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jueves, 20 de agosto de 2009

Apra retrocede en la aprobación de proyecto que vulnera libertad de expresión



El oficialismo volvió a sacar la histórica ‘escopeta de dos cañones’ con la que suele actuar. Esta vez mostró su cinismo o hipocresía al rechazar una polémica iniciativa contra los medios de comunicación cuya deplorable autoría proviene de Palacio de Gobierno


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Por César Reyna



Nunca es tarde para rectificar o enmendar el rumbo, pero está burda maniobra del Apra ya había sido calculada por el presidente de la República para aparecer como defensor de las libertades de prensa y expresión. A pesar de que el líder aprista es autor intelectual del anteproyecto presentado por el congresista José Vargas, declaró ayer que su Gobierno “siempre respetará la libertad de opinión”, en referencia al debate suscitado a raíz del proyecto de ley de rectificación en los medios de comunicación.


A estas alturas nadie cree lo que dice García aun cuando se haya echado para atrás para autoproclamarse como adalid de la democracia y de las libertades fundamentales. Horas antes, el premier Javier Velásquez Quesquén había afirmado de manera enfática que “el Gobierno no ha presentado la iniciativa”, la cual consideró absolutamente “innecesaria e inoportuna”.


La normativa vigente basta para regular las faltas y delitos que comenten los medios y los periodistas; sin embargo, la legisladora y ex ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, insistió en debatir la propuesta de su colega de bancada en la Comisión de Constitución, y trasladarla, cuanto antes, al pleno. Su proyecto establece que el derecho a la rectificación de la persona que se considere afectada por la divulgación de una información se debe satisfacer al tercer día de presentada la solicitud al medio presuntamente infractor, y ya no en el décimo.


También contempla que los medios de comunicación social, incluidos los digitales, pueden ser declarados como “tercero civilmente responsable” si se comete el delito de difamación y los autores de la nota periodística no han cumplido con el pago de la indemnización.


“Actualmente”, como señala el diario ‘El Comercio’,”los responsables en caso de difamación son el autor de la nota informativa o el director periodístico del medio”.


El primer mandatario aseguró que su Gobierno no pretende silenciar a la prensa en referencia al proyecto de la “ley mordaza”, aunque no se refirió a éste como el primer ministro ni planteó su archivamiento.




Ley mordaza: análisis del proyecto de ley de rectificación

La presentación de una solicitud de rectificación o el inicio de acciones legales si un medio divulga afirmaciones supuestamente inexactas, agraviantes o difamatorias resulta lesiva para la libertad de expresión.


La iniciativa es innecesaria porque los asuntos que trata en están contemplados en la legislación vigente.


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Por César Reyna



El objeto del anteproyecto “creado” por el congresista José Vargas Fernández, e impulsado por la legisladora Mercedes Cabanillas, es regular el ejercicio de la rectificación a la que tiene derecho toda persona agraviada, sea natural o jurídica. Este derecho está supeditado, por eso su naturaleza es accesoria o adjetiva, a la defensa del honor o el buen nombre, que sería el derecho principal o sustantivo.


Si una persona aludida en algún medio escrito, radial, audiovisual o digital no se siente ofendida en su honor no tendría por qué pedir una rectificación. El ejercicio de esta prerrogativa siempre será subjetiva ya que depende exclusivamente del individuo, su familia (en caso esté incapacitado, ausente o haya fallecido) o su representante legal.


El sujeto del derecho es naturalmente el agraviado; y el del deber, sobre quien recae la acción de rectificarse: el medio de comunicación social. Como medio de comunicación social se entiende a los tradicionales (prensa escrita, radial, televisiva, semanarios, revistas, boletines, agencias noticiosas, etc.) y a los electrónicos (páginas web, blogs, foros, páginas de contacto social, portales como Twitter, etc.).


El primer artículo de la iniciativa menciona que se puede ofender “el honor, la buena reputación, la intimidad personal o familiar” mediante expresiones o imágenes. Esto abre la puerta a que los cómicos lo piensen dos veces antes de personificar a un político, personaje de la farándula, etc., pues sus caracterizaciones suelen ser polémicas. El corrupto Rómulo León Alegría, por ejemplo, podría ampararse en este acápite para demandar al imitador Carlos Álvarez por presentarlo como una ‘rata’. El genial caricaturista Carlín también correría con la misma suerte pues suele retratar las miserias de nuestra clase política. Lo mismo podría suceder con los fotógrafos, diagramadores o editores que publiquen imágenes que hieren la susceptibilidad de alguna “ilustre” personalidad, sobre todo si las retocan, alteran o modifican.


El artículo 2, referido a la solicitud de la rectificación, establece que la persona ofendida, su familia o su representante legal deben presentar la solicitud al director del medio o al que realice sus funciones. El plazo con el que cuentan los agraviados es de 15 días naturales tras la publicación o difusión de la información que se pretende rectificar.


El tercer artículo indica que los medios de comunicación social y digital deben nombrar un director al que se dirigirán las rectificaciones. Es decir, que los creadores y manejadores de blogs, páginas web y demás soportes tecnológicos informativos deben revelar sus identidades para divulgar sus ideas (cada blogger debería publicar su nombre real en las entradas o comentarios que son de su autoría). Esto podría ser peligroso para muchos usuarios del ciberespacio, sobre todo a los que difunden contenidos polémicos y se meten con medio mundo.


Además de salir del anonimato, el proyecto exige que los medios coloquen una dirección para que los reclamos de los difamados puedan recepcionarse. Consignar el lugar exacto donde se difunde el medio electrónico podría ser imposible en el caso de un blogger que viaja constantemente por el país o por el mundo. En caso de no ser un viajero frecuente también sería difícil determinar su ubicación exacta. ¿Cuál sería? ¿A caso un cibercafé? ¿Una cabina de Internet? ¿Starbucks? ¿Su oficina? ¿Su domicilio? No sería seguro para él ni su familia divulgar donde vive ya que podrían agredirlo por propalar informaciones supuestamente inexactas o difamatorias. El anteproyecto normativo presenta un vacío pues dice claramente que debe determinarse “el lugar exacto donde se edita o emite”, sin considerar que los responsables de páginas web o blogs pueden hacerlo en cualquier sitio debido a la tecnología Wi-Fi. Esto podría solucionarse si cada usuario de Internet establece una dirección de correo electrónico para recibir las solicitudes (lo que tiene sus pros y sus contras ya que el medio podría ser bombardeado con correo inútil o virus).


En el artículo 4, el más extenso de todos, trata sobre el plazo y la oportunidad de la rectificación. En él se establece un plazo máximo de 3 días naturales para que el medio realice la rectificación. El plazo comienza a correr desde que la solicitud es recibida. En caso de que los responsables del proyecto tomen nota del párrafo anterior y realicen la modificación pertinente, cabe la posibilidad de que el correo electrónico no pueda funcionar por la suspensión del servicio o la caída de la red. Si eso llegara a suceder el responsable del medio emplazado no podría conocer la solicitud del agraviado y el plazo expiría sin que pudiera atenderla. Una solución sería suspender el período que tiene para analizar la petición por causas ajenas y fortuitas.


Reproducir íntegramente el texto de la solicitud puede resultar excesivo si la nota periodística cuestionada es extensa. La carta podría abarcar varias páginas que el medio destina a informaciones o publicidad. La reproducción no sólo reduciría el interés en el medio ya que no podría divulgar más contenidos, sino que mermaría sus ingresos al limitar su espacio publicitario.


En el caso de los medios televisivos o radiales el proyecto señala que la rectificación debe hacerse a la misma hora y en el mismo programa en que fue difundida la información ofensiva. Aquí se presenta un problema muy común en los medios, sobre todo en la televisión, pues los programas pueden ser cancelados antes de que el agraviado dirija una solicitud al director de la emisora.


Si la rectificación no satisface al reclamante “podrá hacer uso de los medios de defensa”, es decir, interponer una denuncia en el Poder Judicial por el presunto delito de difamación.


El artículo 5 faculta a los periodistas a rechazar las solicitudes de rectificación. Acto seguido desarrolla seis supuestos que les permitiría defenderse de las acusaciones de supuestos agraviados.


A) El primero de ellos menciona que se puede desechar el pedido si no hay relación con los hechos o imágenes aludidas. Esto es muy subjetivo y se necesitaría más tiempo para analizar a fondo cada solicitud. Es por eso que el proyecto debería mantener el plazo que figura en la ley vigente.


B) Si la carta es injuriosa o contraria a las leyes o las buenas costumbres no hay necesidad de contestarla ni de rectificarse. Esto en caso haya amenazas, insultos, expresiones grotescas e imágenes obscenas en la misiva. En dicha situación el periodista o blogger podría iniciar acciones legales por recibir groserías.


C) En este punto se dice que el hombre de prensa está dispensado de la rectificación cuando se refiere a una tercera persona sin causa justificada, esto es, cuando se atribuye a un sujeto o medio distinto la difusión de la información injuriosa.


D) “Cuando la solicitud esté redactada en idioma distinto al de la emisión del programa o de la edición incriminada” cabe desecharla.


E) Cuando la rectificación se produce de manera voluntaria, espontánea y antes de que el agraviado presente la solicitud.


La parte más controversial de este artículo se ubica al final pues el periodista o director debe evitar cualquier “juicio de valor” y “opiniones de carácter subjetivo” en la redacciòn de la rectificaciòn. El “infractor” debe limitarse a los hechos mencionados en la información difundida. En otras palabras, se le pide 100% de objetividad al momento de escribir o registrar en un audio o video la rectificación, algo prácticamente imposible.


El artículo 6 es el que más asusta a los periodistas, directores y propietarios de medios de comunicación porque convierte en "tercero civilmente responsable" al último de los mencionados. Es decir que si el comunicador o director cuestionado no paga la indemnización el medio debe asumir el pago de la obligación de manera solidaria. Los medios serían deudores solidarios (por mandato legal y judicial) si sus subordinados no cumplen con la reparación económica. Si los primeros efectúan un pago parcial de la obligación corresponde al medio cubrir el saldo. En caso los medios asuman el ìntegro de la indemnización están facultados a exigir el pago a los periodistas o directores infractores. La obligación de éstos últimos no se extingue si sus patrones pretenden cobrar una parte o la totalidad de la reparación.


El artículo 8 modifica el artículo 132º del Código Penal que define el delito de difamación para incluir al periodismo digital. “Si el delito se comete por medio del libro, la prensa u otro medio de comunicación social, incluido el periodismo digital a través de la Internet, la pena privativa de la libertad será no menor de uno ni mayor de tres años y de ciento veinte a trescientos sesenta y cinco días multa”.


El artículo 9 deroga expresamente la Ley Nº 26775, modificada por la Ley Nº 26847 y cualquier otra disposición que se oponga al proyecto aprista.


En la parte del análisis se menciona normas de derecho internacional y nacional para fundamentar y dar respaldo jurídico a la iniciativa oficialista. La rectificación, según la Constitución de 1993 y los párrafos finales, debe ser inmediata (dentro del plazo estipulado), gratuita y proporcional.


Desde la perspectiva de los autores del proyecto, una persona jurídica como la Iglesia Católica, por ejemplo, podría interponer acciones legales contra medios que ofendan símbolos religiosos o valores cristianos, esto es, conceptos o elementos inmateriales que son objetos de devoción. Así, un blogger que sostenga que Santa Rosa de Lima no hizo milagros podría ser acusado por los fieles u obispos heridos en su sensibilidad religiosa.


La delimitación del derecho a la rectificaciòn, según el anteproyecto, le permitiría al periodista rechazar la solicitud si no se ajusta a determinados parámetros. Sin embargo, este filtro podría no funcionar porque la iniciativa abarca la inexactitud y la injuria, dos conceptos bastante ambiguos. “Decir que el presidente Alan García es una persona delgada es una afirmación inexacta, aunque no injuriosa; pero decir que el mandatario es obeso puede resultar injurioso, aun cuando sea veraz”, comenta la conductora de Prensa Libre, Rosa María Palacios.


A muchos sujetos oportunistas les caería como anillo al dedo ser injuriados o difamados por los medios de comunicación. No faltarían abogados inescrupulosos que motiven a sus clientes a iniciar procesos penales a cambio de un porcentaje de la indemnización. Como los medios asumirán la reparación no habría pierde para los supuestos agraviados. Esta gente buscaría cualquier pretexto sentirse ofendida y reclamar dinero antes que una rectificación satisfactoria.


La medida también serviría para que algunos ‘figuretis’ traten de revivir sus carreras artísticas, políticas, profesionales demandando la rectificación. La presentación de querellas o denuncias les generarían la cobertura mediática que desean para promocionarse o tentar suerte en el mundo del espectáculo. El proyecto aprista es contraproducente porque multiplicaría el número de denuncias por difamación para que algunos reciban generosas sumas de dinero o consigan sus 15 minutos de fama.





lunes, 6 de julio de 2009

Paro nacional en Perú




Con 20 lucas pretenden desincentivar paro nacional



Por César Reyna



Para desalentar el paro nacional –convocado para los días 7, 8 y 9 de julio- el Gobierno ha ofrecido una asignación extraordinaria de 20 soles (unos 6 dólares) para los trabajadores estatales que acudan a su centro de labores. La medida está dirigida principalmente a los maestros y al personal de los servicios sanitarios, quienes están afiliados a las organizaciones sindicales que promueven las movilizaciones.

Además de incentivar a los servidores públicos con esa bonificación, las autoridades no sancionarán la tardanza de sus subordinados pues habrá tolerancia de dos horas durante los tres días de huelga en Lima y Callao, y de una hora en el resto del país. El decreto que autoriza ambas disposiciones faculta a los empleadores a otorgar a sus trabajadores un bono similar por concepto de transporte para compensar el gasto que haya significado el desplazamiento a sus locales. El gremio patronal, sin embargo, ha comunicado esta mañana que no desembolsará ningún monto para cubrir las peripecias en las que deban incurrir sus empleados para llegar a tiempo a su trabajo. La negativa de la Confiep debilita la estrategia del Ejecutivo pues sólo los trabajadores públicos podrán compensar los gastos que demande su movilidad.

Durante los próximos días se prevé la huelga de un importante sector de transportistas así como la toma de carreteras y numerosos desmanes en el centro de la ciudad. La movilización ha sido preparada con antelación por diversas agrupaciones de izquierda, entre las que destaca el Sutep y la CGTP. Los nombrados se agregarían frentes de defensa regionales y organizaciones campesinas. El pliego de reclamos comprende la derogatoria de varios decretos de urgencia (aprobados por el Ejecutivo en virtud de las facultades delegadas por el Congreso para facilitar la adopción del TLC con Estados Unidos), la Ley de Carrera Magisterial (que afecta al Sutep), el incremento del salario mínimo, el cambio del modelo económico, la renuncia del Gabinete presidido por Yehude Simon, etc.

La ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, y el parlamentario aprista, Luis González Posada, aseguran la injerencia de elementos extranjeros. Según los representantes del oficialismo, estarían “detrás” de las movilizaciones cuyo propósito es derrocar al régimen democrático. La prensa conservadora -que hasta cierto punto respalda las afirmaciones de los voceros del Gobierno porque lo culpan de ser ineficiente en la ejecución de obras públicas (para paliar el descontento) y no saber dialogar con las comunidades y la sociedad civil-, ha revelado un informe de inteligencia (del Ministerio del Interior) en el que se detalla la presencia de agentes desestabilizadores. El reporte policial tenía originalmente el carácter de “confidencial”, pero ha sido filtrado para que algunos medios den credibilidad a la versión gubernamental que habla de un complot internacional.

Pocos creen realmente que Hugo Chávez y su Coordinadora Continental Bolivariana estén promoviendo paralizaciones en contra del Gobierno porque la ciudadanía rechaza más a Chávez que al presidente García. Los peruanos que quieren un cambio no desean que éste venga de afuera. La mayoría de descontentos consideramos que no debemos alinearnos con movimientos del exterior para solucionar nuestros problemas. Así como rechazamos el neoliberalismo lo hacemos con cualquier influencia socialista foránea.

La premura con la que está actuando García para reducir los efectos de la huelga se debe al fracaso de la intervención policial en la Amazonía y al éxito del paro de transportes de la semana pasada (dejó a millones de limeños sin movilidad). Esta vez no subestima la protesta que se avecina a pesar de que afirmó en “A la fe de la inmensa mayoría”, artículo del primer mandatario publicado en el diario ‘Expreso’, que los radicales llegarían a la paupérrima cantidad de 50 000 (de un total de 28 millones de peruanos). Tan pocos no deben ser los ‘revoltosos’ que demandan reformas para que el Gobierno multiplique sus esfuerzos en aras de mantener la tranquilidad.

La Policía Nacional velará por el orden interno como en otras oportunidades, pero contará con el apoyo de las Fuerzas Armadas, las que vigilarán dependencias públicas y privadas asi como la prestación de servicios esenciales. Ante la falta de transporte los ministerios contratarán unidades privadas para suplir cualquier desatención. Con la presencia de varias unidades militares en las calles se habría decretado estado de emergencia sin llegar a la suspensión de garantías constitucionales ni de derechos fundamentales.

El personal que no justifique debidamente su ausencia será multado por faltar a su centro de labores. Como la huelga ha sido declarada ilegal por el Ministerio de Trabajo –ninguna paralización ha sido aprobada por los gobiernos de turno- los empleadores podrán descontar los días u horas dejados de laborar. De esa forma se pretende amedrentar a los que decidan manifestar su oposición a una serie normas promulgadas para implementar el TLC con Estados Unidos.

Lo que le preocupa sobremanera al régimen es que la marcha contraiga aún más la actividad económica. Desde noviembre pasado el país ha entrado en un período recesivo que las autoridades ocultan en componenda con el INEI, la oficina nacional de estadísticas. Si el paro resulta exitoso (durará 3 días), es seguro que a fin de mes tengamos cifras negativas como las registradas durante los últimos meses. El comercio será la actividad más afectada porque los locales del Centro cerrarán. Si el transporte paraliza en un 30% o 40% el efecto se sentirá con fuerza en sectores que emplean mano de obra intensiva como el de la construcción, uno de los pocos que todavía mantiene su dinamismo.

Otro factor que perturba a García es la sensación de ingobernabilidad que puede proyectar el paro si lograr tener el impulso que se le vaticina. Hasta los diarios más conservadores como Correo estiman que lo que se viene será “muy fuerte”. La imagen que esta Administración ha venido construyendo –de un país estable y “seguro” para la inversión- podría desmoronarse mañana martes si se desata el caos. Lo de Bagua ha causado un daño irreparable a pesar de que no hubo genocidio de nativos y la Defensoría del Pueblo no ha reportado desaparecidos.

Un hecho destacable es que los nativos de nuestra Amazonía no se han sumado al paro convocado por las mismas organizaciones que supuestamente los manipulaban cuando exigían la derogatoria de un paquete de decretos inconsultos y negociaciones directas con el premier. Esto se debe a que no hubo tal manipulación pues sus demandas son tan legítimas como lo fueron hace exactamente un año cuando reclamaron la anulación de un par de normas que afectaban la propiedad de sus territorios. Su abstención debería confirmar la autenticidad de su lucha después de que el presidente García intentara desacreditarla ante la sociedad.



Pd: los 20 soles que ofrece el Gobierno por única vez se reduciría a 14 después de los descuentos de ley (Impuesto a la Renta), con lo que cada trabajador estatal recibiría menos de 5 soles extras durante los 3 días programados de paro.

martes, 23 de junio de 2009

Crisis política en Perú: encuesta de Apoyo, violencia en el sur, el conflicto en la Amazonía y elecciones en 2011


Crisis política en Perú: encuesta de Apoyo, violencia en el sur, el conflicto en la Amazonía y elecciones en 2011



Por César Reyna


La última encuesta urbana de Ipssos-Apoyo presenta datos interesantes pues el 53% de los entrevistados respalda la derogatoria de los decretos 1090 y 1063, cuya vigencia desencadenaron terribles enfrentamientos en la Amazonía (si la muestra hubiera incluido zonas rurales y selváticas el porcentaje seguramente hubiera sido mayor). Esto revela que la población, contrario a lo que pensaba el Gobierno, se solidariza con las demandas de las comunidades nativas. El Ejecutivo ha salido más que magullado en el sondeo pues la ciudadanía considera que el presidente García es el principal responsable de la crisis desatada en la selva. El mandatario concentra la mayor condena con un contundente 84%, y su bancada no la pasa mejor pues el 82% desaprueba su participación en el conflicto. Por si fuera poco, un 57% encuentra culpable a García de la muerte de 34 personas, entre policías y nativos.

La ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, también del Apra, es cuestionada por el 77% de los encuestados, catorce puntos más de los que reprueban al premier Yehude Simon, quien es menos repudiado que García y Cabanillas al recibir un 63%.

La popularidad del líder aprista ha caído 9% (de 30% a 21%) a raíz de los sucesos de Bagua, su nivel más bajo desde el escándalo de los ‘pretroaudios’, que provocó la salida del ex primer ministro Jorge del Castillo. Las cifras nos señalan que la estrategia de comunicación del Gobierno ha sido derrotada, y más si tomamos en cuenta que el 63% piensa que murieron más indígenas que efectivos policiales, cuando en realidad las bajas policiales duplican a la de los civiles.

La aprobación del primer mandatario continuará en caída libre mientras la población piense que no se ha recuperado el orden. Si bien las cosas se han calmado en la selva (la carretera Tarapoto-Yurimaguas ha sido desbloqueada por los manifestantes y el Gobierno ha levantando el toque de queda en Bagua), en el sur del país han surgido nuevos brotes de violencia en Andahuaylas (Apurímac), Sicuani (Cusco) y La Oroya (Cerro de Pasco). Los desmanes, las paralizaciones e irrupciones del tránsito están afectando gravemente el turismo y el comercio. Las cancelaciones de paquetes turísticos y reservas hoteleras están a la orden del día. De continuar la obstrucción de las vías terrestres los precios de los alimentos y otros productos subirán considerablemente en las ciudades costeñas. La inflación y la escasez no sólo son enemigas de los consumidores, sino de los gobiernos de turno pues generan desconcierto, movilizaciones e inestabilidad.

La proliferación de protestas se debe a las deficiencias del Estado para anticipar y atender las demandas de las poblaciones del interior. En la ciudad Andahuaylas, ubicada en la región más pobre del Perú, los campesinos exigen la rehabilitación de la carretera Ayacucho-Andahuaylas-Abancay y piden la derogación de la Ley de Recursos Hídricos, también rechazada por los nativos de la selva. En Sicuani, campesinos de la provincia de Canchis han cercado el Cusco y estuvieron a punto de tomar el aeropuerto Velasco Astete, custodiado por tropas del Ejército. Los hombres del campo exigen la presencia del premier Yehude Simon para dialogar sobre la Ley de Recursos Hídricos, las concesiones mineras y la construcción de la hidroeléctrica Salca-Pucará. En estos reclamos se ha detectado a grupos radicales -Sutep, Patria Roja, reservistas vinculados a Antauro Humala, hermano del candidato nacionalista Ollanta Humala, etc.- que piden la vacancia del presidente, una nueva Constitución, entre otras demandas radicales. En La Oroya la situación es tan o más crítica pues trabajadores de la fundición de Doe Run han bloqueado la Carretera Central, en protesta porque la empresa no cumple sus promesas y el Estado no hace nada para ponerla en su lugar (debe cumplir su Programa de Manejo Ambiental).



Volviendo al análisis de la encuesta de Ipssos-Apoyo, hay que destacar varias cosas pues la población prefiere el diálogo a la represión uniformada. Eso explica por qué el primer ministro Yehude Simon, quien está a punto de ser censurado por el Congreso, sale mejor parado que García y la ministra Cabanillas, partidarios de imponer orden a toda costa. La desaprobación de 63% del premier no es nada halagüeña para él, pero indica que su posición conciliadora tiene muchos más adeptos de lo que estimaba el presidente. El mensaje de la ciudadanía parece ser que ceder no es malo si evita muertes y no compromete la imagen del país. Los peruanos quieren vivir en paz, pero no a cualquier precio, ya que la tensión social ahuyenta la confianza y las inversiones. Por eso exigen que el Gobierno negocie antes de emplear la fuerza en contra de civiles. Un gran sector del electorado considera que García ha afectado nuestra imagen en el exterior por el alto saldo de vidas perdidas en la Amazonía. De ahí que éste encabece la lista de culpables por su pésimo manejo de la crisis amazónica.

El conflicto en la Amazonía no solo marca un punto de quiebre en la manera en que se gestionará asuntos similares, sino que determinará el clima electoral. Según Alfredo Torres, director de Ipssos-Apoyo, “ningún opositor pudo capitalizar la molestia con el Gobierno por conflicto en la Amazonía”. Y pronostica que “el escenario de conflictos sociales que afronta el país podría hacer surgir la figura de un ‘outsider’”. Su apreciación nos sugiere dos cosas: 1) que ni siquiera Keiko Fujimori, cuyo padre fue muy popular en la selva, sacó réditos importantes pues su popularidad apenas subió de 19% a 22% en la muestra (su crecimiento se debe básicamente al declive de otras figuras de la derecha como el alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, y de la lideresa de Unidad Nacional, Lourdes Flores Nano. Castañeda empata con Ollanta Humala en el segundo lugar de las preferencias, ambos con 15%).


En cuanto al punto dos, la aparición o el deseo de que aparezca un ‘outsider’ –un actor político no contaminado por el sistema- cobra fuerza pues hay un vacío de liderazgo (el electorado considera que la clase política no lo representa). Los peruanos -los seres humanos en general- necesitan creer en algo o en alguien, por eso reclaman un ‘outsider’ que plantee metas comunes y les devuelva la confianza en sí mismos. La falta de propósito, rumbo o destino es lo que se necesita recuperar para darle viabilidad al proyecto que somos de país.

El padre Marco Arana bien podía aprovechar el descontento con el sistema económico (un 54% considera que deben hacerse reformas) y con la manera en que el Ejecutivo viene “resolviendo” las cosas pues tiene experiencia en el diálogo con las comunidades, a las que ha organizado para que puedan defender sus derechos.

Finalmente, el liderazgo de la congresista de Alianza para el Futuro, Keiko Fujimori, se debe a que la población, según Torres, “añora la idea de orden que se tenía de su padre, el ex presidente Alberto Fujimori, distinto a la percepción actual sobre el manejo que le da el Gobierno a las protestas”. Sobre esto conviene realizar algunas precisiones pues el “orden” que hubo durante el fujimorato fue precario e ilegal ya que el ex presidente y reo en cárcel clausuró el Parlamento, restringió libertades ciudadanas y persiguió a sus opositores. El “orden” fue aparente porque los medios de comunicación, comprados con el dinero sucio de Vladimiro Montesinos, transmitían la sensación de que las cosas andaban bien en el país. La tranquilidad era ficticia pues los grandes problemas del Perú seguían sin resolverse. Tampoco hay que olvidar que para garantizar el “orden” el régimen formó comandos de aniquilamiento que asesinaron a dirigentes sindicales
[1], periodistas y políticos, y otros tuvieron que exiliarse. Fujimori y su socio político son responsables de la debilidad de nuestro sistema de partidos pues instituyeron una forma de gobernar alejada de la formalidad donde ‘todo vale’ para preservar el poder.

Para apaciguar a la Amazonía, por ejemplo, Fujimori concedió generosas exoneraciones tributarias que no existen en otras regiones. Así, los selváticos no pagan Impuesto General a las Ventas (IGV), Impuesto a la Renta (IR) ni el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC, que grava principalmente a los combustibles). Las exoneraciones incluyen a los inversionistas que reinviertan sus utilidades en la zona (no pagan Impuesto a la Renta). De ahí que no sea difícil comprender por qué Keiko Fujimori cuenta con respaldo en la selva.

Keiko Fujimori no restablecería el orden como su padre -tras el nefasto primer Gobierno de García (1985-1990)- porque no tiene un Vladimiro Montesinos a su lado dispuesto a ensuciarse las manos ni goza de la simpatía de la mayoría de peruanos. Su 22% es fruto de los reacomodos del electorado de derecha que busca desesperadamente un candidato que defienda al sistema del peligro que representa Ollanta Humala.




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[1] Fue el caso de Pedro Huilca Tecse, presidente de la CGTP, la central de trabajadores más importante del país.