En el mensaje a la Nación del presidente Alan García no hubo grandes novedades ni sorpresas. De su florida retórica no hubo ni rastro pues se dedicó a señalar las prioridades de su Gobierno, hacer invocaciones al sector privado para que invierta más y enumerar obras construidas y por construir
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Por César Reyna
El discurso ofrecido por el primer mandatario fue tan soso que apenas mereció el aplauso de los congresistas de su partido. Éstos aplaudieron tímidamente al voluminoso líder aprista cuando mencionaba una cifra macroeconómica positiva o la culminación de un proyecto de envergadura nacional.
El discurso ofrecido por el primer mandatario fue tan soso que apenas mereció el aplauso de los congresistas de su partido. Éstos aplaudieron tímidamente al voluminoso líder aprista cuando mencionaba una cifra macroeconómica positiva o la culminación de un proyecto de envergadura nacional.
Antes de dirigirse al estrado del Palacio Legislativo, estrechó las manos de sus partidarios y opositores, copiando el gesto del ex premier Yehude Simon cuando acudió al Congreso para ser interpelado. Los anuncios más rimbombantes fueron la creación de una colonia penal en la selva para recluir a sentenciados por corrupción. Esta propuesta podría considerarse una amenaza dirigida al lobista Rómulo León Alegría, quien buscaría privilegios penitenciarios a cambio de su silencio. García también propuso la renovación por tercios del Congreso ante la desazón que causa la gestión de muchos legisladores. Esta medida es de carácter estrictamente popular pues la ciudadanía rechaza el desempeño de la clase política. Si la reforma constitucional no prospera en el Parlamento, el presidente prometió un referéndum para remover parcialmente a los congresistas.
Entre las pocas cosas destacables que señaló, porque las omisiones fueron muchas en materia de agricultura o lucha contra el narcotráfico, los remanentes del terrorismo y la corrupción, se podría mencionar la creación de Núcleos Institucionales Juveniles. Estos núcleos tendrían la misión de emplear a peruanos sin oportunidades para realizar obras en sus localidades. Los fondos para ejecutar los emprendimientos urbanos o rurales provendrían del presupuesto no utilizado de los municipios donde residen los beneficiarios del programa. García dijo que 100.000 peruanos entre los 18 a 28 años tendrían trabajo para aumentar la capacidad de gasto del Ejecutivo y la inversión social.
Mediante el establecimiento de estos núcleos en distritos del interior se trataría de mitigar el descontento que producen las ineficientes políticas gubernamentales. No se descarta que el plan, faltando menos de dos años para las elecciones, se utilice para captar votos entre el electorado más joven. La medida podría reducir los niveles de desempleo y alejaría a miles de jóvenes de la propaganda ‘antisistema’ o chavista en zonas donde la presencia del Estado es prácticamente inexistente.
La respuesta de García para reducir los efectos de la crisis mundial y estimular la economía es gastar más a pesar de la gran caída de la recaudación. El dinero para obras no basta para asegurar la estabilidad o viabilidad del país; depende de trazarnos metas de largo plazo y la forma en que llegaríamos a éstas.
En el caso de las pensiones, el presidente recordó que se incrementó la pensión mínima y se reconoció millones de soles devengados a los jubilados de la seguridad social. El pago de la deuda del Estado con los pensionistas tiene una motivación netamente electoral pues el Gobierno pretende que éstos se inclinen por el Apra en el 2010.
La profesionalización del Ejército, por su parte, no sólo responde a la necesidad de contar con un cuerpo permanente de subalternos para enfrentar amenazas internas o externas, sino para que éstos, la mayoría de ellos jóvenes conscriptos o reservistas, puedan hacer carrera en de las Fuerzas Armadas. Dentro del Ejército recibirían capacitación, derecho a una pensión y acceso a la seguridad social. Esto convertiría a los institutos castrenses en una alternativa para disminuir el desempleo entre los jóvenes.
Los anuncios de García no despertaron optimismo entre los analistas ni los oyentes del discurso. Si el presidente pretendía inocularnos una dosis de confianza falló porque habló poco de temas esenciales como la inclusión, la reducción de la desigualdad, entre otros. El presidente apostó por la reactivación de la economía mundial para alcanzar las tasas de crecimiento de los años anteriores (cercanas a 10%), pero eso no va a ocurrir pues a las economías más desarrolladas les tomará varios años recuperarse de los efectos de la crisis financiera. Los precios de las materias primas no volverán a cotizarse a niveles récord mientras no se dinamice la demanda en occidente.
1 comentario:
Realmente me dejó un sinsabor en la boca, me fastidia escuchar que llame a las empresas a invertir, cuando no está honrando los pagos a las empresas que ya invirtieron, El Gobierno está adeudando a las empresas que construyeron para el programa Techo Propio, por concepto de retribución que prometió y que sin embargo ahora ignora, las empresas construyeron siguiendo la promesa de pago del Gobierno, pero el programa se quedó sin presupuesto y el pago nunca llega.
ASI NO SE PUEDE INVERTIR, ASI NO SE JUEGA SR. PRESIDENTE.
29/07/2009.
E Aguirre
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