lunes, 21 de septiembre de 2009

Francis Allison y la ética política peruana






El actual ministro de Vivienda y Construcción ocultó información relacionada con su pasado profesional para conseguir su nombramiento en la referida cartera
-------------------------------------------------
Por César Reyna


Al parecer pesó más la ambición política del ex alcalde de Magdalena, Francis Allison, que la ética que debe regir la conducta de todo funcionario público cuando juramentó como ministro de Estado pues debió informar al primer mandatario que había bridado asesorías externas a Business Track (BTR), empresa dedicada a la interceptación de comunicaciones de personajes públicos.

El simple hecho de ocultar ese servicio de consultoría revela que Allison engañó o indujo a error al presidente de la República, ya que, de haber tenido García conocimiento oportuno de la situación, seguramente no le hubiera encargado el despacho de Vivienda y Construcción.

La relación entre el presidente y sus ministros se sustenta en la confianza, de ahí que el jefe de Estado pueda removerlos sin ofrecer mayores explicaciones a los medios o al Parlamento. Debido a que la confianza constituye un elemento fundamental, sobre todo al momento de realizar cambios en el Gabinete, es necesario que el presidente sea advertido de las incompatibilidades de las personas que podrían ocupar un puesto de relevancia política. Antes proceder con la designación resulta vital conocer bien el currículo de cualquier prospecto o candidato a ministro. Por eso la omisión de Allison representa una falta grave contra la confianza depositada por el mandatario, la que sólo podría ser subsanada con su renuncia.

El caso de BTR, como muchos recordarán, provocó la caída del primer Gabinete aprista tras el escándalo de los petroaudios (la mayoría conversaciones entre el lobista Rómulo León Alegría y sus cómplices para adjudicarse de manera irregular concesiones petroleras). El asunto de fondo es que cualquier personaje vinculado a esa empresa, así no tuviera conocimiento de sus ilícitas actividades, jamás hubiera llegado un ministerio u otro cargo de importancia mientras no aclare su situación.

Allison ganó ese puesto inflando el ego de García y proponiéndole una marcha por la paz para contrarrestar la ola de protestas en la capital y otras regiones del país a raíz de la violencia desatada en la Amazonía, concretamente en la ciudad de Bagua. Gracias a su propuesta y a la agilización de obras en la Costa Verde, en la parte que corresponde al distrito de Magdalena, la carrera de Allison consiguió escalar posiciones en poco tiempo.

Ahora bien, ésa no es la única falta ética de Allison ya que anteriormente protagonizó un escándalo en la vía pública cuando el Serenazgo del distrito de San Isidro lo detuvo por manejar en estado de ebriedad. El hecho ocurrió hace seis años cuando cumplía su primer período como burgomaestre de Magdalena. En esa oportunidad agredió a dos agentes policiales y se resistió al arresto.




El caso de Allison y su rápido ascenso puede compararse con el de su jefe inmediato, Javier Velásquez Quesquén, cuya carrera política también experimentó un ascenso meteórico tras amanecer borracho en Brasil. De ser un congresista sin trayectoria, Velásquez Quesquén pasó a ser presidente del Congreso y actualmente se desempeña como primer ministro.

Ni Allison ni Velásquez Quesquén llegaron a donde están por sus méritos políticos o profesionales, sino porque supieron moverse bien (relacionarse) dentro de las más altas esferas del poder. La ausencia de valores y cualidades en nuestra clase política indican que el problema pasa indudablemente por nuestra sociedad, la cual se ha venido acostumbrando a la mediocridad de sus dirigentes.

La tolerancia hacia ese tipo de conductas revela nuestra incapacidad para indignarnos. Mientras no exijamos que nuestros representantes ejerzan su función con honestidad y respeto a la investidura jamás nos acercaremos a los estándares de vida de los países desarrollados, que no sólo se caracterizan por su progreso económico o material, sino porque han conseguido estabilidad política y social a través de sus instituciones.






No hay comentarios: