Tres policías y dos mujeres murieron durante la ofensiva subversiva. El puesto pertenece al área geográfica del Valle de los ríos Apurímac y Ene. Desde esa ubicación se realizan operativos para impedir el tráfico ilícito de drogas. Atacantes buscarían debilitar la moral de nuestras tropas
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Por César Reyna
Por César Reyna
En el día que se conmemora el treinta aniversario del fallecimiento del fundador y líder histórico del Apra, Víctor Raúl Haya de la Torre, una columna compuesta por cincuenta narcoterroristas atacó una estación de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes). El enfrentamiento ocurrió en el poblado de San José de Secce del distrito de Santillana, en la provincia de Huanta, en Ayacucho.
El local de la Dinoes se encuentra seriamente afectado asi como un colegio colindante que fue utilizado por los narcotraficantes para perpetrar el ataque. El enfrenamiento duró una hora aproximadamente, según varios testigos. Entre las 12:30 p.m. del sábado y las 00:30 horas del domingo cerca de treinta efectivos fueron despertados por disparos y explosiones de granadas.
Los narcoterroristas no tenían la intención de tomar la base policial sino ocasionar la mayor cantidad de bajas para amedrentar a las fuerzas del orden. Que el asalto haya sido lanzado en un día significativo para las autoridades de turno puede interpretarse como un acto de provocación de las bandas que operan en el VRAE. O también podría representar el comienzo a una nueva fase en la que los criminales dejan atrás las emboscadas en la selva para pasar directamente a la ofensiva con el propósito de replegar a la policía.
Los narcoterroristas demostraron que son capaces de ejecutar ataques coordinados (atacaron desde la parte frontal y posterior del cuartel) y que cuentan con gran poder de fuego al utilizar fusiles con miras láser, lanzagranadas y cohetes. El incidente en cuestión guarda muchos parecidos con los que llevan a cabo las FARC colombianas o los carteles de la droga mexicanos. Tal parece que miembros de esas organizaciones estarían participando en sus operaciones.
La mayor presencia de agentes estatales en la zona, prometida por el presidente García y sus ministros de Defensa e Interior, desencadenaría episodios similares a medida que van penetrando en su territorio. Lo que los narcotraficantes tratan de preservar es su lucrativo negocio (sus rutas de comercio y aprovisionamiento de insumos) ya que no tienen intenciones de tomar el poder. Con la corrupta colaboración de algunas autoridades les basta para operar; pero sienten que les están tendiendo un cerco.
Hasta el momento no se ha reportado ninguna baja terrorista. A parte de los tres policías caídos hay tres subalternos heridos. El ministro del Interior, Octavio Salazar, y el Director General de la Policía, Miguel Hidalgo, se apersonaron al lugar de los hechos para realizar investigaciones, según RPP.
El local de la Dinoes se encuentra seriamente afectado asi como un colegio colindante que fue utilizado por los narcotraficantes para perpetrar el ataque. El enfrenamiento duró una hora aproximadamente, según varios testigos. Entre las 12:30 p.m. del sábado y las 00:30 horas del domingo cerca de treinta efectivos fueron despertados por disparos y explosiones de granadas.
Los narcoterroristas no tenían la intención de tomar la base policial sino ocasionar la mayor cantidad de bajas para amedrentar a las fuerzas del orden. Que el asalto haya sido lanzado en un día significativo para las autoridades de turno puede interpretarse como un acto de provocación de las bandas que operan en el VRAE. O también podría representar el comienzo a una nueva fase en la que los criminales dejan atrás las emboscadas en la selva para pasar directamente a la ofensiva con el propósito de replegar a la policía.
Los narcoterroristas demostraron que son capaces de ejecutar ataques coordinados (atacaron desde la parte frontal y posterior del cuartel) y que cuentan con gran poder de fuego al utilizar fusiles con miras láser, lanzagranadas y cohetes. El incidente en cuestión guarda muchos parecidos con los que llevan a cabo las FARC colombianas o los carteles de la droga mexicanos. Tal parece que miembros de esas organizaciones estarían participando en sus operaciones.
La mayor presencia de agentes estatales en la zona, prometida por el presidente García y sus ministros de Defensa e Interior, desencadenaría episodios similares a medida que van penetrando en su territorio. Lo que los narcotraficantes tratan de preservar es su lucrativo negocio (sus rutas de comercio y aprovisionamiento de insumos) ya que no tienen intenciones de tomar el poder. Con la corrupta colaboración de algunas autoridades les basta para operar; pero sienten que les están tendiendo un cerco.
Hasta el momento no se ha reportado ninguna baja terrorista. A parte de los tres policías caídos hay tres subalternos heridos. El ministro del Interior, Octavio Salazar, y el Director General de la Policía, Miguel Hidalgo, se apersonaron al lugar de los hechos para realizar investigaciones, según RPP.
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