Además Simón Bolívar y el dictador peruano Juan Velasco Alvarado, entre las figuras políticas que inspiran al líder venezolano destacan el presidente Alan García Pérez y el reo y ex presidente Alberto Fujimori
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Por César Reyna
Aunque parezca inverosímil, el socialista Hugo Chávez viene reproduciendo varias políticas de Estado que implementó o trató de implementar el peruano Alan García durante su primer período presidencial. De 1985 a 1990 García Pérez intentó estatizar la banca; algo que está haciendo Chávez, pero no por la fuerza, sino mediante la compra de activos financieros a instituciones como el Santander. Chávez también imita a García al aplicar controles de precios para evitar la subida de productos de primera necesidad, lo que ha generado mucha especulación y la formación de mercados negros.
En el primer gobierno de García se acusó a los productores de inflar los precios al acumular existencias. Chávez hizo lo mismo llamando traidores a los que acaparaban alimentos. Parar tratar de revertir la situación, Chávez adquirió bajo coacción y con la participación de sindicatos varias unidades procesadoras de granos. García no llegó a tanto porque no disponía una generosa cuenta repleta de petrodólares, pero sí de algunas reservas internacionales que dilapidó realizando compras masivas de alimentos en descomposición (como el arroz con gorgojos, la leche en polvo insalubre y la carne de origen argentina malograda), y creando los ‘Mercados del Pueblo’ para que los peruanos se abastezcan de arroz, azúcar, aceite, menestras, etc., pero, paradójicamente, estaban totalmente desabastecidos.
Ambos mandatarios generaron mucha inflación y contribuyeron a la debacle del aparato industrial en sus países. La descapitalización en el Perú fue de tal magnitud -fruto de nefastas políticas económicas y el clima inseguridad- que le tomó más de una década volver a reflotar sectores como la pesca, las confecciones y la agricultura de exportación. La sustitución de importaciones en el caso peruano perjudicó notablemente los consumidores ya que solamente podían adquirir productos nacionales de mala calidad. Al reemplazar la producción extranjera con la local, tanto el primer gobierno aprista como el chavismo pretendían -o pretenden- crear modelos de desarrollo autárquicos similares a los de extintos estados comunistas. El plan no funcionó pues la eliminación de la competencia desincentivó a los industriales para mejorar la calidad de sus productos. Por si fuera poco, las restricciones aduaneras obstaculizaron la compra de bienes de capital, lo que estancó la modernización de la producción.
Desde hace unos años el régimen de Caracas estableció controles de cambios para evitar la depreciación del bolívar; algo parecido hizo García al establecer distintas cotizaciones para el dólar, entre las que destacaba la del dólar MUC (Mercado Único de Cambio), ofrecido a precio preferencial a los industriales para que potencien sus sectores. Pese a sus esfuerzos por dominar a las fuerzas del mercado la estabilización de la moneda nunca se concretó. Cuando reinó la volatilidad, el imprudente García y el irreflexivo Chávez restringieron la compraventa de dólares, lo que generó un mercado cambiario paralelo y mucha riqueza especulativa.
Ahora bien, de Bolívar no pudo haber asimilado mucho Chávez ya que era liberal y creía en el libre comercio. En lo que sí coincide con el libertador es con su proyecto vitalicio de gobierno –basta recordar la Gran Colombia y la Constitución de 1826 que lo declaraba supremo dictador del Perú- y el adoctrinamiento de la población, aunque con diferente tinte ideológico desde luego. Si Chávez lo considera su principal referente es porque luchó contra el colonialismo español -que no es equiparable a su enfrenamiento retórico contra el imperialismo norteamericano- y porque tenía ambiciones hegemónicas.
El gobernante que más lo ha influenciado es, sin duda, el general Juan Velasco Alvarado, personaje que dirigió el Perú entre 1968 y 1975. Chávez se refiere al difunto dictador con mucho afecto cuando lo menciona en su programa ‘Aló Presidente’. La admiración que le profesa se debe a que realizó un par de transformaciones que le gustaría aplicar como la reforma agraria –que fue desastrosa en términos económicos aunque impidió que germinara la prédica de Sendero Luminoso entre los campesinos - y la movilización popular a través del Sinamos (Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social), organismo creado para cumplir las funciones de un partido político al servicio de la “revolución nacionalista”. Chávez Frías hubiera deseado llegar al poder mediante un golpe de Estado como Velasco, pero fracasó y fue encarcelado por ello. Pasó dos años en prisión hasta que fue indultado por Rafael Caldera en 1994. Por medio de un golpe hubiera podido cerrar todos los medios opositores; y no tener que clausurarlos uno por uno ni promulgar una norma que amordace a la prensa (como la Ley Especial de Delitos Mediáticos).
El otro presidente que inspira su accionar es el corrupto Alberto Fujimori (1990- 2000). Chávez tuvo cercanía con el ex mandatario peruano porque varios militares que lo acompañaron en la intenta golpista de 1992 se refugiaron en nuestro país bajo la protección de Vladimiro Montesinos. En lo político Chávez ha aprendido mucho de Fujimori ya que éste, con ayuda de su siniestro asesor, destruyó a la oposición democrática. Mediante una campaña de desprestigio permanente y el copamiento de las instituciones públicas, Fujimori logró marginar a los partidos tradicionales de la simpatía del pueblo. Varios grupos políticos se debilitaron o desaparecieron en el camino cuando se “recuperó” la democracia con el cambio de milenio. El sistema de partidos aún no se recupera de la turbulenta década de los noventa, llamada por algunos como la de la “antipolítica” porque primó el pragamitismo a los discursos encendidos, revolucionarios y vacíos de algunos estadistas. La mejor prueba de la crisis de los partidos es la inexistencia una oposición orgánica que fiscalice los actos de gobiernos.
Un hecho fundamental del que Chávez seguramente tomó nota fue que Fujimori elaboró una Constitución a la medida, la de 1993, la que le permitió cambiar el modelo económico (para consagrar el neoliberalismo) y establecer una nueva y controvertida legislación antisubersiva. En el caso de Chávez las reformas han sido, como todos sabemos, para afirmar la socialización en Venezuela y establecer mayores controles sociales o menos libertades.
En el tema de las reelecciones sucesivas Chávez debe haber tomado lección de Fujimori pues se eligió tres veces, una de ellas de manera inconstitucional pues sus congresistas y defensores interpretaron la Constitución a su antojo.
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