El país de la estrella solitaria incrementa su capacidad bélica en medio de la crisis financiera internacional
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Colaborador exclusivo -Reservamoral.org
Chile, nuestro vecino del sur, se viene armando desde hace algunos años en el marco de su "plan bicentenario" (mediante el cual sus FF. AA. planean modernizar gran parte de sus equipos para el 2010, año en que se conmemorara el 200 aniversario del inicio de la independencia chilena). El referido plan es de conocimiento público, por ello diversos medios de comunicación y altos funcionarios peruanos han venido comentando las importantes adquisiciones sureñas desde hace buen tiempo.
El que Chile compre o no material bélico no deja de ser un asunto interno de ese país a pesar de que genera mucha preocupación en la clase política y la prensa local. Es una cuestión interna porque nadie puede decirles a sus ministros y generales cómo deben gastar sus recursos. De ahí que nuestros funcionarios podrían ser reprendidos por sus pares del sur cuando critican la legítima renovación de su parque militar.
Si algo ha primado en el proceso de repotenciación chileno es su transparencia pues sabemos qué material han comprado[1] (y desean comprar) y cuánto dinero piensan asignar a ello[2] . Para nadie ha sido una sorpresa que sus Fuerzas Armadas se doten con cazabombarderos F-16, entre nuevos y repotenciados, y tanques, fragatas, submarinos, helicópteros, radares, sistemas antiaéreos, etc. Inclusive el ministro de Defensa peruano recibió un oficio de su par mapocho en el que le anunciaba la intención de concretar la compra de 18 cazabombarderos F-16 a Holanda.
Las Fuerzas Armadas Chilenas (FACH), como todo el mundo sabe, cuentan con recursos propios debido a la Ley Reservada del Cobre que les permite disponer del 10% de los ingresos de Codelco, la compañía cuprífera más grande del mundo, estatizada por Salvador Allende. Gracias a dicha nacionalización y a los altos precios del cobre sus FF. AA. han podido realizar una serie de adquisiciones en los últimos años. Sus compras militares no se entrampan, postergan ni recortan, como viene ocurriendo en el caso peruano, porque no son observadas por el Congreso. Para revertir dicha situación, el ministro de Defensa peruano, Antero Flores-Aráoz, ha propuesto que el 5% de las futuras regalías y canon por explotación de recursos naturales se destinen a las Fuerzas Armadas "para darle sostenibilidad a su repotenciación". El objetivo es equilibrar el equipamiento militar peruano con el chileno y dar de baja material el abundante obsoleto. Los recursos saldrían de la parte que eventualmente le correspondería a las regiones, lo que ha causado gran malestar entre congresistas de provincias porque sus presupuestos van a ser recortados. En medio de la caída del precio de los minerales es difícil que éstos den su apoyo a semejante medida. Si se concretara las protestas sociales no se harían esperar en el interior del país.
La paz con Chile no está en peligro en el largo plazo porque no existe ningún interés de su parte -ni de la nuestra- de atacarnos. Quienes azuzan un posible conflicto entre ambos países son personas y medios interesados en llenar titulares y desatar una carrera armamentista, es decir, en incrementar el tiraje de algunos periódicos o vender armas de última generación. Si Chile ha tomado la determinación de cambiar equipos no debe alarmarnos pues obedece a la necesidad de reemplazar piezas obsoletas (como los viejos cazas F-5 Tiger norteamericanos cuya tecnología data de la Guerra de Vietnam). Claro que los equipos sustitutos no son cualquier cosa pues el salto tecnológico en estas últimas décadas, en lo que a armamento se refiere, ha sido gigantesco, cualitativamente hablando. Así, no hay similitud entre un caza de los 70 (como los MIG-29 peruanos) con uno de los 90 (caso del F-16 repotenciado chileno) ya que estos últimos superan a los primeros en maniobrabilidad, velocidad, poder de fuego, alcance y precisión.
Chile no ha adquirido poca cosa como lo ha dejado entrever el presidente Alan García cuando dudó del estado en que se encontraban las naves compradas a Holanda. "Me parece un buen negocio para Chile. Aviones F-16 por US$ 170 millones, una flotilla. ¿En qué estado estarán? Hay que preguntar... ¿Y cuánto le va a costar repotenciarlos? (...) Pero no me meto en un tema interno", comentó. Al mandatario habría que recordarle que los aparatos no fueron vendidos por un país tercermundista como Bielorrusia (en el caso de los MIG-29 y Shukói-25 peruanos), sino por Holanda, país que fabrica cazabombarderos F-16 bajo licencia de la Lockheed Martin. Chile ha cuidado muy bien sus recursos porque cuenta con la garantía de una nación de primer mundo como Holanda, que ha vendido ese tipo de aeronaves a miembros de la OTAN como Noruega y Dinamarca. Así ha conseguido 18 aviones del modelo más avanzado (F-16 MLU) con los que estandarizara su flota. Los F-16 son más fáciles de mantener que otros aviones como el MIG-29, ya en desuso en varias fuerzas aéreas. El F-16 es multipropósito, es decir, sirve para varias tareas como caza interceptor (combate aéreo), bombardeo terrestre (usa bombas inteligentes guiadas con láser) y ataque a buques de guerra con el temido misil Harpoon. En total tendrá 44 aeronaves F-16[3] si oficializa esa compra (recordar que la presidenta chilena Bachelet todavía no ha firmado) ya que el jefe de la Fuerza Aérea de Chile dejó abierta la posibilidad de optar por el EF-2000 Eurofighter[4], supercaza de última generación. El que los F-16 sean de segunda mano no los desvaloriza pues han sido mejorados en todo sentido. Con la repotenciación podrán operar más allá de su vida útil y contarán con el mejor sistema de armas y navegación disponible, además de un sofisticado equipo de guerra electrónica.
Los chilenos no se rearman pensando en enfrentarse a sus vecinos aunque semejantes compras nos hagan pensar lo contrario. Si bien se trata de adquisiciones importantes que ridiculizan la capacidad disuasiva de nuestras Fuerzas Armadas, hay que entender que son compras legítimas en las que ha primado la transparencia. Es destacable lo que hacen los chilenos pues renuevan su arsenal sin corrupción de por medio y sin comprometer la defensa nacional, como ocurrió durante el penoso fujimorato.
Sin embargo, no deja de ser sospechoso que la compra se concrete o acelere luego de que Perú presentara una demanda sobre límites marítimos ante la corte de La Haya[5]. Bajo esa coyuntura la compra chilena podría considerarse como una negativa a perder soberanía -de facto- sobre lo que consideran parte de su litoral. En Lima algunos analistas anticipan que Chile no acatará el fallo de la Corte si resulta lesivo a sus intereses. Chile perdería mucha credibilidad internacional si llegara a desconocer una sentencia desfavorable. Pero mayor sería la desazón interna si cumpliera con lo estipulado por un tribunal de ser adverso el resultado. Ante esa disyuntiva, el gobierno chileno al que le toque asumir las consecuencias jurídicas del fallo seguramente optará por calmar su población, que, con lo nacionalista que es, de ninguna manera permitirá que su integridad marítima sea recortada.
La respuesta del Canciller García Belaunde y del ministro de Defensa ha sido bastante resignada ante la inminente compra de una nueva flotilla de aviones y otros equipos. Ambos lamentan que se gaste en armas en lugar de invertir más en salud, educación e infraestructura. García Belaunde no descartó llevar el asunto ante la OEA para moderar la batahola de compras sureñas, un claro manotazo de ahogado ante la impotencia de equiparar el poderío bélico chileno. Si bien en un momento de crisis económica internacional no es aconsejable rearmarse, el Perú aprobó un presupuesto de US$ 650 millones que serán invertidos en el Núcleo Básico de Defensa Nacional, programa destinado a modernizar las FF. AA. hasta el año 2011[6]. Los montos que manejan uno y otro país (Chile acumuló 9000 millones para el sector defensa) son indudablemente desiguales. Pero no es culpa de Chile que hayamos malversado nuestros recursos durante la autocracia fujimontesinista (época en la que se recaudó mucho dinero por privatizaciones) ni que el toledismo haya castigado duramente al sector defensa por ser cómplice de la corrupción y la conculcación de derechos ciudadanos.
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[1] Desde 1998 a la fecha Chile compró dos submarinos nuevos, 350 modernos tanques Leopard 1 y 2 de segunda mano, 24 cañones autopropulsados M109 suizos, 10 cazabombarderos F-16 nuevos y 18 de segunda mano, ocho modernas y avanzadas fragatas de segunda mano, 400 blindados de combate M113, YPR-765 y Marder, 12 helicópteros Bell 412 y diez helicópteros de transporte EC-725 Cougar.
[2] Entre 1990 y 2008 acumularon unos 9000 millones de dólares para comprar armas, de ese monto original conservan 2.900 millones para futuras compras.
[3] 10 son nuevos y fueron adquirido a Lockheed Martin en 2003.
[4] Este avión ubicaría a la aviación chilena como la principal fuerza de la región
[5] Perú y Chile sostienen un diferendo respecto a límites marítimos ante la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya. Perú presentó la demanda en enero de 2008. Chile afirma que los límites estarían definidos por acuerdos internacionales de 1952 y 1954, mientras que Perú sostiene que solo se tratan de acuerdos pesqueros, que no tiene carácter de tratados de límites.
[6] Hasta el momento se han comprado 4 fragatas usadas Luppo y se modernizaran los MIG-29 y una flotilla de helicópteros rusos destinados a la lucha contrasubversiva en el VRAE.
Chile, nuestro vecino del sur, se viene armando desde hace algunos años en el marco de su "plan bicentenario" (mediante el cual sus FF. AA. planean modernizar gran parte de sus equipos para el 2010, año en que se conmemorara el 200 aniversario del inicio de la independencia chilena). El referido plan es de conocimiento público, por ello diversos medios de comunicación y altos funcionarios peruanos han venido comentando las importantes adquisiciones sureñas desde hace buen tiempo.
El que Chile compre o no material bélico no deja de ser un asunto interno de ese país a pesar de que genera mucha preocupación en la clase política y la prensa local. Es una cuestión interna porque nadie puede decirles a sus ministros y generales cómo deben gastar sus recursos. De ahí que nuestros funcionarios podrían ser reprendidos por sus pares del sur cuando critican la legítima renovación de su parque militar.
Si algo ha primado en el proceso de repotenciación chileno es su transparencia pues sabemos qué material han comprado[1] (y desean comprar) y cuánto dinero piensan asignar a ello[2] . Para nadie ha sido una sorpresa que sus Fuerzas Armadas se doten con cazabombarderos F-16, entre nuevos y repotenciados, y tanques, fragatas, submarinos, helicópteros, radares, sistemas antiaéreos, etc. Inclusive el ministro de Defensa peruano recibió un oficio de su par mapocho en el que le anunciaba la intención de concretar la compra de 18 cazabombarderos F-16 a Holanda.
Las Fuerzas Armadas Chilenas (FACH), como todo el mundo sabe, cuentan con recursos propios debido a la Ley Reservada del Cobre que les permite disponer del 10% de los ingresos de Codelco, la compañía cuprífera más grande del mundo, estatizada por Salvador Allende. Gracias a dicha nacionalización y a los altos precios del cobre sus FF. AA. han podido realizar una serie de adquisiciones en los últimos años. Sus compras militares no se entrampan, postergan ni recortan, como viene ocurriendo en el caso peruano, porque no son observadas por el Congreso. Para revertir dicha situación, el ministro de Defensa peruano, Antero Flores-Aráoz, ha propuesto que el 5% de las futuras regalías y canon por explotación de recursos naturales se destinen a las Fuerzas Armadas "para darle sostenibilidad a su repotenciación". El objetivo es equilibrar el equipamiento militar peruano con el chileno y dar de baja material el abundante obsoleto. Los recursos saldrían de la parte que eventualmente le correspondería a las regiones, lo que ha causado gran malestar entre congresistas de provincias porque sus presupuestos van a ser recortados. En medio de la caída del precio de los minerales es difícil que éstos den su apoyo a semejante medida. Si se concretara las protestas sociales no se harían esperar en el interior del país.
La paz con Chile no está en peligro en el largo plazo porque no existe ningún interés de su parte -ni de la nuestra- de atacarnos. Quienes azuzan un posible conflicto entre ambos países son personas y medios interesados en llenar titulares y desatar una carrera armamentista, es decir, en incrementar el tiraje de algunos periódicos o vender armas de última generación. Si Chile ha tomado la determinación de cambiar equipos no debe alarmarnos pues obedece a la necesidad de reemplazar piezas obsoletas (como los viejos cazas F-5 Tiger norteamericanos cuya tecnología data de la Guerra de Vietnam). Claro que los equipos sustitutos no son cualquier cosa pues el salto tecnológico en estas últimas décadas, en lo que a armamento se refiere, ha sido gigantesco, cualitativamente hablando. Así, no hay similitud entre un caza de los 70 (como los MIG-29 peruanos) con uno de los 90 (caso del F-16 repotenciado chileno) ya que estos últimos superan a los primeros en maniobrabilidad, velocidad, poder de fuego, alcance y precisión.
Chile no ha adquirido poca cosa como lo ha dejado entrever el presidente Alan García cuando dudó del estado en que se encontraban las naves compradas a Holanda. "Me parece un buen negocio para Chile. Aviones F-16 por US$ 170 millones, una flotilla. ¿En qué estado estarán? Hay que preguntar... ¿Y cuánto le va a costar repotenciarlos? (...) Pero no me meto en un tema interno", comentó. Al mandatario habría que recordarle que los aparatos no fueron vendidos por un país tercermundista como Bielorrusia (en el caso de los MIG-29 y Shukói-25 peruanos), sino por Holanda, país que fabrica cazabombarderos F-16 bajo licencia de la Lockheed Martin. Chile ha cuidado muy bien sus recursos porque cuenta con la garantía de una nación de primer mundo como Holanda, que ha vendido ese tipo de aeronaves a miembros de la OTAN como Noruega y Dinamarca. Así ha conseguido 18 aviones del modelo más avanzado (F-16 MLU) con los que estandarizara su flota. Los F-16 son más fáciles de mantener que otros aviones como el MIG-29, ya en desuso en varias fuerzas aéreas. El F-16 es multipropósito, es decir, sirve para varias tareas como caza interceptor (combate aéreo), bombardeo terrestre (usa bombas inteligentes guiadas con láser) y ataque a buques de guerra con el temido misil Harpoon. En total tendrá 44 aeronaves F-16[3] si oficializa esa compra (recordar que la presidenta chilena Bachelet todavía no ha firmado) ya que el jefe de la Fuerza Aérea de Chile dejó abierta la posibilidad de optar por el EF-2000 Eurofighter[4], supercaza de última generación. El que los F-16 sean de segunda mano no los desvaloriza pues han sido mejorados en todo sentido. Con la repotenciación podrán operar más allá de su vida útil y contarán con el mejor sistema de armas y navegación disponible, además de un sofisticado equipo de guerra electrónica.
Los chilenos no se rearman pensando en enfrentarse a sus vecinos aunque semejantes compras nos hagan pensar lo contrario. Si bien se trata de adquisiciones importantes que ridiculizan la capacidad disuasiva de nuestras Fuerzas Armadas, hay que entender que son compras legítimas en las que ha primado la transparencia. Es destacable lo que hacen los chilenos pues renuevan su arsenal sin corrupción de por medio y sin comprometer la defensa nacional, como ocurrió durante el penoso fujimorato.
Sin embargo, no deja de ser sospechoso que la compra se concrete o acelere luego de que Perú presentara una demanda sobre límites marítimos ante la corte de La Haya[5]. Bajo esa coyuntura la compra chilena podría considerarse como una negativa a perder soberanía -de facto- sobre lo que consideran parte de su litoral. En Lima algunos analistas anticipan que Chile no acatará el fallo de la Corte si resulta lesivo a sus intereses. Chile perdería mucha credibilidad internacional si llegara a desconocer una sentencia desfavorable. Pero mayor sería la desazón interna si cumpliera con lo estipulado por un tribunal de ser adverso el resultado. Ante esa disyuntiva, el gobierno chileno al que le toque asumir las consecuencias jurídicas del fallo seguramente optará por calmar su población, que, con lo nacionalista que es, de ninguna manera permitirá que su integridad marítima sea recortada.
La respuesta del Canciller García Belaunde y del ministro de Defensa ha sido bastante resignada ante la inminente compra de una nueva flotilla de aviones y otros equipos. Ambos lamentan que se gaste en armas en lugar de invertir más en salud, educación e infraestructura. García Belaunde no descartó llevar el asunto ante la OEA para moderar la batahola de compras sureñas, un claro manotazo de ahogado ante la impotencia de equiparar el poderío bélico chileno. Si bien en un momento de crisis económica internacional no es aconsejable rearmarse, el Perú aprobó un presupuesto de US$ 650 millones que serán invertidos en el Núcleo Básico de Defensa Nacional, programa destinado a modernizar las FF. AA. hasta el año 2011[6]. Los montos que manejan uno y otro país (Chile acumuló 9000 millones para el sector defensa) son indudablemente desiguales. Pero no es culpa de Chile que hayamos malversado nuestros recursos durante la autocracia fujimontesinista (época en la que se recaudó mucho dinero por privatizaciones) ni que el toledismo haya castigado duramente al sector defensa por ser cómplice de la corrupción y la conculcación de derechos ciudadanos.
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[1] Desde 1998 a la fecha Chile compró dos submarinos nuevos, 350 modernos tanques Leopard 1 y 2 de segunda mano, 24 cañones autopropulsados M109 suizos, 10 cazabombarderos F-16 nuevos y 18 de segunda mano, ocho modernas y avanzadas fragatas de segunda mano, 400 blindados de combate M113, YPR-765 y Marder, 12 helicópteros Bell 412 y diez helicópteros de transporte EC-725 Cougar.
[2] Entre 1990 y 2008 acumularon unos 9000 millones de dólares para comprar armas, de ese monto original conservan 2.900 millones para futuras compras.
[3] 10 son nuevos y fueron adquirido a Lockheed Martin en 2003.
[4] Este avión ubicaría a la aviación chilena como la principal fuerza de la región
[5] Perú y Chile sostienen un diferendo respecto a límites marítimos ante la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya. Perú presentó la demanda en enero de 2008. Chile afirma que los límites estarían definidos por acuerdos internacionales de 1952 y 1954, mientras que Perú sostiene que solo se tratan de acuerdos pesqueros, que no tiene carácter de tratados de límites.
[6] Hasta el momento se han comprado 4 fragatas usadas Luppo y se modernizaran los MIG-29 y una flotilla de helicópteros rusos destinados a la lucha contrasubversiva en el VRAE.
4 comentarios:
Mi querido amigo, como chileno, crèame que para nosotros en primer lugar las fuerzas armadas no representan ningun orgullo por su capacidad de destruccion pues la mayor parte de las veces lo han usado contra el propio pueblo chileno.
en segundo lugar el que se asigne un 10% de las ganancias del cobre a la compra de armamentos no me parece que sea una accion a imitar puesto que esos recursos serian mucho mas provechosos en areas como salud y educaciòn.
sin embargo en este pais, donde los militares crearon la institucionalidad vigente, somos esclavos de determinacionaciones como esta, por ultimo felicitarte por el tono e imparcialidad de tu blog, pero insisto en que el equiparar armamentos en la regiòn y destinar mas presupuestos a la compra de estos, no es la respuesta a los pequeños "problemas".
por mientras los paìses del primer mundo hacen grandes negocios vendiendonos sus porquerias de armas.
Excelente tu blog nunca habia leido a un peruano imparcial y objetivo.
soy chileno y te puedo decir con propiedad que hasta el año 2001 nuestras fuerzas armadas estaban en estado deplorable, es mejor que se haga una renovación de una vez. Perú en algún momento también deberá renovar su material al igual que argentina , bolivia y tal vez en esas compras nos superen tecnológicamente. Recuerden que para fines de los 60 y principios de los 70 Perú tenía un poderío bélico mayor que cualquiera de sus vecinos. La renovación es obvia y cíclica así que tal vez en 30 años mas estemos nuevamente en esta discusión.
Ami como bien peruano k soy m parece k nuestro país ya deveriar renovar su material bélico para tener un buen equilibrio con nuestros vecinos x si no tenemos una buenas fuerzas armadas no hay hay una buena soberania e independencia. Nadie kiere la gerra todos queremos la paz pero hay que recordar que tenemos experiencias amargas x no estar bien preparados nos mutilaron nuestro país.y me da gusto que ahora nuestro actual gobierno ya lo esta haciendo...saludos cordiales
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