miércoles, 29 de julio de 2009

La inclusión según Alan García



Como el mercado no puede incorporar a cientos de miles de jóvenes el presidente ha decidido incluirlos en un programa de empleo temporal
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Por César Reyna


En el discurso de ayer, el jefe de Estado anunció la entrega de recursos de recursos al pueblo sin pasar por los gobiernos regionales o municipales mediante la ‘Descentralización Popular No Burocrática’. Según este plan, las comunidades del interior se convertirán unidades ejecutoras de proyectos de infraestructura que no sobrepasen los 500 mil soles. El dinero para desarrollar obras de pequeña envergadura en localidades urbanas o rurales saldrá del presupuesto no ejecutado de los ministerios, regiones y municipios. La fiscalización del uso de los recursos del Estado estará a cargo del pueblo, según el presidente García.

Esta propuesta ya se está llevando acabo pues el primer mandatario acaba de juramentar a los integrantes de cien núcleos ejecutores encargados de hacer obras en Lima. El proyecto piloto será replicado en el resto del país en lo que queda del Gobierno aprista.

En el caso de los jóvenes, el Ejecutivo creará ‘Núcleos Ejecutores Juveniles’ para que realicen obras en sus localidades. Ambos programas contarán con 4.500 millones de soles en vista de que el gasto público llegará al 80 por ciento este año.

Repartir dinero sin ningún control posterior podría generar mayor corrupción. Tememos motivos para pensar que los recursos serán malversados ya que las comunidades ni los jóvenes cuentan con conocimientos técnicos para desarrollar proyectos ni administrar fondos. Mejor hubiera sido entregar un subsidio directo a la población si la intención del presidente es que gasten lo que el Estado no puede gastar debido a su ineficiencia y a las numerosas trabas burocráticas.

Parece que García no encontró mejor forma de distribuir la riqueza del país que dilapidándola. La ausencia de proyectos de desarrollo diseñados para maximizar la utilización de los recursos del Estado es alarmante. Si el presidente
[1] ha decidido entregarlos a manos llenas es para aumentar su popularidad en sectores donde recibe baja aprobación.

Los asesores de Palacio deben haberse dado cuenta de que el creciente desempleo entre los jóvenes puede generar nuevos episodios de violencia. La mayoría de peruanos entre 18 a 28 años no tiene oportunidades dentro del país ni puede emigrar el extranjero debido a restricciones migratorias o la recesión en países desarrollados. Al quedarse en el país pasan a las filas de la informalidad o engrosan las del desempleo. Esa exclusión incrementa su descontento con un modelo que no los beneficia en nada.

En años anteriores la migración constituía una válvula de escape para aliviar las tensiones sociales pues la economía formal no podía dar trabajo a los peruanos que tenían edad para formar parte de la PEA (Población Económicamente Activa). Ahora, con el colapso de la economía mundial, la presión sobre el Gobierno se intensificará ya que la economía nacional se ha contraido y no hay posibilidades de empleo en el exterior.

El problema de distribuir dinero de ejercicios fiscales anteriores es que se agota tarde o temprano. De momento podría ser un paliativo para compensar la caída de la actividad económica pero no será sostenible en la medida que la recaudación viene contrayéndose (el ingreso por Impuesto a la Renta se redujo en más de 30%). En el momento en que se suspenda el financiamiento para obras se desatará una nueva ola de protestas en las comunidades porque demandarán las asignaciones a las que estaban acostumbradas.



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[1] También para mejorar las posibilidades electorales del Apra en las próximas elecciones.



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