viernes, 29 de mayo de 2009

Keiko Fujimori ¿Qué es el fujimorismo?




*Por César Reyna


Luego de ver bailar afanosamente a un puñado de congresistas en honor de Keiko Fujimori constato una vez más que el fujimorismo no es más que un circo, y no del bueno, desde luego, pero sí uno muy efectivo al momento de captar la atención del público. El fujimorismo sólo puede ofrecer espectáculos chichas, bailes descoordinados y proclamas a favor de la libertad del reo Alberto Fujimori porque carece de ideas y programas. Surge, al igual que el humalismo, como un movimiento puramente familiar, pero, a diferencia del primero, no contó con un ideario en sus orígenes sino que adoptó el de sus rivales (el del Fredemo de Vargas Llosa) para poder gobernar.

Ni bien llegue a Palacio de Gobierno sabemos que Keiko Fujimori liberará a su padre (el indulto es una prerrogativa presidencial que usará a pesar de beneficiar a un familiar directo). Esta facultad no debe ser confundida como parte de su plan de gobierno ya que los planes de gobierno u hojas de ruta están dirigidos a definir objetivos políticos generales. A la nación no le interesa ni se rasga las vestiduras que su padre esté encarcelado, sino a ella, a sus hermanos y al grupo de fanáticos que la sigue incondicionalmente. Indultar al ex presidente no es un objetivo nacional, sino uno de carácter estrictamente personal y del clan Fujimori. De ahí en más no conocemos qué es lo que se propone hacer la joven congresista con el país, es decir, qué reformas planea introducir para mejorar la calidad de vida de los peruanos.

El fujimorismo parece revitalizado con el liderazgo de Keiko ya que encabeza los sondeos presidenciales. El 25% de intención de voto que actualmente disfruta, según una encuestadora local, le confiere muchas chances de pasar a segunda vuelta pues parece poco probable que algún candidato supere el 50% que exige la ley para proclamarse vencedor. Keiko y los demás aspirantes de la derecha peruana esperan que Ollanta Humala sea su contendor sea para anotarse otro triunfo. Si el candidato nacionalista participa en la siguiente ronda perderá porque no tiene respaldo en Lima, en toda la costa ni en el exterior (afuera votan un buen número de peruanos, principalmente en Estados Unidos, Italia, Argentina, Chile y España). Sólo las regiones de la sierra y la selva, las más descontentas con el modelo económico y las intolerantes políticas del gobierno, se inclinarían a votar por él ya que su partido apoya tenazmente la derogatoria de un paquete de decretos legislativos que los nativos y comunidades consideran lesivos a sus intereses (1). Y si Humala tuviera alguna posibilidad de ganar el mismo Alan García (2)
se encargaría de que no suceda pues anunció que, si bien no podía poner a quien el quisiera… como presidente podía impedir que gane el que no desea, en clara alusión a Humala.

Keiko espera consolidar el significativo respaldo que recibe en Lima (en asentamientos humanos y periferias de la capital) para relanzar el movimiento que fundó su progenitor a fines de la década de los ochenta. Ella no fue elegida por las bases de su agrupación –no se le puede llamar partido ya que no cuenta con ideología ni estructura partidaria-, sino por su padre cuando la designó su heredera política en el momento en que interrumpió su alegato final
(3).

Ahora bien, el fujimorismo es básicamente un movimiento carismático que toma prestados algunos elementos que usan las iglesias evangélicas para entretener a las multitudes. En los mítines de Keiko no se habla de cosas abstractas o ideas muy complicadas, sino de liberar a Alberto Fujimori y recordarle a la población que antes vivían mejor porque se repartían más alimentos, materiales de construcción y se hacían obras (colegios, postas médicas, caminos, etc.). El discurso va acompañado de ritmos pegajosos para que la gente no se aburra. Siempre hay baile porque los asistentes piden que los candidatos y sus parejas se agachen al compás del reguetón o la cumbia de moda. Keiko baila como todos los que desfilan sobre la plataforma predominantemente naranja (el color de los fujimoristas). Los que la secundan como su hermano Kenji o el publicista y ahora parlamentario, Carlos Raffo, casi nunca mencionan ni recuerdan lo malo del Gobierno de Fujimori (1990-2000); sí lo hacen es para desligarse y atribuir cualquier hecho de corrupción, manipulación informativa o violación de derechos humanos a Vladimiro Montesinos, el socio de Fujimori.
Al ex asesor del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) le achacan las políticas represivas, la compra de congresistas tránsfugas y apropiación de fondos públicos que se cometieron, según los fujimoristas, a espaldas de su amado presidente. Para ellos Fujimori no sabía nada ni tenía participación en los hechos delictivos que probaron la dupla de fiscales supremos que lo pusieron tras las rejas. Persistir en la inocencia de su líder es vital para deslindar con la faceta más oscura del fujimorato, aunque más parece un gesto desesperado ya que dos de cada tres peruanos creen que es culpable (3) de los cargos que se le imputan.

Si la intención de voto de Keiko se mantiene, es probable que presenciemos un desenlace [4] indeseado,
ya que, en palabras de Mario Vargas Llosa, “una segunda vuelta entre Keiko Fujimori y Ollanta Humala sería como elegir entre el sida y el cáncer terminal”(5). La expresión refleja que los peruanos nos hemos venido acostumbrando, al menos desde las últimas dos elecciones presidenciales, a escoger entre dos males. Keiko representaría para muchos la opción menos mala ya que comulga con el sistema. Después de todo su padre instauró el neoliberalismo a principios de los noventa mediante políticas de ajuste (shock), desregulación, privatización y apertura económica.

A pesar de su repunte en las encuestas, Keiko es vista con cierta reticencia por la opinión pública por su inexperiencia política y porque no ha aclarado el financiamiento de su educación ni la de sus tres hermanos en universidades de Estados Unidos. A pesar de haber sido primera dama a los 17 años en reemplazo de su madre, la ex congresista Susana Higuchi, y de haber obtenido el mayor número de votos para acceder al Congreso, sus detractores consideran que no está preparada para conducir las riendas de la nación a los 35 años
[6] (los cumplirá el 2010). Mientras atravesemos un clima interno conflictivo (se han levantando las poblaciones selváticas y ha crecido el narcoterrismo en la zona del VRAE) y padezcamos las consecuencias de la crisis económica internacional, sería insensato poner al mando a alguien que debe muchas explicaciones al país y que no ha sido probada o testeada como líder.

En el Parlamento, el fujimorismo se desempeña como el desaparecido Frente Independiente Moralizador (FIM)
[8] cuando secundaba a Perú Posible de Alejandro Toledo para respaldar sus iniciativas legislativas y darle “gobernabilidad” al país. Si el fujimorismo se ha aliado con el Apra es para que el ex mandatario reciba buenos tratos de parte de las autoridades penitenciarias. En algún momento se pensó que el aprismo liberaría al popular “chino” a cambio de los votos de la bancada naranja y para devolverle el favor pues Cambio 90, la agrupación inicial de Fujimori, limpió al presidente García de las acusaciones constitucionales sobre enriquecimiento ilícito y la matanza en el penal de El Frontón. Eso no ha sucedido, afortunadamente, porque el proceso viene siendo monitoreado por muchas organizaciones de derechos humanos y por la prensa de otros países, especialmente la europea.

Con más bailes y ritmos contagiosos no es descabellado pensar que Keiko gane ya que su padre lo hizo dos veces de esa forma, aunque claro, éste tenía logros que exhibir como la derrota del terrorismo maoísta de Sendero Luminoso y el control de la hiperinflación que heredó del aprismo. Keiko, a diferencia de su progenitor, no tiene nada qué mostrar ni se conocen los proyectos que ha presentado como congresista. Para muchos, especialmente para las mujeres de bajos recursos, ella representa a alguien con la que es muy fácil identificarse porque es joven y madre. Los sectores más humildes la reconocen porque viajó mucho por el país con su padre cuando éste inauguraba obras en alguna localidad olvidada.



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(1) Están referidos a la disposición de recursos naturales como las tierras, los bosques amazónicos, el agua, etc.)

(2) Dicho comentario lo deslizó en un encuentro de banqueros regionales en el que recordó que él evitó la victoria de la coalición liderada por Vargas Llosa.


(3) Un 70% de ciudadanos según la Universidad Católica.

(4) El traspaso "oficial" lo hizo durante el juicio que se le sigue por dos matanzas y dos secuestros agravados –no ha concluido todavía porque el reo apeló la sentencia condenatoria-.

(5) La falta de alternativas políticas también se debe a Fujimori porque demolió el sistema de partidos.

(6) José Barba Caballero, ex congresista de Renovación, la había usado en el 2001 para definir la disyuntiva de elegir entre Alejandro Toledo y Alan García.


(7) Justo a tiempo para presentar su candidatura porque la Constitución exige tener esa edad.

(8) Del inefable Fernando Olivera, ex embajador en España, recordado por ser perseguidor de Alan García y quien fuera canciller por un día.

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