martes, 8 de septiembre de 2009

Eva bracamonte y Liliana Castro Mannarelli: atrápennos si pueden



Por César Reyna

La noticia de la jornada no puede ser otra que la desaparición de Eva Bracamonte Fefer y Liliana Castro Mannarelli el mismo día que el juzgado en el que se ventila el Caso Fefer ordenó la detención inmediata de las dos sospechosas.


El abogado Julio Rodríguez Delgado dijo días atrás que no había motivo para dictar esa medida pues sus patrocinadas cumplían con el arraigo, tenían domicilio conocido, trabajo estable y no había peligro de fuga. Pero esa argumentación ha sido desbaratada por la realidad ya que se encuentran como no habidas en la actualidad, es decir, el peligro de fuga era real pues al oler que se venía el arresto optaron por pasar a la clandestinidad con la esperanza de revocar la resolución y preparar otra estrategia de defensa.


La medida nos parece justa pues hay suficientes indicios e intereses razonables para encarcelar a Eva Bracamonte y a su ex pareja sentimental mientras avanzan las investigaciones. Su huida dilatará una serie de diligencias que la policía había programado con los fiscales. Esta conducta debe ser tenida en cuenta más adelante, sobre todo al momento de establecer la pena, ya que la acusada ha perjudicado la dinámica del proceso.


Su abogado seguramente les debe haber aconsejado que se oculten un tiempo hasta que baje la presión mediática que pesa sobre ellas. Sin embargo, la actitud de no enfrentar a la justicia las hace ver más culpables ante a la opinión pública. Si nada deben ni temen debieron haberse puesto a disposición del tribunal para demostrar su cooperación y que buscan que el asesinato de la empresaria se esclarezca lo más pronto posible. Pero su escape nos hace pensar que planean seguirse saliendo con la suya como lo han venido haciendo durante estos tres últimos años.




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