domingo, 12 de octubre de 2008

El próximo ratón: Náusea para rato.

Sale Rómulo, entra "carne podrida" Remigio





Remigio junto a su brazo político, el APRA a través del aprista trujillano Víctor León Álvarez

(Reservamoral.org) Lima se tranquiliza con la llegada del salvador y mesías presidenciable norteño. El recelo agudo nos hace pensar que es más de lo mismo, y los ojitos lindos andan en lo mismo. Ya Reserva Moral adelantó que todo es obra del mismo Alan y su brazo de inteligencia que ya perseguía al corrupto Jorgito, y escuchaba todo hace AÑOS.

El lumpen que gobierna el APRA no se puede combatir cuando el
jefe de la fiesta es el principal secuaz. La putrefacción es de raíz y trabaja asegurándose los jueces del futuro (con Alva Castro y Meche, Jorge, Pastor , Chang y otros) pero lamentablemente no hay nadie más que nos pueda gobernar. Ollanta, la otra opción es claro que está seducido por el -hoy ya clarísimo desastre bien intencionado- polo chavista que aunque sea más humano que el sistema de derecha peruano, es un absoluto fiasco. A estas alturas conviene pensar muy bien el 2011 (año en que esperemos empiece el juicio por DDHH contra Alan), en donde el cholo y su panaca insoportable son los únicos estructuralmente "menos" corruptos (Dios! Ahora sólo hablamos de grados de corrupción!!), claro que si vuelven a entrar hay que desaparecer y/o vigilar a Elianne, los hermanos y sobrinos, y a Almeyda-Mantilla; a eso se debería dedicar también Sheput, hay que limpiar la casa ya! Va a ser duro ehh!!! Bueno, por ahora el que salta de contento con Yehúde es TECHITO BRUCE pues tiene influencias en el judío nuevo premier gracias a la cercanía de Yehúde y ELMER RIVASPLATA.

Por el lado oficial, hay que repotenciar Contraloría y desaparecer esa cosa de la ONA corrupta también!

Volviendo al tema, recuerdo una gran náusea en 2004. Seducido por los buenos comentarios respecto al gobierno de Yehúde, este reportero se acercó a una reunión convocada por su gobierno regional para tratar temas de agenda de corto plazo entre expertos de la región, grande fue la sorpresa cuando en la mesa central estaba Yehude al lado del inefable RMBP (Remy pa los compañeros). El asco y escozor que me produjo su presencia no fue tan grande como la que sentí al reflexionar la cercanía entre él y Yehúde... y de lo cual nunca supe por la prensa local, poco criteriosa en la mayoría.(dicen las malas lenguas que ambos tienen aficiones no masculinas, pero en las calles una escucha cualquier cosa, pero todo tipo de nexo que explique porqué la corrupción se generaliza es válido creo yo, ya que no se le conoce grandes fortunas a Yehúde ni ambiciones, también se dice mucho de Yehúde respecto de su espíritu caritativo, don de gente y capacidad para pasear a la gente haciéndoles creer que los escucha humanistamente...Tanaka lo resume bien: ¿Simon? Muy bien en general, tiene méritos; pero al mismo tiempo es muy personalista, muy caudillista. No construye organización. Todo gira en torno a él. No tiene las mejores juntas, por lo mismo. Oportunismo, pragmatismo: ya que el camino de construir organización es muy complicado, tirarse a la piscina y tratar de construir imagen desde arriba fue su opción. Vamos a ver. Hay que desearle lo mejor, porque estará manejando el país... Aunque a Martín el bueno, le faltó saber que Remigio y Yehude han apoyado la contaminación del Valle de la Leche (Río Reque) con un jugoso y extraño contrato con la MINERA RIO TINTO que nadie quiere en Lambayeque)



Salen Jorge y Rómulo, entran Yehúde y Remigio


sábado, 11 de octubre de 2008

Lima - Perú, (ORBITA).- Remigio Morales Bermúdez, miembro de número del círculo de corrupción que preside mi compañero de Partido Alan García Pérez. Integran tan distinguido círculo, en la categoría de socios fundadores, don Jorge del Castillo, Rómulo León Alegría, Luis González Posada y Luis Nava Guibert.


Desde la primera mitad de los años ochenta, Remigio Morales Bermúdez es un antiguo favorecedor financiero de Alan García Pérez, de aquellos que los medios de comunicación gustaba llamar amigos. Fue incluido en esta selecta categoría gracias al acopio de recursos que levantó entre los dueños del país y al apoyo que aseguró en ciertos medios de comunicación para la campaña electoral de AGP.


Hijo del dictador militar derechista Francisco Morales Bermúdez, general felón que abandonó a Velasco Alvarado, Remigio perteneció al entorno alanista que diseñó la política económica heterodoxa que se implementó a partir de fines de julio de 1985. Fue nombrado ministro de agricultura el 9 de enero de 1986, ante la renuncia de Mario Barturén Dueñas, a quien AGP –por casual intervención de Remigio– responsabilizó de los problemas de desabastecimiento de productos de primera necesidad.


En septiembre de 1988, militantes apristas acusaron a Morales Bermúdez de ser uno de los autores de los paquetazos económicos de esos años, junto con sus colegas Daniel Carbonetto y Javier Tantaleán. Un mes después, el 10 de octubre de 1988, Remigio renunció al ministerio que había desempeñado por casi tres años e hizo mutis por la derecha del actor.


En enero de 1989 Super Remy fue sometido a proceso disciplinario en el Partido Aprista Peruano, siendo suspendido en sus derechos partidarios. Las sanciones fueron adoptadas por el Consejo Nacional de Disciplina del PAP. Los cargos estuvieron vinculados a la proclividad de Remigio para negociar, en nombre del estado, la importación de carne podrida.


En la presente centuria Remigio continuó sus actividades de beneficencia en el sector minero. Su nombre apareció vinculado con el de su cuñado, el señor Obradovich, en el intento de la minera canadiense Manhattan de hacerse de la explotación de la veta polimetálica que se encuentra bajo la ciudad de Tambogrande, en Piura. (El señor Obradovich, máximo funcionario de la filial peruana de Manhattan, es hijo político del señor padre de Remigio, el sobrio general don Francisco Morales Bermúdez.)


En la actualidad Super Remy sigue estando vinculado a la operación del sector minero y mantiene orgulloso su papel de amigo y mecenas de García. Entre sus indudables méritos políticos debe indicarse que fue uno de los organizadores de la colecta con la cual las grandes mineras transnacionales y nativas financiaron la campaña del candidato del extrañamente llamado "cambio responsable".


Además, Super Remy es el principal "asesor" del propuesto primer ministro, el bueno de Yehude Simón Munaro. Durante el último año, Remigio fue el encargado de manipular sutilmente a Yehude, siguiendo instrucciones de García Pérez. Remigio ocupa el puesto de Secretario Técnico de la Junta de Coordinación Interregional del Norte y Oriente (JCI-INTERNOR), ente burocrático creado por el fallido premier Jorge del Castillo Gálvez. El organismo está integrado por los gobiernos regionales de Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Ancash, Cajamarca, Amazonas y San Martín.


"Carne podrida" Remigio Morales Bermúdez, el verdadero poder detrás del nuevo premier Yehude Simon.- Remigio es otro León Alegría
Remigio Morales Bermúdez Pedraglio. Amigo íntimo de García Pérez. Otro de los sicarios financieros de sus campañas electorales. Cómplice de la corrupción de Rogelio León Alegría en los primeros años del primer gobierno de AGP. Se hizo famoso por sus negociados importando carne podrida aprovechando su puesto de ministro de Agricultura.


Este ratero es el principal "asesor" del propuesto primer ministro, el ingenuo Yehude Simón Munaro. Remigio ocupa el puesto de Secretario Técnico de un engendro burocrático de Jorge del Castillo Gálvez llamado Junta de Coordinación Interregional del Norte y Oriente (JCI-INTERNOR) que integran los gobiernos regionales de Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Ancash, Cajamarca, Amazonas y San Martín.


Durante el último año, Remigio fue el encargado de manipular sutilmente a Yehude siguiendo instrucciones de García Pérez. Como se podrá comprender, la corrupción continuará en el purulento régimen alanista.


(Por César Vásquez / http://cavb.blogspot.com)







Simon: un "muchachito del ayer" en el gobierno de Alan García

Las elecciones regionales de noviembre de 2002 marcaron el retorno político de Yehude Simon, un histórico líder chiclayano, quien fue elegido entonces Presidente Regional de Lambayeque. Los resultados dieron cuenta de una estrecha victoria de Simon sobre el candidato aprista, el ex diputado Luis Falla Lamadrid, quien alcanzó el 29.44% de los votos válidos a un escaso 3% del ganador. El Partido Aprista Peruano (PAP), gracias al retorno propio de Alan García el 2001, había vuelto a la escena nacional de manera contundente: García disputó la Presidencia de la República en dos vueltas a Alejandro Toledo y en las elecciones regionales del 2002 se impuso en 12 regiones. Consolidó su presencia en el "sólido norte", salvo en Lambayeque.

Si analizamos acuciosamente los resultados, la victoria de Simon no fue tan sencilla y se explica básicamente por la apuesta de este candidato por ahondar sus simpatías en la capital regional: Chiclayo, donde obtuvo 7 punto porcentuales por encima de su contendor Falla. Dicho margen, en la ciudad más poblada de la región, fue significativa, pues en las otras dos provincias no pudo repetir similares resultados. En Ferreñafe se impuso por escasos votos y en Lambayeque la victoria aprista fue aplastante, confirmándose así el asentamiento de este partido en la ciudad más tradicional de la región.

Simon tiene una significativa experiencia política que supo capitalizarla en su favor en estas elecciones. Recordemos: perteneció a sectores radicales de izquierda. Sus orígenes nos conducen a la formación del Frente de Defensa de Lambayeque (FEDEL), del cual fue uno de sus principales dirigentes, para muchos, cantera de la agitación social en contextos de ardua movilización social. Su protagonismo en la defensa de las demandas populares de la región lo llevó al Congreso en 1985. Fue diputado por Lambayeque por las filas de Izquierda Unida durante el periodo 1985-1990. Posteriormente fue director de la Revista Cambio, cuya línea editorial terminaría, poco tiempo después, defendiendo posiciones que justificaban la acción armada guerrillera como la que pretendía realizar el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Sus orígenes en la agitación social y su cercanía a órganos difusores de propuestas radicales, en un contexto proclive a las sospechas gratuitas, terminaría por ubicarlo, de acuerdo con las fuerzas del orden, en uno de los cuadros políticos presuntamente cercanos a algunas propuestas subversivas. Aprovechando los amplios márgenes de impunidad y la arbitrariedad que ejerció el régimen autoritario de Fujimori, se aceleró su detención y su encarcelamiento a pesar de la ausencia de pruebas concretas en su contra. De vuelta la democracia, y gracias a la intervención de Hubert Lanssiers, fue puesto en libertad el año 2001, fecha que marcaría su retorno a la política, precisamente desde donde su carrera había empezado.

Simon regresó a Chiclayo, su ciudad natal, y fue acogido por la población bajo la figura de "víctima" del régimen fujimorista. Hasta cierto punto capitalizaría políticamente sus años en prisión. Su lema de campaña fue: "Lambayeque, te seguiré entregando mi vida". Buscó rearticular una propuesta política que desde la región tuviera alcance nacional. Coordinó con algunos antiguos colaboradores (sobre todo con los miembros del FEDEL que durante su encierro lo declararon uno de los Presidentes Colegiados del Frente) y se acercó a personajes vinculados a la izquierda cristiana. Su nuevo discurso, dejó el radicalismo y se orientó, sobre todo, a una opción política a favor de los pobres respetando los valores cristianos. Precisamente, éstos serían los fundamentos del Movimiento Humanista, agrupación política que fundó con motivo de la campaña electoral y que, al no conseguir inscripción electoral propia, participaría de los comicios del 2002 bajo el auspicio de Unión por el Perú-Frente Amplio (UPP-Frente Amplio).

Simon empezó su campaña proselitista el 2002 basado en afirmar su voluntad por promover mejores condiciones de vida a las zonas urbanas más pobres de la región. Se le recuerda, de acuerdo con algunos testimonios, "caminando por los asentamientos humanos, durmiendo con ellos, compartiendo el sentir, escuchando a la gente, antes que haciendo promesas". La nueva influencia de los valores cristianos y su capacidad de escucha –que al parecer lo tenía desde sus épocas como dirigente de izquierda—constituyen dos ejes muy importantes para llegar a las zonas menos favorecidas. Su discurso político se basaba en la promoción de la educación –propuso la extensión del uso de internet--, de un agro rentable y de mayor participación ciudadana en la gestión regional. Logró, de esta manera, captar rápidamente las simpatías de los ciudadanos, quienes valoraron su trato horizontal. Además, para algunos observadores locales, el respaldo que obtuvo se debió, también, a una suerte de sentimiento de solidaridad hacia un líder reconocido que había sufrido años duros de condena "injusta" durante el fujimorismo.

Sin embargo, desde el inicio de la campaña se evidenció algunas características personalistas en el Movimiento Humanista. Se realzó su figura política personal y no desarrolló capacidad de endose político. Su agrupación retiró la candidatura a la alcaldía provincial de Chiclayo y sus candidatos a alcaldes provinciales en Lambayeque –Daniel Visconde-- y Ferreñafe –Marcos Savedra-- apenas alcanzaron, en ambos casos, el 3.3% de las preferencias electorales. A nivel de municipios distritales, el panorama fue similar. En el distrito chiclayano de Leonardo Ortiz, donde la candidatura regional de Simon alcanzara el 40%, su candidato local Israel Bustamante apenas obtuvo el 2.5% de los votos distritales. ¿De qué manera se puede aspirar a formar un movimiento regional de alcance nacional si sólo se focaliza en una particular candidatura?

Dadas las dificultades para improvisar un aparato político sólido de alcance regional, su campaña terminó focalizándose en la capital, Chiclayo, aprovechando el importante peso electoral que tiene esta ciudad. Ganó contundentemente en esta provincia, llevándole al candidato aprista 7 puntos porcentuales de ventaja. En las zonas más pobres de la provincia –y más pobladas a la vez—la diferencia con el candidato aprista fue mucho mayor. Así lo comprobamos, por ejemplo, en el distrito comercial y popular de Leonardo Ortiz, provincia de Chiclayo, en el que alcanzó el 40% de las preferencias electorales, mientras que su contendor más cercano apenas llegó al 26%

La victoria de Simon el 2002, en términos estrictamente electorales, no pasó desapercibida pues se alzó con el triunfo en una de las regiones tradicionalmente de predominio aprista. Si tomamos en cuenta las jurisdicciones vecinas, el PAP había ganado en lo que históricamente se le conoce como el sólido norte: Tumbes, Piura, La Libertad, Cajamarca y Ancash. Lambayeque fue (y sigue siendo) una suerte de "lunar" dentro de la "macroregión aprista".

Si hacemos el recuento de los resultados de los últimos procesos electorales, sorprende la capacidad de Simon por construir una alternativa política que sintonizara con la población. Las simpatías apristas en la región suelen bordear el tercio de electorado, como en muchas otras regiones del país. El 2002, en Lambayaque, Simon (que alcanzó precisamente un tercio del electorado) capitalizó los votos que en las elecciones del 2001 secundaron las candidaturas de Toledo y de sus parlamentarios.

Simon, evidentemente, era consciente que el aprismo es sólido en las zonas más tradicionales de la región. En la provincia de Lambayeque, una suerte de capital cultural de la región –ahí se ubican los museos y la universidad Pedro Ruiz Gallo--, se encuentra el legado colonial y residen las familias de mayor abolengo, y mantiene la usanza por el voto aprista. En la provincia agrícola de Ferreñafe, por su parte, el único rival significativo para Simons era el PAP, con el que prácticamente igualó en resultados. Para confirmar la tradición aprista de ambas provincias, podemos ver que los alcaldes provinciales que salieron elegidos entonces pertenecían a las filas del partido que fundara Haya de la Torre. En ninguna de las dos provincias, los candidatos provinciales de UPP-Frente Amplio complementarían una propuesta significativa para Simon, y pasaron virtualmente desapercibidos.

Vencer al PAP en las elecciones regionales significaba básicamente ganar Chiclayo y por lo tanto, captar el respaldo de las zonas urbano populares (ubicadas en el distrito de Leonardo Ortiz) y de las cooperativas (ubicadas en los distritos de Cayaltí, Pomalca, etc.). La ex consejera regional aprista Beatriz Solís, al analizar la campaña electoral del 2002, confirma este argumento. Según ella, su partido descuidó el proselitismo en estas zonas. Además, Chiclayo era quizás el flaco más débil para el aprismo. Tanto sus candidatos a la región, Falla Lamadrid, como a la alcaldía provincial chiclayana, German Gorbitz, eran identificados por la mayoría de analistas como distantes de los sectores populares. De hecho, la arrogancia de sentirse seguros ganadores, refugiándose en la tradición política, y un desubicado sentido de superioridad, les hicieron descender al segundo y al tercer lugar en las preferencias, respectivamente.

Simon sabía que el aprismo es significativo en la región pero también que tiene un techo electoral. De acuerdo con algunos analistas, a pesar que UPP-Frente Amplio llevaba candidatos a alcaldías provinciales y distritales, Simon ingresó a negociaciones tácitas con candidaturas locales independientes para promover el voto "cruzado": "por un independiente a la municipal, por Simon a la regional". Esta misma táctica la repetiría en las elecciones del 2006. Su ingerencia personalista dentro del movimiento político y la debilidad de su estructura orgánica, le permitió hacer ese enroque político que bajo esquemas de disciplina partidaria estarían prohibidos o pasarían por múltiples decisiones. Esta alianza con "independientes" fue básicamente electoral, pues fueron los candidatos apristas los que obtuvieron los puestos importantes a nivel regional. Precisamente la naturaleza tácita de las alianzas, le permitiría este tipo de decisiones pragmáticas. Como sostiene Angel Fernández del CES Solidaridad, fueron "alianzas sin foto". Ejemplifica de esta manera: "…el candidato independiente a la alcaldía de Chiclayo Torres ofrece públicamente apoyo a Simon, éste lo recibe, pero nunca se toma la foto con Torres". De esta manera, Simon no generó vínculos que en algún momento se podrían convertir en obstáculos, pero que para fines electorales le serían vitales.

Consideramos que la continuidad de este tipo de estrategia política --que le permite llegar a la victoria apoyado por independientes--, lo mantiene durante su gestión como Presidente Regional. Esta vez el juego político lo llevará a tender puentes con el APRA apelando a la "colaboración sin compromisos". Los "independientes" no constituyeron una fuerza conjunta. Por el contrario, son fragmentados y no tienen comunicación entre ellos. Son autónomos y en tanto no son apristas, resultan funcionales a una candidatura regional con arraigo popular como la de Simon. Pero una vez elegidas las autoridades, el 30% aprista en la región se convierte en cargos públicos, y por lo tanto en un bloque político con quien negociar, mientras que el voto independiente se desintegra.

De esta manera, se ve claramente que Simon ganó la Presidencia Regional el 2002 y el 2006, porque dispuso exclusivamente las fuerzas de su movimiento a su candidatura regional (y no a las candidaturas locales). Le interesaba la Presidencia Regional, antes que los miembros de su agrupación accedieran a otros puestos de elección popular. Por lo menos así lo condujo su estrategia electoral. Apostó por alianzas temporales con independientes que le fueran funcionales en tanto canalizaban los votos regionales hacia él, pero no promovió "humanistas" en las provincias porque era consciente de su ineficiencia en el endose. Los movimientos personalistas no suelen desarrollan esta capacidad. Quizás las candidaturas "humanistas" no lo hubieran llevado a la victoria --¿cómo saber quiénes iban a ser los más atractivos candidatos municipales antes de las inscripciones?--, pero si hubiera permitido fortalecer una organización política que aspirara a tener experiencia en gestión que no sea solo a costa de la presidencia regional. Pero, electoralmente, el "movimiento humanista" terminó representando solamente el arrastre personal de su líder y no arriesgó en beneficio de un despliegue de gobierno municipal. Aunque parezca contradictorio, el triunfo electoral de Simon el 2002 y el 2006 suponía dejar como tarea pendiente el fortalecimiento orgánico del "movimiento humanista". Por otro lado, el PAP se mantuvo como principal fuerza política regional –ganar la elección regional no significa necesariamente dominar políticamente todos los cargos de la región--, y por lo tanto constituyó un bloque político decisivo al momento de gobernar la región. Simon, hábil políticamente, lo sabía y asumió que el éxito de su gestión dependería, entre otros factores, en el tipo de trato político que platearía con el aprismo.

Durante su gestión como Presidente Regional, fue ganando simpatías de parte de diferentes sectores políticos. Combinó muy bien su pasado político de izquierda (que lo sintetizaba como sensibilidad social por los marginados), con un discurso atractivo para la inversión privada. Muchos veían en él un "presidenciable" para el 2006, pero –y a pesar de coqueteos—no arriesgó. Desechó alianzas electorales a nivel nacional y prefirió insistir en el nivel regional, donde, a pesar de las limitaciones propias del proceso de descentralización, había generado una imagen transparente y de confianza para la ciudadanía. Utilizó el pulso político para contrastar la austeridad de los recursos que administraba la región. La experiencia política al servicio de su gestión le permitió ser el único Presidente Regional que fue re-elegido en noviembre del 2006.

A cuatro años de aquellas elecciones, se volvió a repetir el final. En las elecciones regionales del 2006, Yehude Simon consiguió el 40% de los votos, venciendo nuevamente al PAP (esta vez a Walter Tello) que no llegó siquiera al 20% de los votos válidos. Su estrategia fue similar a la que utilizó en su retorno: alianzas con independientes a nivel municipal para vencer al APRA. Pero también las conclusiones parecen las mismas: la imposibilidad de construir un proyecto político más allá de su respaldo personal. Toda organización política necesita un líder, pero no exclusivamente a éste. A veces basta para victorias elementales, cercanas, pero no para tentar premios mayores. Su pragmatismo para capitalizar políticamente hacia su figura personal (y no hacia un movimiento político) lo ha llevado ahora nada menos que la Presidencia del Consejo de Ministros. Premio para quien ha convivido durante cinco años en medio del aprismo.






Alan García confirma a Yehude Simon como primer ministro de Perú
El presidente de Perú aceptó el viernes la renuncia en bloque del Gabinete por el escándalo del 'Petrogate'

AGENCIAS / JAIME CORDERO - Lima - 12/10/2008


El presidente de Perú, Alan García, ha confirmado este sábado el nombramiento de Yehude Simon Munaro como nuevo primer ministro. García compareció ante los medios de comunicación tras reunirse con las autoridades de 19 gobiernos regionales del Perú en Palacio de Gobierno. A la reunión no acudió Simon, pero sí su antecesor en el cargo, Jorge del Castillo.
"Le pediré al presidente designado del Consejo de Ministros el establecimiento de un gobierno de ancha base, plural en lo posible que permita la participación múltiple, y al mismo tiempo incorpore actores y protagonistas regionales en la conducción de la República", ha declarado el mandatario peruano, según recoge la agencia de noticias Andina.

Yehude Simon, gobernador de la provincia de Lambayeque, ha aceptado el ofrecimiento para convertirse en nuevo primer ministro de Perú, tras la dimisión del gobierno en pleno aceptada el viernes por el presidente, Alan García.

El gobierno en bloque dimite por el 'Petrogate"
"Hemos hecho un faenón". Ésta ha sido la frase más comentada por los peruanos la semana pasada. Así se felicitaron por teléfono el 11 de septiembre el abogado Alberto Quimper, director de Perú-Petro, la empresa estatal encargada de promover la inversión en hidrocarburos en el país, y Rómulo León Alegría, ex ministro del primer Gobierno de la centroizquierdista Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA, 1985-1990). El faenón del que hablaban era la obtención de cinco lotes de exploración petrolífera para la empresa noruega Discover Petroleum. Las grabaciones de ésta y otras conversaciones telefónicas, en las que queda claro que, además de conflicto de intereses, hubo sobornos, se dio a conocer el pasado domingo en varios medios de comunicación, y han terminado por tumbar al Gobierno de Jorge del Castillo, que presentó su dimisión en bloque, aceptada el viernes por el jefe del Estado, Alan García.
Para salir del atolladero, García ha encargado rápidamente la formación del nuevo Gobierno a Yehude Simon, quien confirmó este sábado la noticia en una emisora de radio. La elección de Simon, un izquierdista independiente muy reconocido por su labor al frente de la región de Lambayeque y por su talante dialogante, parece orientada a generar confianza entre los ciudadanos y a acercarse a los sectores de izquierda y a las regiones que criticaban las políticas del Ejecutivo.
Fernando Rospigliosi, el analista político y ex ministro del Interior que hizo públicas las primeras cuatro grabaciones (se conocen siete), sostiene que el caso no termina allí. "Las referencias en las conversaciones muestran que hay otras personas, de más alto nivel, implicadas", sostiene.
Aunque todavía no se ha podido demostrar la vinculación de esferas más elevadas, el Petrogate ha sacudido con fuerza a un Gobierno que tiene en la lucha contra la corrupción uno de sus peores pasivos. Es el error repetido del primer Ejecutivo aprista que, además de dejar al país sumido en una grave crisis económica, protagonizó varios escándalos. Casos como el tren eléctrico (el proyecto de metro de Lima, que aún no ha concluido) o la compra de aviones Mirage para la Fuerza Aérea se recuerdan ahora como ejemplos de irregularidades nunca aclaradas del todo. "La corrupción se trajo abajo al Gobierno de Alan García entre 1985 y 1990", recordó Lourdes Flores, líder de Unidad Nacional y ex candidata presidencial.
García tiene bien presente esta debilidad y cada tanto se expresa con dureza contra los funcionarios corruptos. A los envueltos en el Petrogate los ha calificado de "ratas", "víboras", "felones" y "fariseos". "Los excesos verbales del presidente tratan de ocultar la lentitud con la que se ha reaccionado ante la denuncia", asegura Rospigliosi.
La impresión general es que el partido del Gobierno es incapaz de controlar la voracidad de sus militantes ?tanto Quimper como León Alegría fueron apristas hasta el lunes, cuando fueron expulsados?, y que las iniciativas para controlar la corrupción son ineficaces. Un ejemplo es la Oficina Nacional Anticorrupción, que se creó el año pasado con una prestigiosa ex magistrada a la cabeza, y que recientemente fue desactivada sin que haya dado resultados significativos.
El Petrogate ha generado hasta el momento un solo detenido: Quimper. León Alegría sigue prófugo y se teme que haya logrado escapar al extranjero. Tampoco se encontraron los discos duros de sus ordenadores, donde se presumía que era posible hallar más información comprometedora. Los contratos con Discover Petroleum quedaron en suspenso y se ha planteado la posibilidad de revisar todas las concesiones petroleras recientes.
De momento, el gran perdedor de esta crisis es el Gobierno, con un jefe de Estado cuya popularidad roza el 15% pese a que Perú, incluso en tiempos de turbulencia financiera internacional, vive su mejor momento económico en décadas. El alza de precios y la corrupción son los males por los que se recuerda la nefasta primera Administración de Alan García. El otro es el narcoterrorismo, que reapareció esta semana de mano de Sendero Luminoso con un atentado con 16 muertos.

El espionaje sigue vivo
Si algún legado ha dejado la presidencia de Alberto Fujimori (1990-2000) y su siniestro asesor Vladimiro Montesinos es la costumbre de practicar el espionaje sistemático. No es la primera vez que se filtran grabaciones de conversaciones telefónicas y que se usan como pruebas en denuncias de corrupción.

"Durante la década pasada fue una práctica habitual desde el poder y, tras la caída del régimen fujimorista, quedó mucha gente entrenada para realizar interceptaciones, por lo que puede decirse que esta práctica se privatizó", señala Fernando Rospigliosi, que también fue jefe del Consejo Nacional de Inteligencia. "Es una práctica repudiable. Pero si las autoridades no hacen su trabajo de investigar la corrupción, resulta que sin las grabaciones terminaríamos por no saber nada", añade.
El jueves, en un breve mensaje a la nación, el entonces presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, denunció la existencia de "una red mafiosa que ha hecho de la interceptación de las comunicaciones una industria organizada y orientada a la persecución política".
Tras la caída del régimen fujimorista, varios equipos muy sofisticados de interceptación telefónica se perdieron y se presume que terminaron en manos privadas, que realizan estos trabajos con fines de espionaje industrial y chantaje político.
En la denuncia que presentó ante la fiscalía, Rospigliosi asevera que recibió las cuatro grabaciones, junto con tres correos electrónicos, en un sobre cerrado de remitente desconocido. Un día después de que se hizo público el escándalo, en un programa televisivo, otros medios sacaron más grabaciones, con lo cual quedó claro que alguien se había encargado de distribuirlas. Se señaló a Petro-Tech, empresa que compitió con Discover Petroleum en las subastas de varios lotes de exploración, pero esta compañía ha negado las acusaciones.
Su gerente, Alberto Varillas, recordó que su esposa, una conocida periodista de televisión, denunció ser víctima de espionaje telefónico hace unos años, e incluso presentó en su programa el aparato con el que se realizaba el espionaje. En el Perú post-Montesinos, el espionaje sigue siendo moneda corriente.

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