Alan García toma Panamericana Televisión
Los hijos del prófugo de la justicia peruana, Ernesto Schutz Landázuri, iban a encargarse de la administración esta semana; pero el Gobierno intervino para asegurar una deuda tributaria en cobranza coactiva por 38 millones de soles (en total se le debe 117 millones según la propia Sunat).
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Por César Reyna
Los hijos del prófugo de la justicia peruana, Ernesto Schutz Landázuri, iban a encargarse de la administración esta semana; pero el Gobierno intervino para asegurar una deuda tributaria en cobranza coactiva por 38 millones de soles (en total se le debe 117 millones según la propia Sunat).
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Por César Reyna
El Perú es Macondo. De eso no me queda dudas después de ver como de la noche a la mañana se desvirtúa una resolución judicial. Y no se trata de una resolución cualquiera, sino de una que dictó la Corte Suprema de la República. Mientras Javier Villa Stein, presidente de la Corte y principal impulsor del caso Panamericana se encontraba en El Salvador, la Sunat (Superintendencia Nacional de Administración Tributaria) dio un golpe de último momento para impedir que se ejecutara la sentencia que ordenaba la devolución de Panamericana a la familia Schutz, sus verdaderos propietarios.
El embargo se habría orquestado en Palacio de Gobierno para impedir que el canal volviera a ser manejado por personas que tuvieron tratos con Vladimiro Montesinos. Pero esa no es la razón de fondo ya que Genero Delgado Parker, broadcaster y defenestrado administrador judicial de Panamericana, también frecuentó la sala del SIN (Servicio de Inteligencia Nacional) para pedir favores al ex asesor a cambio de despedir al periodista César Hildebrandt.
Seguramente a Don Genaro se le ocurrió esta sucia maniobra porque el domingo pasado anunció en Panorama, el programa político del canal, que evitaría que Schutz Landázuri recupere la administración de la televisora. “No voy a permitir, hasta donde pueda, que entre Schutz", dijo. Para lograrlo anunció que Panamericana se declaraba en insolvencia para que sus acreedores (la Sunat) tomen el control de la estación y no la familia Schutz. Aquí hay que resaltar que la declaración de insolvencia no puede ser unilateral, como lo hizo Don Genaro, pues se debe seguir un procedimiento judicial (debe determinarla un juez). El presidente García también se pronunció al respecto y dijo que ordenaría a la Sunat que tome cartas en el asunto. Esto ocurrió hace un par de días, pero nadie esperaba, y de ahí lo macondiano del asunto, que el embargo fuera en calidad de administración.
Esto es muy delicado ya que los Gobiernos, si se precian de ser democráticos y de respetar la libertad de expresión, no suelen tomar las riendas de los medios de comunicación que se han atrasado en el pago de sus impuestos. Existían otras maneras de garantizar la deuda tributaria como el embargo en forma de inscripción pues permite que los bienes registrados (a nombre de Panamericana) no puedan ser transferidos a terceros, cautelando los intereses del fisco. Pero aquí se ha procedido salvajemente pues se ha obstaculizado la ejecución de una medida judicial de la Corte Suprema. También pudo embargar la recaudación (la caja chica) para no involucrarse en la administración (ni interferir con el fallo de la Suprema), pero optó por una medida que es inédita en la historia de la entidad recaudadora.
La Sunat está facultada de acuerdo a ley a intervenir en las empresas para salvaguardar los impuestos adeudados. Esta prerrogativa la convierte en un acreedor privilegiado, incluso por encima de los acreedores laborales (trabajadores de Panamericana) toda vez que su misión es embargar cuentas y rematar bienes para cobrarse.
Esta entidad sólo puede administrar bienes los bienes de Panamericana, pero no encargarse de los contenidos informativos. Y debería entenderse, si nos atenemos a ley, con los Schutz, toda vez que el Poder Judicial ha determinado que regresen al directorio del canal. Eso sería lo justo, aunque los Schutz se hayan coludido con Montesinos, pues los fallos judiciales deben respetarse. Pero en ningún caso puede dirigir la programación, cosa que haría, según lo ha anunciado el interventor designado por la Sunat, extralimitando sus facultades.
Con la toma del canal, la línea periodística, que era favorable al Gobierno bajo la dirección de Delgado Parker, continuará en la misma tónica durante los próximos seis meses, tiempo que durará el mandato de la Sunat sobre Panamericana. Esta afirmación podría quedarse corta pues los directores de Panorama y 24 horas, el noticiero del canal, acaban de ser removidos de sus puestos junto con un buen número de periodistas. Su abrupta salida me hace suponer que los sustitutos serán hombres de prensa afines al oficialismo.
La deuda con la Sunat se originó en la gestión de Delgado Parker, quien asumió el cargo de administrador judicial en febrero de 2003; la perdió en julio de ese mismo año (la recuperó Schutz); para volver al canal mediante una orden judicial a los pocos meses. Todo el proceso estuvo manchando por la corrupción y leguleyadas que son frecuentes en el Poder Judicial. El viernes pasado, gracias al involucramiento de Javier Villa Stein, quien dio mucha celeridad al proceso, la Sala que preside levantó la medida cautelar emitida por un juzgado del Callao que mantenía a Delgado Parker como administrador judicial de Panamericana Televisión.
Con la toma del canal, la línea periodística, que era favorable al Gobierno bajo la dirección de Delgado Parker, continuará en la misma tónica durante los próximos seis meses, tiempo que durará el mandato de la Sunat sobre Panamericana. Esta afirmación podría quedarse corta pues los directores de Panorama y 24 horas, el noticiero del canal, acaban de ser removidos de sus puestos junto con un buen número de periodistas. Su abrupta salida me hace suponer que los sustitutos serán hombres de prensa afines al oficialismo.
La deuda con la Sunat se originó en la gestión de Delgado Parker, quien asumió el cargo de administrador judicial en febrero de 2003; la perdió en julio de ese mismo año (la recuperó Schutz); para volver al canal mediante una orden judicial a los pocos meses. Todo el proceso estuvo manchando por la corrupción y leguleyadas que son frecuentes en el Poder Judicial. El viernes pasado, gracias al involucramiento de Javier Villa Stein, quien dio mucha celeridad al proceso, la Sala que preside levantó la medida cautelar emitida por un juzgado del Callao que mantenía a Delgado Parker como administrador judicial de Panamericana Televisión.
Genaro era la persona menos indicada para encargarse de un canal en problemas pues tenía y tiene fama de deudor. Como hombre de negocios no sólo le debía a la Sunat, sino a ex trabajadores de sus empresas, proveedores, entidades financieras, etc. Las deudas las dejaba envejecer (“las deudas viejas no se pagan”, solía decir con descaro) porque nadie se atrevía a cobrarle o ejecutar bienes que mantenía a buen recaudo. Se valió de su ancianidad para ser declarado inimputable por los juzgados anticorrupción que perseguían a gente ligada a la mafia fujimontesinista. Recuerdo que cuando retornó a Perú y entró a Global Televisión en 2001, lo hizo a bordo de un imponente Hummer y con la bandera nacional en lo alto. Ingresó como si fuera un libertador pese a que un par de años después dejó en la ruina a ese medio. De Global Televisión sólo quedaron deudas por cobrar, equipos obsoletos y numerosos embargos.
Ahora Genaro ya no está en la televisión, pero impidió que sus archirivales le arrebataran el control de la estación que fundó hace más de 50 años. En 2001 regresó al directorio aduciendo que la venta de acciones de su hermano Manuel Delgado fue irregular. Eso ocurrió durante el Gobierno Alejandro Toledo, enemigo acérrimo de los Schutz, pues éstos lo denigraron –junto con otros medios- durante la campaña electoral del 2000. El que Genaro haya tenido éxito en el desafuero de los Schutz se debe a su cercanía con Alan García. El actual presidente ha llevado acabo, a través de la Sunat, lo que insinuó en una reunión de banqueros regionales realizada en Lima. En aquella cita dijo que podía impedir que gane un candidato que no le gustara. La confesión no fue un mero comentario desafortunado, como aseguraron sus acólitos y varios congresistas de su partido, pues se ha hecho realidad en el caso de Panamericana Televisión. Ahora no quedan dudas de que García usará todo su poder para influir en el siguiente proceso electoral.
Está claro, a esta altura, que el aprismo está en campaña y necesita conseguir la mayor cantidad de votos posibles para que su representación congresal no termine atomizada. Sin García candidateando (la reformada Constitución de 1993 impide la reelección presidencial), su fuerza parlamentaria y regional disminuirá considerablemente. Panamericana, que llega a todos los confines del territorio nacional, es ideal, como plataforma mediática, para promover a sus aspirantes al Parlamento y a las presidencias regionales. Es casi seguro que en el 2011 el Partido Aprista hará oposición pues no tiene reemplazo para el hombre que lo llevó dos veces vez al poder. Con Panamericana en el bolsillo, el Apra se pone en ventaja respecto a sus competidores ya que podrá enlodarlos.
Alberto Cabello, el nuevo administrador del canal, es un sujeto cercano a Baruch Ivcher, empresario televisivo cuyo canal (Frecuencia Latina) adeuda más de 58 millones de soles al Estado. No llama la atención que la Sunat no muestre intención de cobrar los millones de la deuda, salvo en el caso de Panamericana, claro está.
Por eso no sorprendería que en unos meses, tras la revisión de los estados financieros de Panamericana, Don Genaro aparezca como uno de los principales acreedores y retome la administración del canal. No sería raro que participe en la reestructuración de la emisora ante Indecopi para quedarse con la propiedad definitiva. No sería extraño que eso suceda, porque, al igual que en Macondo, cualquier cosa puede pasar en el Perú.
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