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lunes, 3 de agosto de 2009

Las influencias de Hugo Chávez



Además Simón Bolívar y el dictador peruano Juan Velasco Alvarado, entre las figuras políticas que inspiran al líder venezolano destacan el presidente Alan García Pérez y el reo y ex presidente Alberto Fujimori
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Por César Reyna




Aunque parezca inverosímil, el socialista Hugo Chávez viene reproduciendo varias políticas de Estado que implementó o trató de implementar el peruano Alan García durante su primer período presidencial. De 1985 a 1990 García Pérez intentó estatizar la banca; algo que está haciendo Chávez, pero no por la fuerza, sino mediante la compra de activos financieros a instituciones como el Santander. Chávez también imita a García al aplicar controles de precios para evitar la subida de productos de primera necesidad, lo que ha generado mucha especulación y la formación de mercados negros.

En el primer gobierno de García se acusó a los productores de inflar los precios al acumular existencias. Chávez hizo lo mismo llamando traidores a los que acaparaban alimentos. Parar tratar de revertir la situación, Chávez adquirió bajo coacción y con la participación de sindicatos varias unidades procesadoras de granos. García no llegó a tanto porque no disponía una generosa cuenta repleta de petrodólares, pero sí de algunas reservas internacionales que dilapidó realizando compras masivas de alimentos en descomposición (como el arroz con gorgojos, la leche en polvo insalubre y la carne de origen argentina malograda), y creando los ‘Mercados del Pueblo’ para que los peruanos se abastezcan de arroz, azúcar, aceite, menestras, etc., pero, paradójicamente, estaban totalmente desabastecidos.

Ambos mandatarios generaron mucha inflación y contribuyeron a la debacle del aparato industrial en sus países. La descapitalización en el Perú fue de tal magnitud -fruto de nefastas políticas económicas y el clima inseguridad- que le tomó más de una década volver a reflotar sectores como la pesca, las confecciones y la agricultura de exportación. La sustitución de importaciones en el caso peruano perjudicó notablemente los consumidores ya que solamente podían adquirir productos nacionales de mala calidad. Al reemplazar la producción extranjera con la local, tanto el primer gobierno aprista como el chavismo pretendían -o pretenden- crear modelos de desarrollo autárquicos similares a los de extintos estados comunistas. El plan no funcionó pues la eliminación de la competencia desincentivó a los industriales para mejorar la calidad de sus productos. Por si fuera poco, las restricciones aduaneras obstaculizaron la compra de bienes de capital, lo que estancó la modernización de la producción.

Desde hace unos años el régimen de Caracas estableció controles de cambios para evitar la depreciación del bolívar; algo parecido hizo García al establecer distintas cotizaciones para el dólar, entre las que destacaba la del dólar MUC (Mercado Único de Cambio), ofrecido a precio preferencial a los industriales para que potencien sus sectores. Pese a sus esfuerzos por dominar a las fuerzas del mercado la estabilización de la moneda nunca se concretó. Cuando reinó la volatilidad, el imprudente García y el irreflexivo Chávez restringieron la compraventa de dólares, lo que generó un mercado cambiario paralelo y mucha riqueza especulativa.

Ahora bien, de Bolívar no pudo haber asimilado mucho Chávez ya que era liberal y creía en el libre comercio. En lo que sí coincide con el libertador es con su proyecto vitalicio de gobierno –basta recordar la Gran Colombia y la Constitución de 1826 que lo declaraba supremo dictador del Perú- y el adoctrinamiento de la población, aunque con diferente tinte ideológico desde luego. Si Chávez lo considera su principal referente es porque luchó contra el colonialismo español -que no es equiparable a su enfrenamiento retórico contra el imperialismo norteamericano- y porque tenía ambiciones hegemónicas.

El gobernante que más lo ha influenciado es, sin duda, el general Juan Velasco Alvarado, personaje que dirigió el Perú entre 1968 y 1975. Chávez se refiere al difunto dictador con mucho afecto cuando lo menciona en su programa ‘Aló Presidente’. La admiración que le profesa se debe a que realizó un par de transformaciones que le gustaría aplicar como la reforma agraria –que fue desastrosa en términos económicos aunque impidió que germinara la prédica de Sendero Luminoso entre los campesinos - y la movilización popular a través del Sinamos (Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social), organismo creado para cumplir las funciones de un partido político al servicio de la “revolución nacionalista”. Chávez Frías hubiera deseado llegar al poder mediante un golpe de Estado como Velasco, pero fracasó y fue encarcelado por ello. Pasó dos años en prisión hasta que fue indultado por Rafael Caldera en 1994. Por medio de un golpe hubiera podido cerrar todos los medios opositores; y no tener que clausurarlos uno por uno ni promulgar una norma que amordace a la prensa (como la Ley Especial de Delitos Mediáticos).

El otro presidente que inspira su accionar es el corrupto Alberto Fujimori (1990- 2000). Chávez tuvo cercanía con el ex mandatario peruano porque varios militares que lo acompañaron en la intenta golpista de 1992 se refugiaron en nuestro país bajo la protección de Vladimiro Montesinos. En lo político Chávez ha aprendido mucho de Fujimori ya que éste, con ayuda de su siniestro asesor, destruyó a la oposición democrática. Mediante una campaña de desprestigio permanente y el copamiento de las instituciones públicas, Fujimori logró marginar a los partidos tradicionales de la simpatía del pueblo. Varios grupos políticos se debilitaron o desaparecieron en el camino cuando se “recuperó” la democracia con el cambio de milenio. El sistema de partidos aún no se recupera de la turbulenta década de los noventa, llamada por algunos como la de la “antipolítica” porque primó el pragamitismo a los discursos encendidos, revolucionarios y vacíos de algunos estadistas. La mejor prueba de la crisis de los partidos es la inexistencia una oposición orgánica que fiscalice los actos de gobiernos.

Un hecho fundamental del que Chávez seguramente tomó nota fue que Fujimori elaboró una Constitución a la medida, la de 1993, la que le permitió cambiar el modelo económico (para consagrar el neoliberalismo) y establecer una nueva y controvertida legislación antisubersiva. En el caso de Chávez las reformas han sido, como todos sabemos, para afirmar la socialización en Venezuela y establecer mayores controles sociales o menos libertades.

En el tema de las reelecciones sucesivas Chávez debe haber tomado lección de Fujimori pues se eligió tres veces, una de ellas de manera inconstitucional pues sus congresistas y defensores interpretaron la Constitución a su antojo.





sábado, 1 de agosto de 2009

Chávez eliminaría la libertad de prensa


La Fiscal General de Venezuela presentó un proyecto de ley destinado a penar a los medios, periodistas y directores que difundan informaciones que generen zozobra entre los ciudadanos
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Por César Reyna



La Ley Especial de Delitos Mediáticos debe ser la primera en su clase en el siglo XXI que sanciona la libertad de expresión per se. Con esta iniciativa el presidente venezolano Hugo Chávez se propone silenciar a la prensa ya que no ha funcionado el hostigamiento de su Ministerio de Comunicación e Información, responsable de vigilar y reglamentar el funcionamiento de los medios.

Chávez optó por una norma general para silenciar selectivamente a los comunicadores que divulgan noticias u opiniones contrarias a su régimen. Esta medida le permitiría encarcelar a los periodistas sin tener que revocar las licencias de algunos medios, sobre todo de las radioemisoras amenazadas con el cierre definitivo.

Con la individualización de las culpas Chávez pretende amedrentar al gremio periodístico. Una vez que la norma entre en vigor, las autoridades encarcelarían a unos cuantos hombres de prensa para que el resto deje de “desinformar” a la población.

Para el chavismo los medios de comunicación suponen el último escollo para lograr el control total de la sociedad. Hasta ahora Chávez ha clausurado a RCTV en 2007 y amenaza con hacer lo mismo con la influyente Globovisión. Ayer el Gobierno venezolano dispuso el cierre de 34 emisoras de radio a las que les retiró la concesión “por haber faltado a los requisitos legales para operar”. Otras 206 correrían con la misma suerte este año mientras sus funcionarios revisan la documentación que avala la vigencia de sus licencias.

Diversos organismos se han pronunciado en contra del proyecto que sería aprobado por la Asamblea Nacional (dominada por agrupaciones aliadas del presidente venezolano). Las penas oscilan entre los seis meses a cuatro años de cárcel a todo el que a través de los medios de comunicación divulgue informaciones que puedan atentar contra “la estabilidad de las instituciones del Estado”, “la paz social, la seguridad e independencia de la nación”, la “salud mental o moral pública” y el “orden público”, o que “generen sensación de impunidad o de inseguridad”.

Una vez aprobada, la norma atentaría contra lo que supuestamente desea evitar: la desinformación de la población, ya que solamente recibiría noticias que son del agrado de los censores del chavismo. La libertad de expresión sería reducida a su mínima expresión para consolidar ‘el socialismo del siglo XXI’.

Las conductas o informaciones susceptibles de acarrear sanción son numerosas y poco definidas. A continuación se presenta un extracto de algunos artículos para que cada uno saque sus propias conclusiones:

·) El artículo cuarto del proyecto afirma que también serán considerados delitos punibles “las acciones u omisiones que lesionen el derecho a la información oportuna, veraz e imparcial, que atenten contra la paz social, la seguridad e independencia de la nación, el orden público, la estabilidad de las instituciones del Estado, la salud mental o moral pública, que generen sensación de impunidad o de inseguridad y que sean cometidas a través de un medio de comunicación social”.

·) El artículo quinto promete una pena de prisión de dos a cuatro años para “toda persona que divulgue noticias falsas que ocasionen una grave alteración a la tranquilidad pública, pánico en la población, la hubieren mantenido en zozobra, que haya alterado el orden público, que hubieren producido un perjuicio a los intereses del Estado...” Para las personas y los dueños de medios que publiquen este tipo de información, la justicia podrá aplicar penas de dos a cuatro años de prisión. El mismo castigo está reservado para los que "manipulen" o “tergiversen” una noticia, “generando una falsa percepción de los hechos o creando una matriz de opinión en la sociedad”.

·) El artículo sexto del proyecto señala que “toda persona que manipule o tergiverse la noticia, generando una falsa percepción de los hechos o creando una matriz de opinión en la sociedad, siempre que con ello se hubiere lesionado la paz social, la seguridad nacional, el orden público o la salud mental o moral pública, será castigada con una pena de prisión de dos a cuatro años”.


martes, 28 de julio de 2009

El Te Deum de Cipriani



El cardenal Juan Luis Cipriani acaba de emitir un discurso netamente político y confrontacional en lugar de una homilía por el 188° aniversario patrio
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Por César Reyna



Durante el tradicional acto litúrgico el Primado del Perú dijo que “la mayoría de peruanos no ha sabido agradecer a quienes ofrendaron sus vidas por devolvernos la libertad”, en clara alusión a los militares y policías que vienen siendo procesados por violaciones de derechos humanos durante la lucha antisubversiva. Cipriani dejó entrever que la reconciliación entre los peruanos pasa por perdonar a los uniformados por haberse desangrado por la patria.

No es la primera vez que Cipriani demanda la absolución de las fuerzas del orden pues en otras ceremonias ha realizado pronunciamientos semejantes. Cipriani defiende a las instituciones castrenses porque mantuvieron a raya, sobre todo a partir de los 90’, a la guerrilla senderista que pretendía establecer un Estado ateo y totalitario en el país. Resulta lógico entonces que el arzobispo de Lima hable a favor de quienes protegieron el status quo del principal enemigo de la Iglesia durante el siglo XX: el comunismo marxista, leninista y maoísta.

El cardenal expresó que en la “persecución” a nuestros militares “han primado la venganza ideológica y el odio sobre la verdad de los hechos (…)”. Su retórica es confrontacional porque desdeña el sufrimiento de las víctimas de las Fuerzas Armadas y su deseo de justicia. Para Cipriani su dolor debe ser olvidado en aras de “purificar nuestra memoria”, es decir, para recordar solamente el arrojo de nuestros efectivos pero no sus atrocidades.

Sus invocaciones trascendieron la política interna ya que reclamó unidad para hacerle frente a la injerencia extranjera. De ese modo descalificó al ‘socialismo del siglo XXI’ de Hugo Chávez tildándolo de “quimérico”. “La patria reclama de todos unidad inquebrantable frente a intentos de intromisión extranjera, de asuntos internos. Debemos ser implacables con aquel, sea quien sea, que pretenda desunirnos en aras de sueños quiméricos”, señaló el cardenal.

Cipriani Thorne, uno de los máximos representantes de la derecha y del conservadurismo nacional, se une al Gobierno y la clase empresarial para formar un bloque contra la penetración chavista. El arzobispo peruano no es el único religioso que ha condenado la ideología de Hugo Chávez pues el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez se mostró bastante crítico con el derrocado Manuel Zelaya por dejarse influenciar por el controvertido mandatario venezolano.