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miércoles, 26 de agosto de 2009

Lourdes Flores Nano le dice adiós a la campaña presidencial



Si la lideresa del PPC ha aceptado formar parte del directorio de la aerolínea de un empresario investigado por lavado de dinero es porque considera que sus chances de ganar la presidencia se han desvanecido

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Por César Reyna



Desde que Lourdes Flores asumió públicamente la defensa de los intereses del empresario y corredor de autos César Cataño Flores resignó sus aspiraciones políticas. Lo que la empujó a dar un paso al costado fue el rechazo de Perú Posible y la tibieza de Solidaridad Nacional a conformar una alianza de partidos de “centro” para competir con los extremos representados por Keiko Fujimori y Ollanta Humala Tasso. Por si fuera poco, una reciente encuesta de Apoyo reveló que la población desaprobaba mayoritariamente su propuesta de un formar un bloque con esa característica.


Otro elemento que seguramente gravitó en su decisión fue que el espacio que ocupaba pertenece ahora a aspirantes mejor posicionados como su ex socio Luis Castañeda Lossio, cuyo 83.9% de aprobación como Alcalde de Lima le confiere una sólida base a partir del cual puede construir su candidatura.


Si bien pudo haber conseguido un puesto menos polémico en el sector privado o asesorar a clientes no implicados en presuntos delitos, ya que empleo bien remunerado no le iba a faltar, eligió trabajar para Cataño -presidiendo la embrionaria Peruvian Airlines- para despedirse por un tiempo de la política. En lugar de convocar a una conferencia de prensa para anunciar que no participara en las próximas elecciones optó por boicotearse a sí misma para no pasar por ese trance.


En las dos elecciones pasadas perdió por un pelo su pase a la segunda vuelta a manos del aprismo. Esta vez, sin Alan García en el panorama (no puede postular a la reelección porque la Constitución de 1993 no lo permite), en teoría deberían haber despegado, pero fue opacada por la popularidad de Castañeda y el regreso del ex presidente Alejandro Toledo, quien seguramente animará la contienda.


Según el director del diario ‘Correo’, Aldo Mariátegui, varios de sus habituales financistas habrían decido apostar por Castañeda y Keiko. Como una campaña presidencial no puede caminar sin dinero debe haber pensado que era momento de retirarse antes de protagonizar una nueva decepción.




lunes, 17 de agosto de 2009

Última encuesta de Apoyo

El 47% de peruanos quiere un nuevo candidato presidencial. El 44% piensa que la gestión de Alan García será peor que el de Alejandro Toledo. Keiko Fujimori recibiría el 22% de los votos en próximas elecciones. El 53% está en contra de una alianza entre los candidatos de “centro”.


Por César Reyna



Casi la mitad del electorado urbano no se siente representado por los actuales candidatos presidenciales. Esto se debe al rechazo que generan figuras políticas como Ollanta Humala y Keiko Fujimori, los aspirantes que tienen mejores opciones para pasar a la segunda vuelta en el 2011, ya que la desaprobación del primero llega al 70% mientras que la congresista es resistida por el 51% de la ciudadanía.


Este resultado revela que los electores no simpatizan con extremismos de ninguna clase. Lejos de ubicarse en el ala izquierda o la “ultraderecha”, los peruanos están buscando un candidato de centro (outsider) que priorice la lucha contra la pobreza y lleve la batuta de la inclusión social.


La baja popularidad del primer mandatario se explica por la ausencia de reformas en materia educativa, de salud, regionalización, modernización de las Fuerzas Armadas y la Policía, etc. La sensación generalizada es que este Gobierno se maneja en piloto automático y no ha sido capaz de manejar los recursos de manera eficiente. Para muchos García se la lleva fácil porque no ha aprovechado la bonanza económica para reducir el déficit en infraestructura y dotar de servicios básicos a la población más necesitada. La demora en la ejecución del gasto es su talón de Aquiles así como la improvisación a la que nos tiene acostumbrados (el mejor ejemplo es el lanzamiento de los Núcleos Ejecutores).


Tanto la aprobación del presidente como la popularidad Keiko Fujimori se mantienen en su techo. García recibe un 27% y Keiko un 22%, dos puntos porcentuales más que en el sondeo pasado. El respaldo de ambos nos pinta un país fragmentado y carente de figuras aglutinantes.


El rechazo a una concertación de partidos (Solidaridad Nacional, PPC, Perú Posible) al estilo chileno o del extinto Fredemo de Mario Vargas Llosa se debe a la gente no cree que vaya a funcionar. La eterna candidata de la derecha, Lourdes Flores Nano, propuso la alianza luego de ver que no tendría chances de llegar al poder por si misma. Si su “matrimonio” con Solidaridad Nacional en el Congreso no se hubiera resentido hubiera podido predicar con el ejemplo.





domingo, 9 de agosto de 2009

Análisis de la entrevista a Keiko Fujimori en Perú 21

La congresista y candidata presidencial revela una vez más que posee la misma catadura “moral” de su padre
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Por César Reyna



Ninguna de las respuestas de Keiko Fujimori sorprende a esta altura de su carrera pública. Ni las preguntas más incómodas logran cambiar su semblante o su parsimonioso tono de voz. Parece una política más experimentada a pesar de su corta trayectoria como legisladora. De su padre no solo heredó la batuta del nuevo movimiento político Fuerza 2011 o sus millones de dólares ocultos, sino su cinismo.

Una prueba de ello es que declara tener “autoridad moral” para exigir que se tomen medidas para combatir la corrupción. Menciona que “fue muy dura con Vladimiro Montesinos” y que “no tuvo un proceso por enriquecimiento ilícito o desbalance patrimonial”. Sin embargo, aceptó que ese oscuro personaje solventara su educación y la de sus hermanos en Estados Unidos. Montesinos, según varios colaboradores eficaces, enviaba miles de dólares a Palacio de Gobierno periódicamente. Con el dinero obtenido de las arcas públicas Fujimori padre financiaba sus campañas electorales y se enriquecía por lo bajo.

Al recibir dinero del ex presidente, la popular congresista incurrió en el delito de receptación ya que debía presumir que su origen era ilícito. Ella mejor que nadie sabía que su progenitor no ganaba mucho como ex profesor universitario y que apenas percibía 2000 soles como presidente. El desbalance patrimonial era evidente ya que éste, y no su madre, le entregó miles de dólares en efectivo para pagar su pensión universitaria y otros gastos vinculados a su estadía.

Nos parece risible que sostenga que su padre no tenía conocimiento de los latrocinios de su socio, a quien le confió su seguridad, la lucha contra sus adversarios políticos y su ilegal reelección. La condena por peculado puso de manifiesto la fortuna de Fujimori pues éste devolvió los 15 millones de dólares que retiró del Tesoro de su propio bolsillo (o del nuestro, más bien). La cantidad reintegrada fue la misma pero no la denominación ni los números de serie de los billetes. Además Montesinos nunca restituyó la “compensación” que le pagó Fujimori pues la envió a Suiza en diferentes armadas. Esto prueba que tanto los millones restituidos por Fujimori como los fondos asignados a su educación y la de sus hermanos provenían del Estado

Keiko no le da mucha importancia a las acusaciones por corrupción o derechos humanos contra su padre pues le atribuye a Montesinos, su principal benefactor, todas y cada una de las barbaridades cometidas durante el fujimorismo. El único error que achaca al ex presidente fue haber confiado demasiado en el ex asesor del SIN. Los cuestionamientos de la prensa, grupos políticos o de la sociedad civil le resbalan mientras Alberto Fujimori sea considerado como el mejor presidente del país, según un reciente sondeo de la Universidad de Lima. Keiko se escuda detrás del 66% de peruanos que piensa que su padre fue el mejor gobernante de la historia. Justificadas o no, ella considera que las encuestas la blindan y le dan suficiente legitimidad frente a las denuncias que persiguen a su padre. En su caso las imputaciones se paralizan o rebotan como si fueran balas dirigidas al cuerpo de Neo o Superman.

No resulta descabellado que muchos crean que Alberto Fujimori fue un gran mandatario ya que competía nefastos e intrascendentes gobernantes como Alan García (1985-1990) y Fernando Belaúnde (1980-1985). El primero arruinó al país durante su primer período y el segundo permitió el crecimiento de Sendero Luminoso y la incubación de la inflación. Por si fuera poco, la recuperación de la democracia, primero con Valentín Paniagua (2000-2001), y luego con Alejandro Toledo (2001 al 2006), no supuso ningún cambio cualitativo a nivel político pues tuvimos uno de los peores congresos que se recuerde Los escándalos de corrupción y la irresolución del ex presidente peruposibilista minaron la confianza del ciudadano. Con una valla tan baja no sorprende que Fujimori padre arrase en los sondeos de opinión. Además la mayoría de peruanos no recuerda a otros presidentes -fuera de los cinco citados- porque son demasiado jóvenes o no tienen interés por la historia.

En otra parte de la entrevista la congresista reveló que el 98% de los colaboradores de su padre trabajarían con ella si llega al poder. Esto implica que no habría ningún cambio o correctivo en el modelo económico. La continuidad del neoliberalismo estaría más que garantizada, lo que genera alivio en los organismos multilaterales e inversionistas.

En cuanto a su alianza con el Apra, resulta evidente, aunque lo trate de negar, que están íntimamente asociados. El hecho de que su bancada haya estado a favor de la censura a Jorge del Castillo fue para desvincularse del caso de los ‘petroaudios’. No les quedaba otra que pedir la remoción del Gabinete, aunque luego el congresista Carlos Raffo, artífice de la imagen presidenciable de Keiko, cambió de parecer en la comisión Abugattás. La parlamentaria también menciona que mantuvieron una actitud crítica respecto a Yehude Simon, jefe del segundo equipo ministerial, a quien siempre rechazaron por tener vínculos con el MRTA. No debemos olvidar que jueces fujimoristas sentenciaron a 8 años al resistido premier. De modo que la animadversión por Simon tiene larga data en el bando fujimorista. En lo fundamental el fujimorismo ha votado al lado del Apra. Esto puede verificarse en la conformación de las ultimas cuatro mesas directivas del Congreso; la ratificación del TLC con Estados Unidos y Chile; la persecución a las ONG y casas del ALBA; y el respaldo a los decretos antiamazónicos.

La intención del partido de gobierno sería entregarle la posta a Keiko Fujimori porque le aseguraría la impunidad de sus delitos y el mantenimiento de la política económica. El Apra ya lo hizo con Cambio 90, organización embrionaria del fujimorismo, pues el voto de este grupo limpió parcialmente a García de la matanza del Frontón y de cargos de enriquecimiento ilícito (actualmente el caso del Frontón se encuentra reabierto).

Hace unos días Keiko declaró que su agrupación correría sola en la primera vuelta, pero si pasa a segunda ronda considera discutir posibles alianzas con otros grupos. Ella es consciente que de ganar necesitaría reformular los términos de su unión con el Apra para dominar el Parlamento. Es posible que requiera los votos de otro afín como Unidad Nacional para darle estabilidad al país, es decir, a su gobierno.

Si Fujimori padre pudo gobernar sin altibajos fue porque cerró las cámaras de diputados y senadores y luego tuvo un Congreso unicameral sumiso. Sin oposición, fiscalización ni equilibrio de poderes le fue fácil disponer de los ingresos de la privatización para hacer obras. La ausencia de control en los noventa le permitió expandir rápidamente el gasto. Pero ahora las cosas son radicalmente distintas pues su hija no tendrá mayoría ni podría dar un golpe para tener el Parlamento de sus sueños.

Es un error calificar al fujimorismo de partido ‘antisistema’ porque ayudó a crear el actual orden político y económico. Fujimori fue el actor principal en muchas de las transformaciones sociales que vivió el país. Keiko jamás representaría una alternativa al modelo económico ni político porque debería romper con la Constitución que impulsó y pisoteó su padre buscando afanosamente la reelección. Si se piensa que le imprimirá un carácter más autoritario a la presidencia estamos equivocados pues difícilmente podría serlo más que García. Al no controlar el Congreso y depender de las alianzas que forme su campo de acción estaría bastante limitado.




domingo, 2 de agosto de 2009

Buscando un outsider



La disputa de la segunda vuelta electoral entre Keiko Fujimori y Ollanta Humala podría evitarse si aparece un candidato que aglutine a la centroizquierda.
La polarización inmovilizaría al país si uno de los citados llega a la presidencia.
El padre Marco Arana sería nuestra única alternativa
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Por César Reyna


Si en los próximos meses no surge una figura capaz de posicionarse en el centro del espectro político la suerte estaría echada pues todo parece apuntar que ganará un aspirante con altos niveles de desaprobación. Fenómeno que ya viene sucediendo en el interior del país, donde los presidente regionales acceden al cargo con votaciones que no superan el 20%. Las consecuencias de una presidencia tambaleante serían desastrosas en medio de una crisis económica internacional y muchos problemas internos sin resolver. El escenario sería mucho peor que el que le tocó vivir al ex presidente Toledo pues los partidos políticos opositores y amplios sectores de la sociedad civil y de la prensa harían todo lo posible para que Fujimori Higuchi o Humala Tasso no tengan una presidencia agradable.

Según quien resulte vencedor se irán definiendo las posibles alianzas y rivalidades. Si triunfa Keiko Fujimori el Apra podría convertirse en su escudero en el Parlamento como lo fue el FIM de Fernando Olivera con Perú Posible. De producirse la inesperada victoria de Humala, tendría a casi toda la clase política en su contra, excepto a los minúsculos partidos de izquierda. En cualquier caso, las expectativas de que uno u otro termine su mandato dentro del plazo constitucional sería altamente improbable por las enormes presiones que tendrían que soportar.

El candidato buscado no sería necesariamente un improvisado como lo fue Alejandro Toledo cuando ganó la presidencia en 2001, sino alguien que haya hecho labor social en las comunidades como el padre Marco Arana. Es decir, alguien que conozca perfectamente los grandes problemas del país como la desigualdad y la pobreza; pero no sentado desde un cómodo sillón de oficina, sino en el campo de la acción y la práctica. Desde esa perspectiva, el padre Arana encaja perfectamente con el perfil del líder que necesitamos para el siguiente quinquenio.

Ahora bien, a pesar de que el aspirante nacionalista Ollanta Humala está tratando de acercase al centro del espectro político luego de su reunión con el escritor Mario Vargas Llosa, uno de los máximos exponentes del pensamiento liberal en Latinoamérica, su cambio no parece sincero pues la prensa descubrió que su mujer trabajaba para medios cercanos al régimen chavista (recibía miles de dólares por asesorías que no pudo justificar). Esto probaría las vinculaciones del ex comandante del Ejército Peruano con el presidente venezolano. En los últimos días Humala viene demarcándose de la figura de Chávez para presentarse como un candidato maduro y ajeno a cualquier influencia externa diciendo que el nacionalismo que representa no le permite sacrificar los intereses nacionales. El mayor temor de una buena cantidad de peruanos es que Chávez gobierne el Perú a través de Humala, convirtiendo al país incaico en un anexo de Venezuela.

Además de romper con Chávez y su socialismo del siglo XXI, Humala deberá hacer lo mismo con su hermano Antauro, el radical que dirigió una asonada en la ciudad de Andahuaylas en enero de 2003. Es probable que el líder nacionalista y el mandatario venezolano protagonicen una “pelea”- con calificativos subidos de tono de un lado y del otro- para hacerle creer al electorado que han roto definitivamente. La enemistad será fingida para liberar a Humala del elemento que le genera muchos anticuerpos y le resta popularidad: su relación con Chávez.

En esa línea, Humala buscará mayor acercamiento con gremios empresariales para “blanquearse” como hizo Alan García antes de las elecciones de 2001. El encuentro con la clase dominante no lo ayudará porque lo considera una grave amenaza para sus intereses; además la derecha peruana cuenta con varias alternativas electorales, entre las que destaca la congresista Keiko Fujimori, para tener un presidente afín para el período 2011-2016. De modo que no necesitaría sumar a Humala aunque éste asegure que ha cambiado. El “viraje” del hombre identificado con el ‘antisistema’ no es creíble porque ha sido orquestado por Chávez. La estrategia de Caracas es evidente ya que desde hace varios meses el mandatario venezolano no se intromete en asuntos internos del Perú, a pesar de que el oficialismo ha denunciado su injerencia en el conflicto amazónico y otros hechos de violencia.

La presencia de outsider, es decir, de un personaje ajeno a las miserias de la política local, impediría que triunfe otro candidato del sistema como el alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio; la lideresa de Unidad Nacional, Lourdes Flores Nano o el propio Alejandro Toledo. Los tres defienden el modelo económico que instauró el reo Alberto Fujimori a principios de los noventa y no garantizan ningún cambio o corrección del mismo. Según la última encuesta socioeconómica de Apoyo, un 55% de peruanos desea ajustes en la política económica, esto es, mayor inclusión, fortalecimiento de leyes laborales y asistencia social para los más pobres.



viernes, 31 de julio de 2009

El negociado del gas de Camisea



Los responsables de poner en peligro el abastecimiento energético del país son el ex presidente Alejandro Toledo y los ex ministros Pedro Pablo Kuczynski y Jaime Quijandría
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Por César Reyna



Durante el discurso presidencial Alan García anunció la intención de proseguir las negociaciones con Perú LNG, encargado de la exportación del gas a México, para no perjudicar el consumo interno. Entre el 2003 y el 2005 se cambiaron las reglas de juego –mediante la modificación de la Ley 27133 y se expidió un decreto supremo- para destinar los recursos del Lote 88 al proyecto exportador.

En ese tiempo se pensó que había suficientes reservas de gas para cubrir las necesidades del mercado interno y el externo; sin embargo la consultora Gaffney, Cline & Associates (GCA) encontró que el nivel real de las reservas era muy inferior al anunciado por Pluspetrol, empresa que explota el yacimiento de Camisea en la selva de Cusco. Así, las reservas han pasado de 14.11 billones de pies cúbicos a 8.8 billones. A la notable reducción de la cifra inicialmente estimada se suma el crecimiento de la demanda de gas por parte de centrales las termoeléctricas, las industrias, el transporte terrestre y el consumo residencial. Ambos factores han puesto en suspenso el cambio de matriz y nuestra autosuficiencia energética.

La gravedad del asunto radica en que dentro de 10 años o un poco más importaremos combustible para generar energía a pesar de contar con reservas para apuntalar nuestro crecimiento. La renegociación del contrato con el grupo exportador Perú LNG (integrado por Repsol, Hunt Oil, la surcoreana SK) es la única vía legal que tenemos para revertir esta lamentable situación. Esta situación pudo evitarse si los ex funcionarios mencionados en la parte superior no hubieran sacrificado el interés nacional. De los tres personajes nombrados, el ex premier Pedro Pablo Kuczynski lleva la mayor parte de culpa por haber representado a Hunt Oil, petrolera estadounidense que impulsó la modificación del marco normativo de los hidrocarburos, según The Wall Street Journal. Como lobista y alto funcionario del Estado PPK boicoteó el desarrollo de la industria petroquímica -que genera más empleos e ingresos para el Estado- porque su patrón, Peter Hunt, dueño de Hunt Oil, deseaba exportar el gas a México. A PPK también se le atribuye que el Perú haya buscado financiamiento para las empresas involucradas en el consorcio (lo avaló ante el BID) y que el ducto de gas hacia Lima haya sido subsidiado por los usuarios de electricidad.

Los recursos del Lote 88 y del 57, adyacente a Camisea, no fueron descubiertos por Repsol, SK ni Hunt Oil, sino por Schell. A ninguno de los consorciados les costó un solo dólar invertir en exploración porque el yacimiento ya había sido identificado hace varios años (en 1984) y se conocían sus reservas potenciales (cerca de 8.3 billones de pies cúbicos).

En su intervención frente a la representación nacional, el presidente García invocó al Ministerio Público (Fiscalía) para que investigue bajo qué condiciones se produjeron los cambios “legales” que permitieron afectar el suministro interno. El mensaje de García, al menos en lo que respecta a este punto, se parece más al del candidato nacionalista Ollanta Humala, quien propone renegociar los contratos de explotación de recursos naturales con las trasnacionales extranjeras, que al del artífice del ‘perro del hortelano’ que privilegia a la inversión privada.

Con este discurso García ha enviado una indirecta al ex presidente Alejandro Toledo, quien ha criticado sus políticas de Estado y sus últimas designaciones en el Gabinete (llamó funcionario de “tercera” al premier Velásquez Quesquén) ya que podría ser acusado de favorecer intereses de terceros.

Por su parte, el popular PPK, quien buscaría presentarse como candidato a la presidencia en las elecciones de 2011, descartó que vaya producirse el desabastecimiento de gas natural. Para el largilucho economista de Oxford hay suficientes reservas para continuar con el proyecto de exportación del combustible. Sin embargo, los estudios hechos hasta el momento (por GCA) y la preocupación del presidente indican lo contrario. En recientes declaraciones a RPP Kuczynski manifestó –tal vez reconociendo el problema- “(…) que el tema es a largo plazo, en unos 10 o 20 años (cuando ya no tengamos gas por no haber previsto el crecimiento de la demanda)”. El lobista de nacionalidad norteamericana confió en que las exploraciones que se vienen realizando en la selva se encuentre gas para no afectar nuestro consumo, vale decir, de la esperanza en que siga brotando el gas o petróleo que lo ha hecho tan rico.