martes, 8 de enero de 2008

Incentivos para el futuro: Corrigiendo la caricatura

Un brillante artículo de John Edmunds para América Economía hace un punto aparte de la imprecisa opinión de los americalatinólogos dispersos en el primer mundo. Con un sobrio dominio de razonamiento financiero rescata procedimientos que podrían alejarnos del subdesarrollo en una generación. Para el caso peruano, reservamoral.org considera que este tipo de procedimiento sería posible en una segunda generación, ya que la primera generación podría estudiar en una universidad "lemmon", y el aprendizaje por el error se corregiría en la segunda generación, tanto con la nueva universidad para elegir, como con la facilidad de las "lemmons" para tranformarse en verdaderas universidades.



John C. Edmunds

Doctor en Administración
de Empresas de la
Universidad de Harvard,
profesor de finanzas
de Babson College
en Boston y coautor
de Wealth by Association.

Finanzas / Opinión
Corrigiendo la caricatura

En Europa, Canadá y Estados Unidos, la mayoría de las personas con un nivel de educación alto cree que las economías de América Latina se conforman, en su mayor parte, de haciendas y minas, y que las clases medias son pequeñas. Esta idea es extraordinariamente rígida y duradera. Y muchas personas bien preparadas en Nueva York, Londres y París se niegan a cambiar esta distorsionada caricatura de la economía latinoamericana.

Seguramente la aprendieron hace ya un tiempo, pero la internalizaron tan férreamente que hoy escuchan evidencia sobre su imprecisión y aun así vuelven a ella. En algún punto en sus conversaciones sobre América Latina repiten el obviamente falso argumento de que la agricultura y minería requieren una vasta mano de obra no preparada y muy pocos trabajadores de alto nivel educacional. Esa, afirman como algo indiscutible, es la razón de fondo por la cual las clases medias de América Latina son tan pequeñas, y por la cual las condiciones de vida de los latinoamericanos son tan precarias.


Esta representación de las economías latinoamericanas no es más acertada que muchos otros mitos y pedazos de desinformación que, juntos, constituyen la sabiduría convencional que las personas semiinformadas propugnan.

Pero la verdad es notablemente diferente de la caricatura: la parte del PIB de la región que viene de la agricultura y la minería era del 9,7% en 1995. En 2005, un año de precios altos para los commodities, la cifra subió sólo a 9,9%. Para esos mismos años, los servicios financieros y el real estate generaron el 17,7% y el 17,4% del PIB respectivamente, y el comercio (minorista y mayorista), hoteles y restaurantes generaron el 13% y el 13,2%.

Estas cifras muestran que las economías de la región están produciendo servicios, incluyendo los más sofisticados. Para continuar ofreciéndolos e incluso aumentar su producción, las economías necesitan un creciente número de trabajadores con entrenamiento sofisticado.


Mientras tanto, la distribución de la riqueza financiera se hace cada vez más desigual. Esto causa frustración porque la riqueza crece muy rápido, pero sus beneficios han sido inadecuadamente distribuidos. Se necesita un mecanismo para llevar la nueva riqueza a los segmentos de la población que no han sido beneficiados.


Hay muchas maneras de aprovechar esta riqueza. El método que aquí propongo usa incentivos tributarios para aumentar el monto de los préstamos universitarios y bajar los costos a los estudiantes que necesitan el dinero.

En todos los países hay estudiantes que no pueden completar la educación secundaria o universitaria porque no pueden pagar comisiones o necesitan trabajar para pagar vivienda y alimentación. En un nivel agregado, podrían ganar lo suficiente como para repagar créditos, pero hay dos obstáculos. El primero es que individualmente no pueden dar garantías y el segundo es que deberían pagar una alta tasa de interés debido a que los créditos son riesgosos.


El primer problema puede ser solucionado creando pools de créditos. Si la tasa de recuperación de un pool obedece a las leyes de la estadística, no debería variar más que el desempeño de un crédito individual.


El segundo problema se puede arreglar con un incentivo tributario. Las tasas de interés tienen que ser bajas, pero los retornos para los inversionistas deben ser atractivos. Para eso, los inversionistas que compran una parte de un pool de créditos a estudiantes deberían tener rebajas tributarias. O, si éstas no son suficientes, los gobiernos podrían dar certificados de abono tributario a quienes compran parte o todo un pool de créditos estudiantiles. Los créditos fiscales pueden ser diseñados de tal manera que sean lo suficientemente atractivos para inducir a los inversionistas a entrar en este negocio.


Por medio de mecanismos como este, los jóvenes de muchos países de América Latina podrían completar su educación, poniéndola al nivel que sus economías necesitan. Un programa crediticio de este tipo tendría un costo fiscal en el corto plazo, pero rápidamente generaría la suficiente recaudación tributaria como para autofinanciarse, ya que más personas con alto nivel educacional ganarían mejores salarios y pagarían más impuestos.


El resultado sería un rápido aumento en la proporción de los graduados universitarios en la próxima generación. Esto ocurrió en la Europa occidental hace seis décadas. Antes de la Segunda Guerra Mundial, sólo los ricos y unos pocos jóvenes académicamente precoces de la clase trabajadora iban a la universidad. Después de 1945 hubo programas en muchos países ricos que incrementaron ostensiblemente el porcentaje de egresados de la secundaria que accedieron a la educación* superior.


Un programa de créditos estudiantiles, si es lo suficientemente grande, podría cambiar pronto la composición de las economías latinoamericanas a tal punto que la caricatura podría ser echada por la borda a favor de una idea más precisa.



*Corregidas las fallas de escritura de la edición original.
Fuente: http://www.americaeconomia.com/PLT_WRITE-PAGE.asp?SessionId=&Language=0&Modality=0&Section=1&Content=33374&NamePage=AmecoColumnasArti&DateView=&Style=-1

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