Por César Reyna
Mientras Ollanta Humala buscaba relanzar su imagen luego entrevistarse con Mario Vargas Llosa en Madrid; en Lima un parlamentario de su bancada cometió el error de darle tribuna a tres ex militantes del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA). Los sujetos fueron invitados a una conferencia de prensa en el Congreso donde iban a denunciar el acoso policial del que eran objeto; pero la cita se malogró cuando uno de ellos mencionó sus vinculaciones con Néstor Cerpa Cartolini, cabecilla del MRTA que tomó la residencia del embajador del Japón en 1996. La sola mención de Cerpa Cartolini despertó suspicacias entre los periodistas presentes, quienes arremetieron contra los panelistas demandando explicaciones sobre su pasado.
Los tres ex emerretistas que ahora pertenecen a una nueva agrupación llamada ‘Patria Libre’. Según reportes de inteligencia este movimiento sería el brazo político del MRTA y estaría relacionado con la Coordinadora Continental Bolivariana, órgano creado y financiado por Hugo Chávez para expandir el ‘socialismo del siglo XXI’ en la región.
La presencia de esos elementos en la Sala Mohme del Legislativo desató la furia de medios conservadores como ‘El Comercio’, el decano de la prensa nacional, y los ultraderechistas ‘Expreso’ y ‘Correo’, por citar a los más importantes. Esos periódicos aprovecharon el desliz del congresista Víctor Mayorga, quien invitó a los controvertidos personajes, para demoler la candidatura de Humala Tasso. El ataque coordinado de la derecha coincide con la estrategia de Humala de moverse hacia el centro para ganar nuevos simpatizantes. Al asumir que Humala, haga lo que haga, representa el mayor peligro para el ‘sistema’ no reconocerán la sinceridad de su cambio o enmienda. De ahí que le den con todo, desvirtuando sus palabras, publicando en primera plana que “defiende a los emerretistas”, que “negociaría con terroristas”, etc., las mismas tácticas de guerra sucia empleadas por el Partido Republicano para desprestigiar a Obama.
No sorprende a estas alturas que los titulares de ‘El Comercio’, ‘Expreso’ y ‘Correo’ no sean para nada objetivos pues su objetivo es, valga la redundancia, tumbarse a Humala a como de lugar. Para estos medios no importa si deben sacrificar la verdad o su escasa cuota de imparcialidad porque representan la primera línea de batalla frente a la amenaza chavista. El frente mediático, compuesto en su mayoría por canales, diarios y radios del ‘sistema’, debe mostrarse unido para contener a una ideología tan contagiosa en Latinoamérica como la Influenza AH1N1.
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