ha perdió 1.573 puntos en apenas cinco días, o un 8,64% de su valor, lo que viene a corroborar las tesis sobre una corrección necesaria.

El índice de referencia de la Bolsa de India, el Sensex, cayó un 3,7% y cerró en 12.357 puntos. En China, el índice Shanghai Composite Index perdió un 1,6%, hasta 2.783 puntos, en una jornada marcada por rumores acerca de fusiones entre las plataformas bursátiles chinas. Y el mercado bursátil de Hong Kong cerró su sesión de hoy con un retroceso del 4%.

El desplome de las bolsas asiáticas, arrastradas por la fortaleza del yen, se debe a que la apreciación de la divisa japonesa ha impulsado la venta de los valores de las firmas exportadoras, un sector fundamental de la economía de Japón. El cierre en negativo el viernes de Wall Street también contribuyó a esta fuerte caída de los mercados de valores del Viejo Continente y asiáticos.

Guillermo Moreno, analista de la firma Daiwa Securities, indicó a la BBC que la caída de las bolsas asiáticas, especialmente la japonesa, habían influido factores como la revaluación del yen, así como la preocupación por el comportamiento de la economía estadounidense, el principal mercado para las exportaciones asiáticas.

El yen alcanzó el lunes su mayor cotización frente al dólar en tres meses. Una moneda fuerte recorta las utilidades de firmas japonesas cuando se repatrian las ganancias obtenidas por las mismas en el exterior. Eso lleva a que los inversores vendan acciones de firmas exportadoras japonesas como Toyota Motor y Canon.

Alfredo Suárez, experto del ING Bank con sede en Nueva York, señaló a la CNN que la reciente fortaleza del yen se explica porque “los inversionistas están tomando préstamos en dicha moneda ya que ofrece menores tasas de interés”. “La razón se debe a que la Reserva Federal ha mantenido alta las tasas para apalancarse (financiarse) en dólares”. De ahí que los agentes hayan buscado la tasa más baja para agenciarse de dinero. Actualmente la tasa interbancaria federal que establece la Fed se halla en 5,25%.

Otro factor que contribuye a la vulnerabilidad de los mercados mundiales es la preocupación acerca de la economía de EE UU (25% de la global y si caerá o no en recesión), en particular los indicadores de su sector inmobiliario en el que se han apreciado sensibles descensos en la construcción de viviendas. El problema en dicho sector radica en que los propietarios han hipotecado varias veces su propiedad inmobiliaria para obtener préstamos de consumo o para realizar mejoras en sus hogares. Se teme que el alto volumen de endeudamiento provoque una moratoria en el pago de los préstamos y una crisis en la banca o en los derivados crediticios.

En el corto plazo se pronostica volatilidad y fluctuaciones adversas en las plazas del mundo. Las pérdidas continuarán mientras los inversionistas se deshagan de los valores más riesgosos.

Una crisis global podría desatarse si el consumo en EE UU decae como consecuencia de la "burbuja inmobiliaria" ya que los consumidores se financian obteniendo créditos que garantizan con sus hipotecas. Si esto sucede, China, que debe parte de su crecimiento a las ventas a EE UU, reduciría su demanda por las materias primas que importa de otras regiones como América Latina y África, principalmente.

Por el momento los datos apuntan a que habrá un aterrizaje suave de la economía norteamericana. Y si así fuera, el mundo podría seguir en calma, así lo dan a entender tanto la Reserva Federal como el FMI.

De otro lado, la intención de China de aumentar su presupuesto de defensa revela que la dirigencia oriental cree que los fundamentos de su economía seguirán siendo sólidos. De otro modo no se explica el incremento de 17% del gasto militar para este año.

1 comentario:

Anonymous dijo...

asu q análisis más profundo!
Aunque la verdad es que no soy la más experta en el tema... al leer lo q dices de "la vulnerabilidad de los mercados mundiales es (en parte por) la preocupación acerca de la economía de EE UU" (...) es algo q yo también había pensado... y lo de las hipotecas que tu mencionas, creo q es una situación que se extiende tambiéna a Europa... por lo menos a mí me ha parecido así cuando he ido a España esta última vez...

Poco tengo q decirte q no sepas... como ya t he dicho no estoy muy enterada de estas cosas,... sin embargo, desde mi humilde apreciación a mí lo que me preocupa es la debilidad de las sociedades occidentales desarrolladas involucradas en estos cambios económicos. La verdad es q considero que éstas son bastante frágiles y que gracias a la globalización esta fragilidad se puede encontrar también en las demás sociedades que comparten la misma cosmovisión.... como por ejemplo creo q ocurre con Lima....

Considero que nuestra civilización sufre de anemia crónica que hace que no seamos fuertes como "cultura"... creo q el hombre posmoderno de estos medios se ha quedado adolescente, y esto le hace más vulnerable a los cambios económicos que tú señalas en tu texto....