viernes, 14 de agosto de 2009

Relaciones con Bolivia: Evo Morales arremete nuevamente contra Perú



Mandatario altiplánico buscaría la enemistad entre pueblos hermanos para apaciguar críticas y graves problemas internos. Lo que le molestarìa es que el modelo que tanto detesta (la economìa de mercado) funcione de alguna manera en nuestro paìs

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Por César Reyna

La vecina Bolivia se encuentra al borde de la ruptura social; sin embargo su gobierno prefiere desviar la atención acusando al Perú de apropiarse de un traje típico (inspirado en la Diablada) y denunciando que mercenarios de nuestro país participan en la desestabilización de su régimen.

Estos roces diplomáticos o intercambios verbales son frecuentes en Evo Morales, quien no ha encontrado mejor forma de aliviar las tensiones internas que acusando a nuestras autoridades. El líder del Movimiento Al Socialismo (MAS) busca afanosamente la réplica de su homólogo peruano, el presidente Alan García, para decirles a los bolivianos que son objeto retaliaciones y amenazas.

Hace unos meses vaticinó que Perú perdería la demanda límites marítimos con Chile, seguramente porque frustraba las aspiraciones bolivianas de salida al mar.

Perú es el gran ‘cuco’ en el vecindario porque aplica el neoliberalismo y ha venido creciendo a tasas interesantes durante los últimos años. Los logros de su vecino incaico, que no son muchos, parecen quitarle el sueño ya que no puede exhibir resultados contundentes en materia de empleo, crecimiento de exportaciones o reducción de la pobreza. A pesar de que las cifras oficiales peruanas no son del todo confiables, Perú ha generado cierta estabilidad social, la suficiente como resistir el embate del ‘socialismo del siglo XXI’ que abraza Morales.

Al modelo peruano se le puede objetar que el bienestar alcanzado ha sido desigual; falta mucho todavía para lograr una verdadera inclusión que abarque el empleo formal, la salud y una educación de calidad. Pero a diferencia del caso boliviano hemos superado algunas metas macroeconómicas e indicadores sociales.
A Morales también le debe fastidiar que Perú reciba la inversión orientada hacia la exportación que concentraba su país. La fuga de capitales se debe a la negativa de Bolivia, como integrante del ALBA (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), a suscribir un TLC con Estados Unidos, uno de sus principales socios comerciales. La pérdida de empleos en el sector exportador amenaza con convertirse en otro dolor de cabeza y no puede compensarse con la demanda venezolana. A medida que aumenta el descontento, Morales teme que se desmonten las reformas que ha venido implementando como la creación de autonomías indígenas.

La polarización es lo que caracteriza a la Bolivia actual. En ese clima es probable que se produzca una o varias escisiones dada la rivalidad entre las provincias. Un conflicto armado no puede descartarse pues Morales ha sido declarado como “enemigo del Perú” por parte del canciller José Antonio García Belaunde.


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